Muere Alejandro Fernández, de Bodegas Pesquera: su testamento y la guerra familiar

La noticia ha caído como una bomba en Castilla y León. Alejandro Fernández, fundador de la Bodegas Pesquera, uno de los artífices de la DO Ribera del Duero, fallecía este sábado en Santander a los 88 años. En guerra con parte de su familia desde hace años, su muerte abre numerosas incógnitas en la empresa que fundó junto a su ya exmujer, Emilia Esperanza Rivera.

Dentro de un mes se leerá su testamento, un documento en el que el empresario ha dejado todo atado y bien atado. “Pero ya verás que ni en eso se ponen de acuerdo, esta familia está rota y con su ruptura han hundido la bodega”, nos dice una fuente del entorno de Valladolid de la familia.

Fernández pasaba unos días con su hija Eva, con la única con la que mantiene relación, en Santander, cuando falleció. Sus restos fueron incinerados el mismo domingo y su funeral tendrá lugar este martes en su pueblo. No se sabe si asistirán sus otras tres hijas y su exmujer, de quien se separó hace unos años y con quien firmó su divorcio a principios de 2020.

Sin embargo, nunca llegaron a un acuerdo económico, lo que por parte de ella supone no haberse divorciado del todo. "Si no hay acuerdo en la liquidación de bienes, el divorcio poco supone", nos dicen desde el entorno de la familia.

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Es precisamente este proceso de divorcio el que ha provocado los serios problemas en los que se encuentran los Fernández Rivera. Sin hablarse desde hace años, con contenciosos judiciales por causas diversas, la familia ha roto y con esa ruptura, decíamos, han dañado a la empresa. La misma que en 1985 producía un vino considerado por Robert Parker, el gurú enológico mundial, como uno de los mejores de su tiempo.

Por el momento, la empresa ha dejado a un lado los enfrentamientos y ha lamentado la muerte del patriarca en un comunicado: "Lamentamos comunicar que debido a la triste noticia del fallecimiento de nuestro fundador Alejandro Fernández, estas instalaciones y todas las empresas de Familia Fernández Rivera permanecerán cerradas las próximas 48 horas, exceptuando los trabajadores esenciales, en señal de duelo. Rogamos una oración por su alma. Descanse en paz".

De Julio Iglesias al emérito

Amigo de Julio Iglesias y del Rey emérito, entre tantos otros, Fernández deja tras de sí un reguero de demandas, muchas sin sentencia, que quedan en suspenso en estos momentos. “En esta familia no son capaces de ponerse de acuerdo en nada, así que cuando se lea el testamento, seguro que habrá nuevos enfrentamientos”, añaden las citadas fuentes.

Se espera, por parte de la familia de Eva Fernández Rivera, según nos dicen, que le corresponda la parte de la empresa de su padre por la que Fernández batalló en vida. Se trata de repartir la empresa en dos mitades o en cuatro cuartos, es decir, en partes iguales para los exmiembros del matrimonio o en partes iguales para las cuatro hijas. Con la primera fórmula, Eva salía ganando puesto que su padre iba a darle a ella toda su parte, con la segunda fórmula salen ganando el resto de las hermanas, que tendrían tres partes del negocio y no necesitarían a Eva para tomar decisiones. Sea como sea, hace un tiempo ya que Eva no está en la empresa. Es el único miembro de la familia que no forma parte de Bodegas Pesquera, empresa rebautizada como Familia Fernández Rivera.

“Alejandro era el alma del vino Pesquera; con su muerte, muere el vino”, concluye la misma fuente. Pero, a pesar de las encarnizadas batallas internas, la empresa sigue adelante y el negocio goza de un razonable buen rendimiento. Finlandia, Noruega, Suecia y Suiza son, por ejemplo, los mercados en los que más venden, nos cuentan, y además están presentes en el asiático. En sus últimas cuentas (2019) presentadas de Alejandro Fernández Tinto Pesquera SL, la matriz de las muchas sociedades que tiene la familia, los números son brillantes: 82 millones de patrimonio activo y unos beneficios netos de 4,2 millones de euros.

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Las riendas de la empresa las lleva ahora Lucía, una de las hijas, con Mari Cruz y Olga, sus hermanas, al lado. Apoyadas todas por las hijas de las tres, la tercera generación. Las nietas de Alejandro y Esperanza son todas chicas menos el hijo de Eva, la hermana en conflicto con el resto. Y, por ahora, el chico es demasiado pequeño como para poder entrar en la empresa, si es que llega a hacerlo algún día. Veremos si cuando se abra el testamento las cosas siguen igual o si surgen nuevos capítulos de esta guerra fraternal enraizada en un odio que parece difícil de superar.