Manicuras y pedicuras perfectas para deportistas (¡resisten!)

Nunca subestimes la importancia de tus uñas porque su función va más allá de convertirse en el mejor accesorio. Su principal misión es la de proteger a tus dedos y ayudarte en acciones básicas, como rascarte o coger objetos pequeños. Incluso pueden ser un indicador de tu estado de salud.

Pero hay pequeños problemas, del día a día, en los que pueden verse damnificadas. Y las personas que realizan deporte los suelen vivir con mayor frecuencia. Eso ha dado pie a que algunos centros hayan abierto su propio Nail’s Bar y el último en sumarse a la tendencia ha sido Fit Club Madrid. “La idea surgió cuando nos dimos cuenta de que conceptos como fitness y nutrición estaban muy relacionados con el wellness. Pensamos que podíamos ofrecer un servicio 360º para alguien que se preocupa también por el bienestar y la salud de sus uñas”, afirma Alejandra Restrepo, manicurista del Nail’s Bar by Fit Club Madrid.

Y es que hay algunas dolencias que se pueden relacionar con ciertas prácticas deportivas. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recuerda que, por ejemplo, los microtraumatismos en las uñas de los pies pueden producirse por deportes agresivos, como correr o jugar al tenis. Pero, más allá de estas rayitas violáceas o amarillentas que pueden aparecen y que solo tienen consecuencias estéticas, la clave es apelar al sentido común. “Las uñas de la gente que hace deporte tienden a sufrir más. Si no las cuidamos, pueden ocasionar problemas bastante desagradables que incluso pueden llegar a impedir que podamos realizar ejercicio físico”, apunta Alejandra Restrepo.

Chequeo previo & hidratación

Lo primero que debes hacer es prestar atención a sus condiciones actuales. Algunos factores que afectan a las uñas pueden tener consecuencias derivadas en tu rendimiento deportivo. Si notas que tienen estrías, se muestran más blandas y débiles, se separan por capas, están amarillas o blancas… Es preferible que visites a un experto en la materia. Ten en cuenta que hay entidades dermatológicas, como el Grupo Pedro Jaén, que cuentan con una unidad específica dedicada solamente a ellas.

Si partes de unas condiciones óptimas, debes estar pendiente de hidratarlas sin olvidar las cutículas. Según los profesionales de la firma Mavala, la superficie de la uña está formada por tres capas y la más externa es muy sensible a las agresiones externas, por lo que se deshidrata con facilidad. Eso provoca que pierda elasticidad, empeore su superficie y sea más propensa a romperse.

Con la misión de que no renuncies a los cuidados para fortalecerlas, algunas firmas han creado formatos muy cómodos (¡adiós pereza!). Un ejemplo es Si-Nails, de Isdin (22,50 euros), que fortalece, protege y mejora el aspecto de la superficie y de las cutículas con un práctico pincel.

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Otra opción es Científico K+, de Mavala (22,95 euros), que endurece y reconstruye desde el interior con un aplicador similar.

¡No te olvides de las cutículas!

La hidratación también mejorará tus cutículas, esa piel que cubre el nacimiento de las uñas. Su misión es la de protegerlas y sellarlas para reducir el riesgo de posibles infecciones. Los expertos de Essie la definen como una barrera natural entre la matriz interna y la parte externa, que es la que maquillamos. Así que nada de cortarlas: mejor hidrátalas, nútrelas a diario con una referencia específica y empújalas suavemente con un palito de naranjo. Un gran aliado es Apricot Cuticle Oil, de Essie (12,95 euros), un aceite que se absorbe en tiempo récord mientras acondiciona ambas partes.

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Además, “para que las uñas luzcan sanas tenemos que tenerlas siempre lo más secas y limpias posible”, asegura Alejandra Restrepo. Desde la AEDV, afirman que meterlas en agua de forma repetida puede ser una de las consecuencias de que se muestren blandas y débiles. Si las quieres mantener al margen de los hongos, es preciso evitar los entornos húmedos seleccionando accesorios que permitan una correcta transpiración (tanto en las manos como en los pies).

El tamaño y la forma importan

En este punto apelar a la coherencia es el reclamo constante de los profesionales. Un estilo Rosalía no es apto para muchas disciplinas (ni, siendo realistas, para la vida cotidiana…), pues una manicura XL puede crearnos molestias a la hora de practicar ciertos ejercicios. Debes tener presente que cuanto más largas sean, más probabilidades tienes de que se partan.

Pero la forma también juega un papel importante. La podóloga Yolanda Tarriño asegura que, para evitar las uñas se encarnen, siempre tienes que respetar la forma natural de las de los pies y no cortarlas en exceso. ¿Para las manos? Desde Fit Club Madrid, reconocen que es mejor optar por un punta redondeada u ovalada ya que este diseño favorece el que se rompan menos.

Cuestión de tonos y fórmulas de color

Hay que admitir que casi cualquier deporte es una disciplina de riesgo para el estado óptimo de una manicura... El consejo es aplicar esmaltes semipermanentes que te permiten despreocuparte de ellas, sin necesidad de retocarlas ni perder el acabado brillante.

Si prefieres los esmaltes convencionales, lo mejor es que te decantes por los pigmentos y diseños que mejor camuflan cualquier imperfección. Las manicuras francesas y los tonos nude son los que llevan con más dignidad cualquier roce o descascarillado de la superficie ¿Un truco? Sanitizer Resistant Top Coat, de Essence (2,49 euros), está formulado a prueba del uso de los geles hidroalcohólicos.

Una propuesta inteligente es aliarte con las lacas específicas, que contienen beneficios extra para la salud de las uñas. Un ejemplo de estos entrenamientos para tus manicuras es Stronger Nails Strengthening Nail Lacquer, de Catrice (3,99 euros/ u.), que, con un complejo con zinc, magnesio, silicio, hierro y cobre, consigue que se fisuren con menos frecuencia.