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El Rompido: escápate a este pueblo de pescadores en Huelva y báñate en la Flecha
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El Rompido: escápate a este pueblo de pescadores en Huelva y báñate en la Flecha

Además disfrutarás de unas puestas de sol de quitar el hipo en pleno Occidente y sabrás lo que es bueno cuando te adentres en las marismas, cojas un barco o pruebes las míticas gambitas

Foto: El Rompido tiene paisajes como este. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte)
El Rompido tiene paisajes como este. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte)

En efecto, no hay que irse al Caribe para disfrutar de playas de arena como harina y un mar pintado del azul más azul. Basta con bajar -digámoslo así- a Huelva, ese lugar fronterizo donde se puede disfrutar de las mejores puestas de sol, y desembocar en este pintoresco pueblo pesquero que se halla en medio de un paraje natural de excepción de los que uno acostumbra a ir a buscar más allá de nuestras fronteras. Hablamos de El Rompido, tan auténtico que te sorprenderá, y esa otra Manga (por la del mar Menor) que es su Flecha, una lengua de tierra arenosa y virginal en donde te querrás dar tu gran baño estival. Todo esto y más hace que tenga todas las papeletas para ganar en la encuesta Vanitatis sobre los pueblos más bonitos de España. O sea, es un claro y firme rival de Combarro, Cadaqués, Frigiliana, Ribadesella o Mojácar. ¿Le votarás? Nos vamos al suroeste, rumbo al ocaso (del sol).

Foto: En el Alto Ampurdán, el pueblo que lleva el nombre de Dalí. (Foto: Visit Cadaqués)

¡Está en la Costa de la Luz!

Es tan literal que no se puede aguantar. Se nota nada más arribar al golfo de Cádiz, que va desde el Guadiana hasta Tarifa. Cuando llegues al último bastión andaluz, atravesado ya el Guadalquivir, cruzado Doñana, dejando atrás Punta Umbría, pero antes de tomar Isla Cristina y muy cerquita del famoso Lepe, te encontrarás con un tradicional pueblo de pescadores de los de postal y casi diríamos de colección para los trotamundos. Y no solo por la villa blanca en sí, de encantadoras calles estrechas, plagada de bares de tapitas y cosas de esas, sino por sus alrededores. Aquí más que nunca hay que seguir la flecha. Estamos en el municipio de Cartaya, una tierra de pinares y caminos arenosos, en el paraje natural de las Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido. Tal vez quieras ir a caballo; es lo suyo.

placeholder El muelle, el río, la Flecha y el mar. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte El Rompido)
El muelle, el río, la Flecha y el mar. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte El Rompido)

Un espectáculo natural

Lo que tendrás ante tus ojos es un espectáculo natural: una auténtica flecha de arena entre el río Piedras, después de haber dibujado el estuario, y las aguas atlánticas del citado golfo. Está el pueblo, el río, la península y el mar. Un laberinto paisajístico que emociona. Cruzar el puente, coger el barco, caminar entre las aguas, tal cual... Y la cosa puede ir a mayores porque esto sigue siendo territorio surfero, kitesurfero, windsurfero, de trekking -naturaleza manda- y navegación. Aquí es fácil sentirse un Colón, por lo de conquistador-descubridor y porque este es su territorio: el Muelle de las Carabelas, el monasterio de la Rábida..., en el vecino Palos de la Frontera.

placeholder La Flecha. (ElRompido.info)
La Flecha. (ElRompido.info)

La Flecha del Rompido

Parece el nombre de un superhéroe de cómic, pero es el de este territorio paradisiaco, esta Manga sureña. Un apéndice de tierra de 12 km de longitud que cambia constantemente de forma, lo cual nos deja en manos del filósofo (¿Heráclito?): nadie se baña dos veces en el mismo río... Ni en la misma Flecha, añadimos. La cosa es que hay una zona activa de influencia mareal que ocupa hasta el 23% de su superficie, con lo que esto significa en cuestión de altibajos: baja la marea, sube la marea. Y luego están las dunas móviles, que siguen existiendo a pesar de la colonización de la retama, que hace de sujeción y está contribuyendo a la fabulosa formación de colinas. La Flecha viene a recordarnos que no siempre la tierra fue así. Ella misma no existía hace 200 años. Fue en el siglo XIX cuando las islas que había frente a la costa empezaron a unirse al continente.

Una playa para lanzarse

Esta docena de virginales kilómetros alberga una de las mejores playas de España. La de Nueva Umbría se despliega por toda la fachada litoral con una anchura media de 50 metros y cinco kilómetros de playa oficialmente nudista. A ella te llevará una pasarela de madera desde la que podrás observar la flora y la fauna del paraje natural, “como si hicieras un safari en plena naturaleza de una manera sostenible para el medio ambiente”, nos dicen desde Flechamar. Y ya lo advertíamos: nunca visitarás la misma playa, porque la Flecha crece a merced del océano y del viento al ritmo de treinta metros por año.

placeholder El Caribe también está en Huelva. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte El Rompido)
El Caribe también está en Huelva. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte El Rompido)

