Este es el mejor momento para exfoliarte los pies en casa

Hay ciertos gestos beauty que, sin saber realmente por qué, nos cuesta introducir en nuestra rutina. La exfoliación es uno de ellos. Parece que el boom de los ácidos -especialmente los famosos AHA y BHA- se ha encargado de que incluyamos este paso en el cuidado facial. Pero ¿qué pasa con el cuerpo?, ¿y con zonas más específicas como el escote o los pies? Lo cierto es que pocas veces nos acordamos de que para que la piel, sea del rostro o de nuestros empeines, luzca realmente bonita y saludable es imprescindible ayudar al proceso de renovación natural de la dermis mediante la eliminación de las células muertas. Así que si ya estás pensando en calzarte las sandalias este es el mejor momento para exfoliarte los pies en casa.

"Es una época especialmente buena, ya que aún no hemos empezado prácticamente con las sandalias, pero tampoco llevamos el pie tan tapado, por lo que podemos centrarnos en la humectación del pie y en que se vaya regenerando la piel después de meses metidos en botas, calcetines gruesos y zapatos cerrados", apuntan desde My Little Momó, centro especializado en manicura y pedicura.

Para empezar, es importante saber que la piel de los pies tiene unas características muy diferentes a la de otras partes del cuerpo. "En general es más gruesa; tiene más glándulas sudoríparas y una gran cantidad de terminaciones nerviosas", enumera la doctora Ciara Castillo, de SkinMad (Madrid). "Además, está permanente expuesta a la fricción y la presión, por lo que puede desarrollar callos y durezas para progeterse de esas agresiones constantes", añade. También es bastante frecuente que en esta zona, especialmente en el talón, aparezca hiperqueratosis que se suelen traducir en antiestéticos (e incómodos) engrosamientos y grietas. ¿El motivo? La doctora Castillo cita varios: "Falta de hidratación; edad, ya que la piel se vuelve más fina y menos elástica; sobrepeso; actividades repetitivas como caminar largas distancias o enfermedades crónicas como la diabetes". Por estos motivos es fundamental recurrir a la exfoliación. "Se trata de hacer un efecto peeling, como en la cara, para eliminar todos esos excesos de piel, aunque siempre con precaución", apunta la doctora Alba Calleja, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

¿Exfoliación física, química o mecánica?

Una vez que nos hemos decidido a incluir un paso más en nuestra rutina corporal, hay que elegir el método. La exfoliación física, es decir, con pequeñas partículas, suele ser la más habitual, al menos, en casa. Consiste en aplicar un scrub sobre la zona ligeramente humedecida, frotar bien -¡no te olvides de hacerlo entre los dedos de los pies!- y terminar aclarando. No hace falta que te vuelvas loca buscando un exfoliante para pies, ya que uno corporal, como el exfoliante corporal de Topicrem (14 euros) sería perfecto. Al estar enriquecido con microperlas de jojoba elimina de forma delicada las células muertas, alisa y refina la textura cutánea sin agredir la zona. También puedes recurrir a recetas más caseras. Los expertos de My Little Momó recomiendan "mezclar en un recipiente aceite de almendras con sal o azúcar y utilizarlo incidiendo en los talones. Otra receta: aceite de coco mezclado con café molido". En cualquier caso, evita frotar con mucha fuerza, sobre todo por el empeine, donde la piel es más fina.

Si, por el contrario eres una amante de los ácidos, los calcetines exfoliantes se convertirán en tus mejores aliados. Con ellos puedes hacer una exfoliación química en casa con toda seguridad. "Contienen, por ejemplo, ácido salicílico o glicólico en concentraciones seguras siempre que sigas las instrucciones del laboratorio", explica la doctora Calleja que recuerda que es habitual que después de usar este tipo de patucos se descame o 'pele' la zona. Eso sí, no arranques en ningún caso esas pieles, ya que podrías hacerte heridas. La marca Iroha Nature cuenta con varios calcetines peeling, como los de lavanda (9,95 euros).

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Con ácido glicólico, láctico y salicílico, ayudan a la renovación celular. Se dejan actuar 120 minutos y el proceso de exfoliación se extiende entre siete y 10 días.

Por último, tenemos la exfoliación mecánica, "con la que hay que tener especial precaución, sobre todo si tenemos alguna patología como psoriasis o dermatitis", advierte Alba Calleja. En este grupo encontramos limas, limas electrónicas, raspadores... Una buena herramienta sería la lima de vidrio Bebefoot Gold Edition (99 euros), que vende Silvia Moreno.

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Con dos rugosidades, se puede usar en seco y elimina durezas y células muertas sin dañar la piel sana. "Es importante tener en cuenta que la piel de la planta del pie tiene un propósito protector. Por lo tanto, no se debe exfoliar en exceso o tratar de eliminar toda la piel endurecida, ya que puede aumentar el riesgo de lesiones y provocar daños", recuerda la doctora Ciara Castillo.

Los días posteriores...

En principio no hay que tomar grandes precacuiones después de exfoliarte los pies en casa. Puede ser interesante intensifcar la hidratación con cremas emolientes y nutritivas. Las que contienen urea son una buena opción. "Depende de la piel que tengamos. Para unos pies estándar, que suelen tener hiperqueratosis, pero no demasiado grave bastaría una concentración al 10%", señala Alba Calleja. También se puede mantener el resultado con cremas como la reparadora de Atlantia, que lleva aloe vera puro y agentes exfoliantes para seguir eliminando las células muertas (8,99 euros).

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También es importante recordar que si prefieres el peeling químico tendrás restos de pieles durante varios días, por lo que calcúlalo si los usas de cara a un evento donde tengas que enseñar los pies. Así como evitar el uso de zapatos muy apretados y de actividades que generen fricción. Y, por supuesto, evita la exposición solar directa. Algunas fórmulas pueden ser fotosensibilizantes y provocar manchas o irritaciones. Y, ante la duda, aplica fotoprotector.