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Todos los elementos que debes tener en cuenta para identificar un reloj de alta gama
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RELOJERÍA

Todos los elementos que debes tener en cuenta para identificar un reloj de alta gama

Te desvelamos las normas no escritas del 'dresscode' de la relojería a través del nuevo Code 11.59 by Audemars Piguet: desde los más mínimos detalles del diseño hasta lo más recóndito de su mecánica

Foto: Nuevos modelos Code 11.59 by Audemars Piguet.
Nuevos modelos Code 11.59 by Audemars Piguet.

La relojería, como la moda, tiene sus propias reglas. Del mismo modo en que hay un código de vestimenta social, en el ámbito relojero hay unas reglas de etiqueta no escritas que todo connaisseur identifica al instante.

Estas reglas hacen referencia a ocho elementos clave de la anatomía de un reloj de alta gama: el material y la arquitectura de la caja, el tipo de esfera y su legibilidad, las correas y su cierre, el movimiento que le proporciona los latidos y la decoración de este.

Solo cuando un reloj, como el Code 11.59 by Audemars Piguet, saca matrícula de honor en cada una de estas reglas, podemos decir que pertenece al restringido universo de la alta relojería que, dicho sea de paso, radica en el arte de fabricar y crear relojes duraderos con un acabado, una mecánica y un diseño exclusivo.

El material de la caja

Las cajas de los relojes de alta gama están hechas de materiales tradicionales como el oro -en todas sus variantes-, el platino o el acero, pero también de otros de corte vanguardista, tales como el titanio, la cerámica, la fibra de carbono o infinidad de aleaciones patentadas por las propias marcas. Cada uno tiene su valor y su público.

Pero, y aquí va la primera norma no escrita, cuando una colección de relojes da el gran paso hacia el acero, ya no hay vuelta atrás: a partir de ese momento adquiere plena entidad y se prepara para ingresar en el pódium de los ganadores.

Eso es lo que acaba de ocurrirle al Code 11.59 by Audemars Piguet, una colección que debutaba en 2019 en el seno de la manufactura de alta relojería, como el primer reloj falsamente redondo destinado a un gran futuro. En esos escasos años, el reloj ha pasado del oro a la cerámica, de las máximas complicaciones a las tres agujas, con un despliegue de imaginación y poderío.

placeholder Nuevo modelo Code 11.59 by Audemars Piguet.
Nuevo modelo Code 11.59 by Audemars Piguet.

Hoy, la manufactura cierra el círculo y elige de nuevo el acero como material catalizador de la modernidad. Y es que este material es, como el tejido de algodón, el más utilizado para vestir las muñecas. Es el artífice de que la alta relojería ponga los pies en la tierra y se convierta en prêt-à-porter. Algo con lo que ya experimentó Audemars Piguet en 1972, cuando rompió con los códigos estéticos de la relojería convencional con el Royal Oak al crear el primer reloj de lujo de acero.

La esfera

Después del material, que, junto con la mecánica, va a decidir el precio final del reloj, la esfera es el elemento estético más definitorio. Hay esferas de esmalte, lisas, con acabado tornasolado (conocidas por los expertos como efecto rayos de sol), de oro o plata, de madera, de piedras preciosas u ornadas con un patrón exclusivo que viene a ser como el monograma de las firmas de moda.

En este sentido, Audemars Piguet, conocida por el empleo de su característico patrón Tapisserie, en formado grande o pequeño, inaugura ahora uno compuesto de círculos concéntricos que forman una estructura en degradado. Diseñado en colaboración con el artesano guilloqueador (esto es, grabador) suizo Yann von Kaenel, conforma un motivo de ondas que se mueven hacia el extremo de la esfera y que está decorado con cientos de minúsculas cavidades que propician un juego de luces.

placeholder Nuevo diseño de la esfera del modelo Code 11.59 by Audemars Piguet.
Nuevo diseño de la esfera del modelo Code 11.59 by Audemars Piguet.

La legibilidad

Otro elemento primordial de diseño, pero sobre todo, de la funcionalidad, son los indicadores horarios. Estos deben de estar bien definidos y ofrecer una fácil lectura de las horas, minutos y segundos. Los relojes de alta gama optan por recubrirlos con un material altamente luminiscente llamado superluminova para que resulten visibles incluso en total oscuridad.

Correas y hebillas

La correa o brazalete metálico no es una cuestión menor. Ahora que prácticamente todos los relojes de prestigio cultivan el arte de la intercambiabilidad de correas, estas se han convertido en un valor añadido. Las firmas más solventes en esta materia optan o bien por una correa en contraste o bien por una a juego con el tono de la esfera para ofrecer un conjunto armonioso.

La elección de la paleta cromática de la nueva colección de Audemars Piguet para la correa de caucho, decorada con un motivo textil y revestida de piel de becerro, es tan atemporal como atractiva y hace pensar en los tonos de la Vallée de Joux, el hogar de Audemars Piguet: azul cielo nocturno, verde caqui y beige terroso.

Ya sea ardillón (la tradicional) o desplegable (con un cierre que se ajusta a la talla de la muñeca y que se abre y se cierra con gran comodidad), la hebilla del reloj de categoría se distingue por llevar el logo de la marca, como puede apreciarse en la nueva colección Code 11.59, que porta la firma larga Audemars Piguet en sustitución del monograma AP grabado hasta ahora.

placeholder Correa y cierre del nuevo modelo Code 11.59 by Audemars Piguet.
Correa y cierre del nuevo modelo Code 11.59 by Audemars Piguet.

El movimiento

Un auténtico reloj de alta relojería está accionado por un movimiento mecánico producido por la propia marca en su fábrica (manufactura, en jerga relojera). Son de cuerda automática (esto es, que se cargan con el movimiento de la mano) o manual (al que hay que darle cuerda periódicamente).

La colección Code, por ejemplo, se articula en torno a dos movimientos mecánicos de última generación: el calibre 4302 con indicación de segundos y fecha y el calibre 4401, con cronógrafo automático integrado con rueda de pilares y función flyback (es decir, la vuelta a cero del cronógrafo, estando este en marcha, y comenzando instantáneamente una nueva cuenta desde cero).

La decoración que no se ve

Por último, los relojes mecánicos nos regalan el espectáculo de poder ver cómo funcionan sus más de cien componentes (257 para el Calibre 4302 y nada menos que 381 para el Calibre 4401) por el fondo de la caja de cristal de zafiro. Aunque no se aprecie, la mayoría de ellos están finamente decorados a mano, no por necesidades funcionales, sino por amor al arte.

El componente más llamativo es la masa oscilante, también conocida como rotor, que al girar carga el reloj. Suele ser de oro o incluso platino y es personalizada por cada casa. Es como la firma secreta del couturier que pone el broche final a su vestido de alta costura.

La relojería, como la moda, tiene sus propias reglas. Del mismo modo en que hay un código de vestimenta social, en el ámbito relojero hay unas reglas de etiqueta no escritas que todo connaisseur identifica al instante.

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