Ni Altea ni Conil: el pueblo costero más bonito de España que te conquistará desde el primer paseo

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Deberías guardar un espacio en tu calendario de escapadas para este presente año, porque si buscas mar, encanto y tranquilidad, hay un rincón en Menorca que promete enamorarte. Aunque Altea en Alicante o Conil en Cádiz suelen acaparar titulares como pueblos costeros de ensueño, este año el foco se traslada a las Islas Baleares, concretamente al norte de Menorca, donde Fornells aguarda con todo su magnetismo mediterráneo.

Con menos de 3.000 habitantes, este pueblo de tradición marinera ofrece una experiencia mucho más genuina que algunos de los destinos más turísticos del país. Poco se habla, pero sus calles blancas, salpicadas de puertas y ventanas en colores vivos, invitan al paseo lento y sin prisas, mientras su puerto se convierte en el lugar perfecto para detenerse a mirar el mar y olvidarse del reloj por unas horas.

Fornells no solo enamora por su estética; su historia también atrapa. Desde su bahía, que en otros tiempos fue punto estratégico frente a los ataques piratas, se puede divisar el emblemático Cabo de Cavallería y su faro, uno de los mejores miradores para contemplar el azul inmenso del Mediterráneo. Además, las ruinas del Castillo de San Antonio y las torres defensivas británicas completan una ruta que mezcla naturaleza, arquitectura e historia.

Por supuesto, cabe destacar que el mar no es solo paisaje: es también sabor. En Fornells se dice que se prepara la mejor caldereta de langosta de toda Menorca. En concreto, restaurantes como Es Cranc, Can Tanu o Sa Llagosta hacen honor a esa reputación con platos que reflejan la esencia isleña: arroces, pescados, perol menorquín o el tradicional oliaigua.

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Y si después de comer te apetece un chapuzón, estás en el lugar perfecto. Cala Cabra Salada, justo al borde del casco urbano, y Cala Tirant, algo más retirada, son dos joyas naturales ideales para disfrutar del mar menorquín en todo su esplendor. Fornells es, sin duda, una escapada que reúne todos los ingredientes: belleza, calma, buen comer y un entorno natural único. No es solo uno de los pueblos más bonitos de España; es ese rincón que querrás volver a visitar una y otra vez.