A mal tiempo, buena cabellera: Antonio David se hace un injerto capilar

Han pasado casi 20 años desde que Rocío Carrasco y Antonio David Flores pusieron fin a una relación mediática que hizo correr ríos de tinta en el papel cuché nacional. Un intenso pero efímero periodo de tiempo (estuvieron casados cuatro años) que bastó para hacer socialite al ex guardía civil que hoy decide cambiar su físico.

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Según publica la revista ‘Diez Minutos’, el tertuliano y empresario ha acudido a una clínica estética para repoblar su cabeza, la cual había perdido volumen capilar con el paso de los años y los disgustos. Su último quebradero de cabeza tuvo lugar hace apenas unas semanas, cuando, después de un tedioso trámite, la Audiencia Provincial de Madrid tumbó la demanda interpuesta por la hija de Rocío Jurado que acusaba a este de un delito por violencia de género. Ahora, salvado de una, se encuentra a la espera de un juicio por posible alzamiento de bienes. Cuando no es una cosa es otra y, claro, el físico se resiente y los años pasan factura.

Flores se sometió a esta operación estética tan extendida hoy en día por hombres de su edad (el joven ya tiene 43 años), pero no ha seguido la moda implementada y ha evitado viajar a Turquía como otros tantos famosos. El andaluz se sometía al implante en su tierra natal, Málaga, ciudad donde vive tranquilamente con su mujer Olga y sus hijos.

En las fotos que aporta la publicación de 'Diez Minutos' se puede ver a Flores antes y después de someterse al implante capilar, procedimiento lento y algo molesto que suele durar unas seis horas, pero que no supone suturas ni grandes cuidados posteriores. Tras 10 días de un cuidado reposo ya se encuentra listo para retomar su vida, obteniendo el resultado final de la operación pocos meses después (y luciendo melenón). El precio que Antonio David ha pagado oscila entre los 3.000 y 6.000 euros, dependiendo de cuánta cantidad haya decidido implantarse. Aunque vista la ‘pillada’ que la prensa le ha tendido al empresario, desconocemos si este casual reportaje en frente de la clínica supone un intercambio publicitario o un posado remunerado, por lo que la rebaja habría sido notoria.

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