Ni Llanes ni Ribadesella: este es el pueblo costero más bonito de Asturias que aún no tiene turismo masificado
Perfecto para un fin de semana de desconexión o una escapada en busca del verdadero espíritu asturiano
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Cuando se piensa en joyas del litoral asturiano, los nombres de Llanes o Ribadesella suelen aparecer en primera línea. Pero hay un rincón menos transitado que bien podría robarles el protagonismo por su autenticidad, belleza y tranquilidad: Lastres, un encantador pueblo pesquero que parece haberse detenido en el tiempo, y que aún escapa del turismo masificado que invade otros puntos de la costa norte durante el verano.
Situado en la costa oriental de Asturias, Lastres fue reconocido en 2010 como Pueblo Ejemplar por la Fundación Princesa de Asturias, y no es difícil entender por qué. Este pintoresco lugar ofrece una estampa perfecta de la típica villa marinera: casas de colores colgadas en la ladera, calles empedradas que serpentean entre edificios históricos, y el eterno murmullo del mar como banda sonora.
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Lo que hace especial a Lastres no es solo su ubicación privilegiada frente al Cantábrico, sino el ambiente sereno que lo envuelve. Aquí no hay grandes aglomeraciones ni colas interminables para tomar una foto. Se camina sin prisa, se respira mar y tradición, y cada rincón parece invitar a quedarse un poco más.
Uno de los mejores puntos para disfrutar de su belleza es el Mirador de San Roque, desde donde se puede admirar todo el perfil del pueblo, la playa de La Griega y la pequeña capilla que da nombre al lugar. La vista es simplemente inolvidable, especialmente al atardecer. El casco histórico es otro de los grandes tesoros de Lastres. Pasear por la Calle Real, descubrir la Torre del Reloj del siglo XV —con un mecanismo traído de Londres en el XVIII— o dejarse llevar por las callejuelas empedradas del centro, es una forma de viajar al pasado sin salir del presente.
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Además de su arquitectura marinera, el pueblo conserva importantes muestras de arte religioso. La Iglesia de Santa María de Sábada, la Ermita de San José o la Capilla del Buen Suceso son paradas obligatorias para quienes disfrutan de la historia y la espiritualidad que se respira en estos templos centenarios. Para quienes deseen extender la visita más allá del mar, Lastres es también una puerta de entrada a los Picos de Europa. Muy cerca se encuentra Cangas de Onís, con su mítico puente romano, y los célebres Lagos de Covadonga, accesibles por carretera para una jornada de naturaleza en estado puro.
A pesar de su encanto, Lastres sigue siendo un secreto bien guardado. Llegar es sencillo, pero no masivo. Desde el centro del Principado, el trayecto en coche dura aproximadamente una hora por la A-64, enlazando con la N-634 y luego la AS-257. También es posible llegar en transporte público, gracias a los autobuses ALSA que parten desde Gijón y hacen el trayecto en una hora. Una opción cómoda y accesible para quienes prefieren no conducir.
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