Libérate de las ojeras y di adiós a los ojos de panda

Tú cumples con tus deberes beauty en lo que a higiene del sueño se refiere: no tocas tu smartphone antes de irte a la cama, tu habitación cuenta con la temperatura adecuada e intentas dormir 8 horas (vale, no siempre lo consigues). Entonces, ¿por qué las ojeras se han convertido en tu omnipresente accesorio?

La culpa es de las características especiales que tiene la piel de esa zona. Desde la AEDV reconocen que es hasta cinco veces más fina que la del resto del rostro y eso implica que deja entrever la vascularización que hay debajo, la presencia del colágeno es mucho menor y es menos resistente al continuo movimiento producido por el parpadeo.

Factores y tipos de ojeras

Si bien es cierto que la falta de sueño ayuda a su aparición, podemos decir que no es por no dormir, sino porque la oxigenación es más limitada y se retienen líquidos. Los expertos insisten en que su aparición (junto con la de las bolsas) viene determinada por factores genéticos (si tus progenitores las lucían de bien jóvenes es probable que no puedas escapar de ellas), una dieta incorrecta (con, por ejemplo, escasez de hidratación o un exceso de sal), algunas enfermedades renales o una tiroides poco activa, o incluso un exceso de toxinas.

La doctora Paloma Cornejo, directora de la clínica que lleva su nombre, admite que existen diferentes tipos de ojeras: las pigmentadas por un aumento de melanina en los párpados que puede ser de la propia constitución de la piel, pero que también la sufren las personas con dermatitis atópica o eczemas en esa parte del rostro, y las vasculares, de tono violáceo, que empeoran si estiras la zona ya que son propias de pacientes con la dermis muy delgada.

¿Qué puedes hacer en casa?

Ingredientes específicos. Para minimizar los efectos de las ojeras pigmentadas, lo mejor es que te alíes con despigmentantes adecuados. Si las tuyas son violáceas, busca la vitamina K en la lista de ingredientes de tu contorno de ojos. Palabra de la Dra. Paloma Cornejo.

Modo de aplicación. Desde Alma Secret reconocen que hay que aplicar las fórmulas de cuidado en la zona del hueso orbital, rodeando todo el ojo. Lo mejor es hacerlo desde el interior al exterior, suavemente, a toquecitos, para que el producto se absorba. Excepto que el prospecto diga lo contrario, recomiendan evitar la zona del párpado e incluso la de debajo de la ceja.

El frío es tu aliado. Paola Gugliotta, fundadora de SEPAI, afirma que si lo aplicas de forma intermitente favorecerás la circulación de la zona, facilitando su oxigenación y la nutrición de sus células. Los expertos de Zelens tienen un truco: humedece unos algodones desmaquillantes en agua o loción hidratante antes de meterlos en el congelador durante unos minutos. Después colócalos sobre los ojos el tiempo que aguantes (“mientras la vasoconstricción los va deshinchando”) y termina con un masaje sobre el área, como si la tecleases.

Apuesta por las gafas de sol. Desde Multiópticas reconocen que aunque la posición solar es más baja en invierno, los rayos llegan con una inclinación que los hace muy molestos y tan nocivos como en los meses de calor. Los especialistas de Muti sostienen que además de cuidarte de la radiación UV, son el mejor método para que dejes de guiñar los ojos a causa del sol. Así, la zona periocular puede descansar del continuo ejercicio. Busca unas lentes que ostenten el sello de la Comunidad Europea y que indiquen la categoría de filtro que emplean.

Ten en cuenta al protector solar. Paola Gugliotta afirma que si tu piel es oscura o tienes tendencia a desarrollar pecas, lo ideal es que apliques protector solar en la zona de los ojos con el fin de evitar la aparición de manchas que empeoren el aspecto de la ojera. Busca uno adecuado.

En manos de profesionales

Marta García, directora de Marta García Esteticistas (www.martagarcia.net), propone cuidar la mirada aprovechando las propiedades del oro puro de 24K. Este metal que no provoca alergias reafirma y optimiza la microcirculación, renueva, revitaliza y favorece la resistencia de la piel aumentando sus defensas naturales mientras equilibra las propiedades eléctricas del cuerpo. En su protocolo se incluye junto a tres técnicas de masaje como son el drenaje linfático, el uso de ventosas y la electroestimulación sobre los puntos de acupuntura desfatigantes. Para ver resultados de sus efectos se recomiendan de tres a seis sesiones en días seguidos (el precio de cada sesión 75 €).

Si quieres otra opción, desde Med Estetic (www.med-estetic.com) el Dr. Antonio Licitra apuesta por un tratamiento específico para tratar las ojeras. Se trata de Teosyal Redensity II, un material exclusivo que se centra en corregirlas (también tiene su efecto sobre bolsas no muy pronunciadas) con un ácido hialurónico ultraligero y en formato líquido que permite reducir el tono de pigmentación y suavizar la mirada. Son necesarias dos sesiones de menos de un cuarto de hora y te puedes olvidar de los moratones o la anestesia (precio tratamiento completo, 690 €).

En tu neceser

1. Extra-Firming Yeux, de Clarins (60 €). Incluye escina de castaño de Indias que reduce las ojeras por su acción drenante.
2. Contorno de Ojos en Roll-On Antibolsas y Antiojeras Time Prevent, de Anne Möller (22,50 €). Detoxifica las células, las repara y con su aplicador metálico también descongestiona.
3. Parches Descongestivos al Aciano Calmante, de Klorane (21 €/ 14 parches). Ideal para ojos sensibles, iluminan, refrescan y calman la zona, atenuando ojeras e iluminando la mirada.

1. Light Circles, de Sepai (70 €). Con activos que capturan los pigmentos responsables de la aparición de las ojeras.
2. Triple-Action Advanced Eye Cream, de Zelens (95 €). Con ácido hialurónico y colágeno marino, reduce bolsas y ojeras.
3. Anti-Age Eye Cream, de Muti (39,50 €). Incluye ácido hialurónico, urea y aceite de aguacate para cuidar tu mirada 360º.