Si te gustan las plantas, esta pareja es perfecta para tener flores todo el verano sin esfuerzo

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Son las estrellas de las terrazas en verano: petunias y surfinias forman un tándem infalible para quienes buscan una explosión de color sin grandes complicaciones. Ambas son muy valoradas por su floración prolongada y por requerir cuidados sencillos, lo que las convierte en las aliadas ideales para decorar balcones, macetas y colgantes de forma vistosa y natural.

Los expertos de 'Verdecora' recomiendan este conjunto porque combina lo mejor de cada especie: las petunias ofrecen una estructura más compacta y la posibilidad de obtener semillas, lo que permite su reproducción al año siguiente, mientras que las surfinias, gracias a su porte cascada —característica de híbridos como Supertunia y Surfinia— crean un efecto espectacular cuando se cuelgan. Además, su fácil cuidado las hace accesibles incluso para principiantes: requieren sol, sustrato nutritivo y riego regular, pero sin mayor complejidad.

Para que estos ejemplares alcancen su mayor belleza, es clave entender sus necesidades solares y hídricas. Las petunias demandan al menos seis horas de luz directa al día para florecer abundantemente; en las mañanas tardías o primeras horas de la tarde, una exposición al sol pleno les proporciona la energía que necesitan. En climas muy cálidos, algo de sombra por la tarde puede ayudarlas a mantenerse frescas y saludables. Las surfinias, aunque similares en requerimientos, tienen un metabolismo más vigoroso, por lo que su tierra debe mantenerse ligeramente húmeda y bien drenada para evitar el encharcamiento.

El riego debe ser diario en macetas o colgantes, donde el suelo se seca con facilidad; en tierra, puede espaciarse un poco, pero siempre evitando que la planta sufra estrés por sequía. Las petunias son especialmente sensibles a los riegos intermitentes o excesivos, motivo por el cual conviene comprobar siempre la humedad del suelo antes de añadir agua.

Otro factor esencial es el mantenimiento. Retirar con frecuencia las flores marchitas —una tarea sencilla que consiste en cortarlas justo por debajo del tallo— ayuda a que la planta concentre su energía en producir nuevas flores en lugar de mantener las que ya han terminado su ciclo. Aunque algunas variedades híbridas se autolimpian y desprenden sus flores de forma natural, este pequeño gesto marca la diferencia. También es recomendable recortar los tallos que se alargan en exceso para fomentar un crecimiento más compacto y equilibrado.

A la hora de elegir, conviene tener en cuenta el espacio disponible: las surfinias lucen de manera impresionante en cestas colgantes, desplegando un efecto cascada, mientras que las petunias se adaptan perfectamente a jardineras y mesas, aportando volumen y color sin ocupar demasiado espacio.

Con sol, riego constante, abono puntual y una poda ligera cuando sea necesario, este dúo vegetal puede convertir cualquier rincón en un espectacular manto floral de verano. Petunias y surfinias son, en definitiva, una elección confiable: dos especies fáciles de cuidar que suman belleza y alegría con un mínimo de atención. Y ante cualquier duda, contacta con un experto en la materia.