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Cuando a Ana Belén y Víctor Manuel les pusieron dos bombas en su casa
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Cuando a Ana Belén y Víctor Manuel les pusieron dos bombas en su casa

Antes que Pablo Iglesias e Irene Montero, el matrimonio de cantantes ya sufrió el acoso de los intolerantes. Fue en su casa de Torrelodones, a principios de los años 70

Foto: Ana y Víctor, en la presentación de las memorias del asturiano. (EFE)
Ana y Víctor, en la presentación de las memorias del asturiano. (EFE)

Lo de que los políticos y sus familias 'paguen' en su esfera privada lo que defienden en su vida pública es, lamentablemente, algo habitual. Lo que están viviendo Pablo Iglesias e Irene Montero antes lo sufrieron los padres de Albert Rivera en su tienda o Soraya Sáenz de Santamaría a las puertas de su casa. Incluso, les ocurrió a Víctor Manuel y Ana Belén en los años en que eran más beligerantes con sus ideas políticas y se afiliaron al Partido Comunista. La intolerancia no entiende de signos políticos ni de simpatías artísticas. El propio Víctor contó en sus memorias un episodio truculento que les ocurrió cuando aún vivían en una finca en Torrelodones, no muy lejos, por cierto, de Galapagar.

"Un mediodía estábamos en la piscina, en la última planta del Hotel Capri [en La Habana], y apareció un señor que en el bolsillo de la camisa tenía bordado el anagrama de Iberia. Nos vio y caminó decidido hacia nosotros.

- Hola, no sé si sabéis que han puesto una bomba en vuestra casa de Torrelodones [...] La foto era de la verja exterior, que aparecía completamente destrozada. El cronista explicaba que los cristales de la casa estaban rotos y la avería la firmaba un rotundo "¡Viva Cristo Rey!". Conseguimos hablar con la familia, que ya había ido con algún amigo a limpiar la casa de papeles y documentos que pudiesen parecer comprometedores".

placeholder Pilar Bardem, Víctor Manuel, Ana Belén, Nuria Espert y Pastora Vega, en una manifestación contra la guerra de Irak en febrero de 2003. (EFE)
Pilar Bardem, Víctor Manuel, Ana Belén, Nuria Espert y Pastora Vega, en una manifestación contra la guerra de Irak en febrero de 2003. (EFE)

Así narra Víctor Manuel en el libro 'Antes de que sea tarde' (Aguilar) aquellos momentos de angustia e incertidumbre. "Vivíamos en un lugar que si lo piensas ahora da más miedo que entonces, en la última casa de un callejón sin salida, lindando con la vía del tren y sin vecinos alrededor como no fuese fin de semana o verano. Decidimos tiempo después construirnos otra casa en un lugar más despejado y transitado, sin desprendernos de la otra. Cuando la estaban levantando alguien colocó un petardo en el centro de la estructura con la intención de derribarla perforando un forjado de 20 centímetros. Este ataque no estaba firmado. Fui al cuartelillo de la Guardia Civil, desde donde me acompañaron a ver el destrozo. El sargento lo tenía claro, antes incluso de verlo: Esto ha sido el aire".

Tiempo después los cantantes supieron la identidad de quienes habían intentado atentar contra ellos. Dos tipos que habían acabado con la vida de un conserje de 'El País' tras mandarles un paquete bomba, también habían asesinado a una embarazada y herido gravemente a su marido al poner una bomba en una papelera. "Antes, para ir probándose, habían puesto dos bombas en nuestra casa de Torrelodones, una primero y otra después".

Es asombrosa la tranquilidad con la que Víctor Manuel narra aquellos episodios. En otro de sus libros, 'El gusto es mío', el artista asturiano rememora los años de Torrelodones: "Vivíamos muy aislados cerca del río. Pensarlo ahora da miedo, entonces ponían bombas caseras y en la medida que te sentían aislado, arreciaban".

En el verano de 1976, a punto de nacer su primer hijo, decidieron dejar la casa de Torrelodones y mudarse a Madrid. "De vez en cuando nos acercábamos a regar o a barrer en el jardín. Uno de esos días, en 1977, la puerta de madera que daba acceso a la parte posterior de la casa, por la cocina, estaba rota; alguien había entrado y todas las camas de la casa tenían el embozo un poco abierto [...] Nunca supimos quién había sido pero por las fechas aquello coincidió con el secuestro por parte del GRAPO del político tradicionalista Antonio María de Oriol y el teniente general Villaescusa, así como con las batidas que hicieron por el extrarradio de Madrid las fuerzas de seguridad buscando casas sospechosas".

La familia se terminó imponiendo a la militancia. "Cuando David cumplió dos años, levanté el pie del acelerador, la militancia se fue relajando y decidí volver con todas las consecuencias al redil de la industria musical, a escribir canciones que buscasen un público amplio y sanear económicamente unas arcas con telarañas".

Víctor siguió militando en el PCE hasta el año 1982.

Lo de que los políticos y sus familias 'paguen' en su esfera privada lo que defienden en su vida pública es, lamentablemente, algo habitual. Lo que están viviendo Pablo Iglesias e Irene Montero antes lo sufrieron los padres de Albert Rivera en su tienda o Soraya Sáenz de Santamaría a las puertas de su casa. Incluso, les ocurrió a Víctor Manuel y Ana Belén en los años en que eran más beligerantes con sus ideas políticas y se afiliaron al Partido Comunista. La intolerancia no entiende de signos políticos ni de simpatías artísticas. El propio Víctor contó en sus memorias un episodio truculento que les ocurrió cuando aún vivían en una finca en Torrelodones, no muy lejos, por cierto, de Galapagar.

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