Rutina para el cuidado exprés de la piel en tiempos de mascarilla

Frente a la creencia popular de que, al llevar una mascarilla durante muchas horas, nuestra piel apenas necesita cuidados por estar todo el rato protegida, en la práctica ocurre justo todo lo contrario. La sensibilidad de la piel y el constante contacto con la mascarilla, así como el microclima de humedad y calor creado bajo ella, hacen que proliferen las bacterias y aparezca el llamado maskné. Pero ahí no queda la cosa, dependiendo del tipo de piel que tengamos, la sequedad y la sensibilidad también pueden aparecer de forma inesperada.

Hablamos con Amanda Bell, makeup artist de Pixi Beauty, para saber qué es realmente lo que la piel necesita antes de ponernos la mascarilla y cómo simplificar al máximo la rutina o incluso incorporar las tendencias que triunfan en Asia sin rompernos la cabeza y siempre teniendo en cuenta lo que nuestra piel necesita de verdad.

De entrada, el primer paso parece evidente y la experta en cuidado de la piel coincide, la limpieza es un paso fundamental. Tanto si te maquillas como si no, en la actualidad nuestra piel está expuesta a polución y gérmenes, además de su segregación sebácea natural. El primer paso es por tanto utilizar un limpiador tipo gel con el que generemos una espuma que ayude a limpiar la piel. Amanda Bell recomienda aprovechar el paso e introducir ingredientes calmantes como la centella asiática (zika).

Para completar esa limpieza, le toca el turno al tónico, pero para evitar que la piel se reseque y sensibilice, la maquilladora recomienda utilizar tónicos que no contengan alcohol: “En Pixi utilizamos toners con base botánica para hidratar en profundidad y evitar esa sensibilidad”, explica. Tampoco faltan en el combo los probióticos para mejorar la textura de la piel y suavizarla.

La sorpresa llega con el tónico. Si creías que la rutina era hasta ahora la habitual, desde la marca británica recomiendan aplicar el sérum solo en las zonas que la mascarilla vaya a cubrir, ya que estas serán las que sufrirán más, tanto por brotes de acné como por sensibilidad. Para conseguir un efecto más potente, un tip infalible de Belle es aplicar unas gotitas de sérum en la mascarilla semanal a modo de booster para potenciar sus propiedades.

El último paso es la crema hidratante o, para aligerar la carga de la piel y conseguir una nutrición que no deje sensación grasa, utilizar una loción. Las lociones se convierten en una alternativa a la crema para conseguir una correcta hidratación de rápida absorción que no obstruirá la piel debajo de la mascarilla. Para controlar la segregación sebácea, la experta recomienda el uso de ingredientes encargados de absorber la grasa como las arcillas. Su particular opción es la Clarity Lotion de Pixi, con ácido salicílico para reducir la apariencia de los poros, arcilla de caolín para absorber el exceso de grasa, ceramida para mantener la correcta hidratación de la piel y aloe vera para calmar.

Estos cuatro pasos conformarían la rutina de cuidado de una piel cuando pase por un mal momento, una rutina que se puede simplificar, tal y como explica la experta, en tan solo dos pasos: limpieza y tónico. Incluso existe la opción de conseguir un tratamiento intensivo combinando distintos tónicos, uno tras otro, igual que con el 7 skin method coreano, eliminando el alcohol de cualquiera de sus fórmulas.

El resumen de Amanda Belle es mantener una correcta y constante hidratación de la piel, aplicando cosméticos con ácidos que calmen y purifiquen la piel como el glicólico y el láctico. Pocos pasos pero perfectamente medidos.