Enrique Valero: “Lo mejor de Abadía Retuerta es que los que la hacemos posible somos felices trabajando en el proyecto”

París. 107 rue de Rivoli. El precioso Museo de las Artes Decorativas de la capital francesa comparte edificio con el Louvre, de hecho, desde sus ventanales se observa perfectamente la pirámide de cristal en la que ‘El código Da Vinci’ de Dan Brown sitúa la clave para desentrañar el misterio del Santo Grial.

El Santo Grial que hoy nos ocupa es contemplar el advenimiento de una nueva selección de referencia consagrada a la hotelería de lujo: las Llaves Michelin, que a partir de ahora pasan a formar parte de la mítica ‘Guía Roja’, print y online.

La noche avanza sofisticada a golpe de champagne hasta que, sobre las 23:30, son dados a conocer los establecimientos con 3 Llaves, los mejores de entre los mejores del orbe. España resultó especialmente bien parada con cinco establecimientos de primer nivel, de los que uno acapara nuestro máximo interés: Abadía Retuerta Le Domaine.

Tras la foto de grupo con todos los ganadores, nos abalanzamos gentilmente sobre un hombre especialmente feliz. Enrique Valero, CEO de Abadía Retuerta y artífice de ese milagro consagrado a la alta hospitalidad donde no tienen lugar “experiencias”, sino “vivencias únicas” llamadas a permanecer en la memoria de los huéspedes el resto de sus vidas.

Tal es la magia de esta abadía del siglo XII que Stella del Carmen, hija de los siempre queridos Antonio Banderas y Melanie Griffith, ha elegido este lugar, a dos horas de Madrid, para celebrar su muy hollywoodense y castellana boda con Alex Gruszynski. De Enrique Valero intentamos obtener detalles, pero como profesional hotelero de primera división, no suelta prenda; si bien, a veces, el que calla otorga y subraya con carcajadas lo que intenta disimular.

Nos quedó claro que hay un contrato de confidencialidad leonino. Que la seguridad va a ser máxima y que el entorno va a quedar blindado. También que se va a multiplicar el número de efectivos que velarán por los invitados y la exclusiva, pactada con una conocida publicación de papel. Pero, sobre todo, que la paz y el modo zen que caracterizan a “la familia” que atiende a los huéspedes de Abadía Retuerta se van a ver claramente alterados, lo cual no es malo, solo una evidencia para la que se están mentalizando.

Viajemos ahora de París a Sardón de Duero, en Valladolid, a través de la emoción del hombre que rige los destinos del lugar en, probablemente, uno de los momentos más felices de su carrera: el día en el que su abadía pasó a ser oficialmente uno de los mejores hoteles del mundo. Ya lo era antes de este jueves, pero las bendiciones de Michelin y sus inspectores ultrasecretos nunca están de más.

PREGUNTA. ¿Cómo se siente uno teniendo entre las manos la placa con 3 Llaves Michelin que distingue a su hotel como uno de los mejores del mundo?

RESPUESTA. Muy orgulloso, sobre todo del trabajo del equipo. Es como un sueño. Después de 13 años, cuando empezamos a crear un hotel en medio de la nada, es fantástico recibir este reconocimiento. Abadía Retuerta Le Domaine pone en valor el medio ambiente, la historia, el equipo humano, la comunidad y todo lo que hacemos ahí. Definitivamente, ya estamos posicionados en el mundo del lujo contemporáneo a nivel internacional, y eso es estupendo, como lo es que España tenga cinco hoteles con 3 Llaves Michelin.

“El equipo que hace posible Abadía Retuerta es feliz trabajando en el proyecto”

Estas Llaves son estupendas porque valoran no solo el servicio, sino la arquitectura, la decoración, cómo cuidamos el medio ambiente, cómo impactamos en la comunidad local, en la región, y, lo más importante, cómo el equipo que lo hace posible es feliz trabajando en el proyecto.

Nuestra abadía no solo se dirige a gente con alto poder adquisitivo, sino a un cliente que valora el “sense of place”, personas que entienden que el arte, la cultura, la gastronomía, el vino y el bienestar forman un todo. Utilizamos productos locales, tenemos nuestros propios huertos, nos proveemos de los artesanos del lugar.

P. Si, por ejemplo, nos comparamos con Francia en estas cuestiones, España se vende fatal, ¿no?

R. Sí, España, en este punto, aún tiene mucho que hacer a la hora de proclamar sus excelencias, a la hora de comunicarlas. Y ahí sois fundamentales los periodistas, para contarlo. Yo he vivido y trabajado mucho fuera de España, y veo que otros países nos adelantan por la izquierda y por la derecha. Tenemos pendiente desarrollar mucho más nuestro orgullo de país. Nuestras costumbres, nuestros productos, nuestro vino, nuestro aceite, nuestros espárragos, nuestras alcachofas… Todo lo nuestro, ofrecido de forma atractiva, hace que el viajero sienta el lugar, que nos sienta a nosotros. No tenemos que copiar nada ni a nadie, solo poner en valor lo que ya tenemos. No necesitamos artificios, lo nuestro es una maravilla.

“Muchos países nos adelantan por la izquierda y por la derecha. No tenemos que copiar nada ni a nadie, solo poner en valor lo que ya tenemos. En España no necesitamos artificios, lo nuestro es una maravilla”

P. ¿Qué hace tan especial a Abadía Retuerta Le Domaine?

R. Yo siempre digo que he sumido el destino de setecientas hectáreas y una preciosa abadía del siglo XII, pero lo mejor que tengo es el equipo humano, un grupo de personas que saben transmitir lo que somos huyendo del marketing barato. Yo soy un empleado más, aunque siempre digo que la he “heredado” porque la siento como mía, y a mis compañeros les ocurre lo mismo. Somos una familia que comparte el mismo sentimiento de pertenencia. En otras palabras: estamos orgullosos de lo nuestro.

Invertimos toda nuestra energía y nos aproximamos a los huéspedes, no como clientes, sino como futuros apóstoles de Abadía Retuerta. Mi trabajo es entender a mi equipo y motivarlo, y entender a cada cliente para que no se vaya de aquí sintiendo indiferencia, sino totalmente enamorado. Yo no tengo que inventarme nada, todo me lo dan el río Duero y la historia.

“Al principio pensaba que lo más importante era el hardware, la abadía, el entorno; pero lo fundamental es el software, la gente que lleva aquí trabajando tantos años con pasión y unos valores envidiables”

Al principio pensaba que lo más importante era el hardware, la abadía, el entorno; pero lo fundamental es el software, la gente que lleva aquí trabajando tantos años con pasión y unos valores envidiables. Lo crucial es la arquitectura del equipo.

Me apropio ahora de las palabras de la directora del hotel La Fiermontina Ocean de Marruecos —premio a la Mejor conexión con el entorno en las Llaves Michelin— que ha dicho “nosotros no aportamos a la comunidad, es la comunidad la que nos aporta a nosotros”.

“Nosotros no ofrecemos 'experiencias', esa palabra está ya muy quemada. Nosotros proporcionamos 'vivencias únicas'”

Alrededor tenemos a los agricultores, a gente que nos trae huevos cada mañana, cereales para hacer el pan, quesos, leche… ¡Es lo mismo que hacían nuestros abuelos!

Nosotros no ofrecemos “experiencias”, esa palabra está ya muy quemada. Nosotros proporcionamos “vivencias únicas”. Nuestro equipo está especialmente entrenado para, con solo mirar a los ojos del huésped, saber qué quiere.

P. ¿Y qué quieren Stella Banderas y Alex Gruszynski?

R. (Risas).