Es noticia
Menú
Leonard Lauder: el hombre que convirtió la belleza en legado
  1. Estilo
  2. Belleza
LUTO EN LA BELLEZA

Leonard Lauder: el hombre que convirtió la belleza en legado

Pionero en el mundo de la belleza y la cosmética desarrolló productos y marcas que han cambiado la industria para siempre

Foto: Leonard Lauder (REUTERS/Danny Moloshok)
Leonard Lauder (REUTERS/Danny Moloshok)

Pocas figuras en la historia contemporánea de la belleza han influido tanto —y durante tanto tiempo— como Leonard Lauder. Este junio, con 92 años, el patriarca de Estée Lauder nos ha dejado, y con él se cierra un capítulo fundamental de la industria cosmética global. Pero su huella no solo persiste, sino que se multiplica cada vez que aplicamos una base de maquillaje, nos perfumamos con una esencia elegante o seguimos una rutina de cuidado facial inspirada en décadas de expertise.

El arte de hacer belleza... un imperio

Lo que empezó como una aventura de su madre, Estée, vendiendo cremas artesanales en salones de belleza, se transformó —bajo su batuta— en un gigante de más de 25 marcas que hoy están presentes en más de 150 países. Cuando Leonard Lauder se incorporó a la empresa familiar en 1958, la compañía facturaba menos de un millón de dólares al año. Cuando se retiró, más de medio siglo después, los ingresos superaban los 7.000 millones.

placeholder Leonard Lauder (REUTERS Caitlin Ochs)
Leonard Lauder (REUTERS Caitlin Ochs)

Su secreto: visión estratégica, respeto por la identidad de cada marca y una aguda sensibilidad para anticiparse a los cambios del mercado. Él fue el responsable de que nombres como MAC, Clinique, Bobbi Brown, Tom Ford Beauty o La Mer pasaran a formar parte de una misma constelación sin perder su individualidad. Para Lauder, las marcas no debían mimetizarse, sino competir entre ellas como hermanas en rivalidad constante. Esa tensión creativa resultó ser oro puro.

El instinto de un visionario

Leonard Lauder no fue solo un hábil empresario. Fue un pensador con intuiciones tan peculiares como efectivas. Se le atribuye haber creado el concepto del “índice del pintalabios”: la teoría de que, en épocas de crisis económica, las mujeres recurren al maquillaje —especialmente los labiales— como lujo asequible. Una lectura del consumo emocional que hoy sigue siendo analizada por economistas y expertos en tendencias.

Lauder confesaba que gran parte del éxito de la compañía se debía a haber confiado en mujeres brillantes para liderar sus marcas

Otra de sus grandes fortalezas fue saber rodearse del mejor talento... mayoritariamente femenino. En entrevistas, Lauder confesaba que gran parte del éxito de la compañía se debía a haber confiado en mujeres brillantes para liderar sus marcas. En una industria que muchas veces se diseñaba para ellas, pero se dirigía desde despachos masculinos, esta decisión fue tan pragmática como revolucionaria.

Una vida de belleza, arte y filantropía

Más allá del maquillaje, Leonard Lauder cultivó una pasión profunda por el arte. Donó al Metropolitan Museum of Art su valiosísima colección de obras cubistas —valorada en más de 1.000 millones de dólares— y fue figura clave del Whitney Museum of American Art. También dejó su huella en la ciencia y la medicina: junto a su hermano fundó una organización puntera en investigación sobre el Alzheimer, una enfermedad que afectó a su madre, Estée.

Su vida personal también fue rica y discreta. Tuvo dos hijos, Gary y William —este último sigue hoy vinculado a la empresa— y compartió su vida con dos mujeres extraordinarias: Evelyn, fallecida en 2011 y cofundadora de la Breast Cancer Research Foundation, y Judy, su viuda, una reconocida fotógrafa artística con la que visitó Madrid hace tan solo unos años. En esa ocasión aprovechó para reunirse con los 10 los medios femeninos españoles fundamentales en la historia de la marca, entre los que estuvo Vanitatis,

Su visión consolidó no solo una empresa, sino una nueva manera de entender la belleza: más libre, más diversa, más ambiciosa

El legado que se queda en el tocador

Leonard Lauder transformó lo que muchas consideraban “cosmética” en algo mucho más profundo: una expresión de identidad, de cuidado, de posibilidad. Su visión consolidó no solo una empresa, sino una nueva manera de entender la belleza: más libre, más diversa, más ambiciosa.

Hoy, quienes trabajamos en esta industria no solo lo recordamos como un empresario excepcional, sino como un mentor silencioso cuyas decisiones siguen moldeando lo que somos. Desde los mostradores de Harrods en los años 60 hasta los feed de Instagram del siglo XXI, su legado continúa. Porque Leonard Lauder no vendía cremas ni perfumes: vendía confianza. Y eso, queridas lectoras, no tiene precio.

Pocas figuras en la historia contemporánea de la belleza han influido tanto —y durante tanto tiempo— como Leonard Lauder. Este junio, con 92 años, el patriarca de Estée Lauder nos ha dejado, y con él se cierra un capítulo fundamental de la industria cosmética global. Pero su huella no solo persiste, sino que se multiplica cada vez que aplicamos una base de maquillaje, nos perfumamos con una esencia elegante o seguimos una rutina de cuidado facial inspirada en décadas de expertise.

Tendencias de belleza
El redactor recomienda