Casas de pescadores y... dos faros

Calles recoletas, casas de pescadores, edificios nobles, fachada marítima... y dos faros como dos soles (solo uno en funcionamiento). Además, el puente de la Tavirona, de hierro, por el que antes pasaba el tren cubriendo la línea Huelva-Ayamonte y ahora se puede transitar ya sea caballo, en bici o a pie; el castillo de San Miguel de Arca de Buey, cuyos restos forman parte del hotel Fuerte El Rompido, y los pilares mudéjares, una instalación de los siglos XV y XVI que servía para la captación y conducción de agua. No hemos citado aún su playa, junto al estuario del río y flanqueada por un hermoso puerto pesquero, ni la playa Caño de la Culata, con dunas y pinares e increíblemente bella; la de San Miguel, también fantástica, o la de Nuevo Portil, donde todo sigue siendo soprendentemente virgen. De alucinar.

placeholder El pueblo y sus dos faros. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte El Rompido)
El pueblo y sus dos faros. (Foto: Cortesía Hotel Fuerte El Rompido)

Dándole a la imaginación

Como los tiempos adelantan que es una barbaridad, hay que echarle imaginación para ver la Flecha habitada. En el Real de la Almadraba de Nueva Umbría, un poblado levantado junto al Rompido, del que solo quedan ruinas, llegaron a vivir, al parecer, doscientas personas, que llegaban a ser mil en plena temporada del atún. Hubo incluso una escuela mixta. Hoy la habitan, turistas aparte, la retama, la espartina, el enebro, el pino piñonero, el protegidísimo tomillo carnoso o la adelfa, además del insigne camaleón común, de ojos saltones y vestido, ya se sabe, de camuflaje.

En barco, cual Ulises

Es obligado. No para hacer las Américas, sino para reconocer el terreno como se merece. La empresa Flechamar ofrece un servicio diario de ferry a la playa de la Flecha todos los días de la semana hasta octubre. Puedes desembarcar en la pasarela 2, que es la Casa del Palo, después de un trayecto de 10-15 minutos. Y también en la pasarela 3, frente a El Rompido. Esta vez en un servicio disponible hasta septiembre y un miniviaje de 4-8 minutos. En ambos casos desembocarás en las dunas tras atravesar un entorno único. Hay otras excursiones por la ría, un barco-taxi a disposición y rutas privadas para salir, por ejemplo, a mar abierto.

placeholder La pasarela que te llevará a este paraíso natural. (Foto: Hotel Fuerte El Rompido)
https://cms.elconfidencial.com/editorial/find/La%20pasarela%20que%20te%20llevar%C3%A1%20a%20este%20para%C3%ADso%20natural.%20(Foto:%20Hotel%20Fuerte%20El%20Rompido)

Pescado fresco y el jamón... de Jabugo

En los bares de tapas que dan tanto sabor a El Rompido mandan los productos del mar y de la tierra onubense. A saber: gambas blancas y otros mariscos, pescado fresquísimo, jamón de Jabugo, queso de la sierra, carne de caza y las legendarias fresas. Para beber, los vinos de los zampuzos de Lepe, donde aún se sirve el mosto que se llevó al Nuevo Mundo Cristóbal Colón. Nada como dejarse caer por el restaurante Aguamarina: podrás comer pescado fresco con un toque de vanguardia. En la plaza de las Sirenas, te esperan Doña Gamba y La Almadraba, junto a la iglesia Nuestra Señora del Carmen. Adivina para comer qué. Sí, son marisquerías.

placeholder Un rinconcito del restaurante Aguamarina.
Un rinconcito del restaurante Aguamarina.

Dormir en el viejo castillo frente al mar

Si te quedas en el hotel Fuerte El Rompido estarás en el antiguo emplazamiento del castillo de San Miguel. Se trata de un resort en toda regla con habitaciones con vistas, spa, zona infantil y cinco piscinas. Puro lujo en un lugar maravilloso. Precio: desde 162 euros.

placeholder El hotel Fuerte El Rompido, con piscinas, vista a los faros y junto al mar.
https://cms.elconfidencial.com/editorial/find/El%20hotel%20Fuerte%20El%20Rompido,%20con%20piscinas,%20vista%20a%20los%20faros%20y%20junto%20al%20mar.

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En efecto, no hay que irse al Caribe para disfrutar de playas de arena como harina y un mar pintado del azul más azul. Basta con bajar -digámoslo así- a Huelva, ese lugar fronterizo donde se puede disfrutar de las mejores puestas de sol, y desembocar en este pintoresco pueblo pesquero que se halla en medio de un paraje natural de excepción de los que uno acostumbra a ir a buscar más allá de nuestras fronteras. Hablamos de El Rompido, tan auténtico que te sorprenderá, y esa otra Manga (por la del mar Menor) que es su Flecha, una lengua de tierra arenosa y virginal en donde te querrás dar tu gran baño estival. Todo esto y más hace que tenga todas las papeletas para ganar en la encuesta Vanitatis sobre los pueblos más bonitos de España. O sea, es un claro y firme rival de Combarro, Cadaqués, Frigiliana, Ribadesella o Mojácar. ¿Le votarás? Nos vamos al suroeste, rumbo al ocaso (del sol).

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