Beyoncé sorprende con un (casi) desnudo repleto de glamour

Todavía seguíamos con la boca abierta ante el impresionante look con el que la cantante deslumbró en su actuación en los Premios Oscar, así como con el vestido con el que acudió a la icónica ‘after party’ en la que las celebridades se divierten después de la gala, cuando nos topamos con una sorpresa realmente abrumadora: Beyoncé ha superado a la mismísima Rihanna en el dominio del difícil arte de lucir un ‘naked dress'.

La cantante posa en sus redes sociales enfundada en un revelador vestido transparente con aplicaciones de Celia Kritharioti, una diseñadora que suena con fuerza recientemente por haber enfundado también a Khloé Kardashian en un sugerente vestido transparente de su marca. Lo sabemos, Beyoncé no es una primeriza en el arte de llevar los complicados ‘naked dresses', pero ella sí es una de las grandes embajadoras de esta tendencia tras haber lucido con orgullo y estilo un increíble vestido transparente con aplicaciones bordadas de Givenchy, un diseño con el que asistió a la Met Gala del año 2015 poco después de que Rihanna diera el pistoletazo de salida a la tendencia con su inolvidable vestido de Adam Selman, en los CDFA Awards de 2014.

Sin embargo, la cantante jamás había llevado tan lejos la tendencia, pues este vestido ha sido confeccionado de forma estratégica y milimétrica para cubrir sus partes pudendas. Se trata de una creación con la que rendir homenaje al icónico vestido de Bob Mackie que lució Cher (al que, por cierto, a su vez rindió tributo el vestido de Ze García lucido por María Fernández Rubíes) en la Met Gala de 1974. Beyoncé aseguró en una entrevista sentirse más feliz con su cuerpo que nunca, y prueba de ello es este vestido destinado a dejar al mundo sin palabras.

No podemos olvidar que en plena gala de los Oscar, Beyoncé transformó una pista de tenis en Compton, donde Serena y Venus Williams entrenaban de niñas, en su escenario. Fue ahí donde cantó ‘Be Alive’ ataviada con un vestido de plumas color 'amarillo-bola-de-tenis' (¿que no existe este color en el Pantone? Pues lo reivindicamos) de David Koma, un diseñador en el que Beyoncé confía desde que en los MTV Europe Music Awards del año 2009 apostó por primera vez por la firma.

Beyoncé se puso en contacto con el diseñador el mes pasado para comunicarle que quería contar con él para dar forma al vestido de su gran actuación, y ambos decidieron tomar el color amarillo como punto de partida. Koma pensó entonces en combinar dos siluetas diferentes que provienen de sus últimas colecciones: la correspondiente a la temporada otoño-invierno, recién presentada, y la estival, que mostró en la piscina olímpica diseñada por Zaha Hadid. El vestido está hecho con lentejuelas transparentes recicladas.

El segundo vestido de la noche fue otro diseño amarillo, aunque en esa ocasión Beyoncé apostó por Valentino. La cantante volvió a confiar en el tono que temen los supersticiosos, un color que finalmente no le dio suerte, pues el Oscar se lo llevó Billie Eilish. La diva lució un impresionante vestido de alta costura de la marca italiana, un diseño palabra de honor con capa, guantes de ópera satinados y accesorizado con pendientes ‘chandelier’ de Lorraine Schwartz.

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