Capítulo 2 del 'Falcon Crest' de bodegas Pesquera: las hijas se defienden

Don Juan Carlos, el rey Felipe, Julio Iglesias, Bill Clinton, Obama y el embajador Costos son algunos de los grandes personajes seguidores del grupo Pesquera, del bodeguero Alejandro Fernández, que fundó su empresa hace más de cuarenta años. El Rey emérito calificó esos vinos como “cojonudos” y en muchas ocasiones ha enviado botella a jefes de Estado y mandatarios extranjeros.

Antonio Banderas es otro de los clásicos de estos vinos familiares, igual que Papuchi, que mantenía una fuerte amistad con la familia Fernández. Lucía, una de las propietarias e hija del fundador, contaba esa relación con el doctor Iglesias Puga que se mantiene en la actualidad con Rona, la viuda. “Era un hombre espléndido, divertido y buen conocedor del vino, como su hijo”, relataba en la presentación de la nueva imagen de la firma en la que ya participan tres generaciones.

En esta nueva andadura pasa a denominarse Familia Fernández Rivera, en un momento en que el padre y las hijas se encuentran inmersos en un proceso judicial donde el fundador, Alejandro Fernández, ya no tiene el control de la empresa ni puede acudir a las bodegas.

Un conflicto empresarial donde las connotaciones afectivas ocupan un lugar predominante, como aseguraban las tres hijas a Vanitatis: “Es muy dolorosa esta situación. Queremos mucho a nuestro padre y le tenemos siempre presente. El problema es que no hay posibilidad de diálogo con él. No podemos verlo, ni hablar con él. Todo tiene que ser a través de sus abogados. Es una situación complicada donde hay personas que, en vez de tender puentes, hacen lo contrario. Nuestro padre tiene 86 años y no se merece estar alejado de su familia. Se nos rompe el alma con este distanciamiento”.

Homenajes y denuncias

Lucía, Mari Cruz y Olga (las hermanas Fernández) junto a sus sobrinas, que ya ejercen cada una en una división de los negocios vinícolas de la familia, no obviaron este desencuentro ya judicializado con el creador de Pesquera al que solo apoya Eva, la cuarta hija del matrimonio. “Nuestros logros son el fruto del trabajo de toda la familia durante más de cuatro décadas y que no hubiera sido posible sin el esfuerzo de nuestro padre, Alejandro, y nuestra madre, Esperanza”. Una manera de visibilizar y homenajear al fundador a través de ese mensaje de reconocimiento que choca con la denuncia presentada en los Juzgados de Instrucción de Valladolid por el propio fundador y que, si no hay cambios, puede alargarse en el tiempo.

En el transcurso de un almuerzo se presentaron las nuevas líneas de trabajo, los cambios de etiquetado, la expansión comercial, los planes de desarrollo del grupo que pasa a llamarse Fernández Rivera. La reunión gastronómica donde se probaron los nuevos caldos finalizó con un brindis dedicado al padre y fundador, Alejandro Fernández, igual que a Esperanza, la mujer de la que se separó hace dos años. El mismo tiempo que se inició el desmembramiento empresarial.

Qué más quisiéramos que todo se arreglara. Lo vemos por la calle y no podemos acercarnos

Aún no están divorciados y, si el contencioso judicial se soluciona de una manera amistosa, puede ser que tampoco se haga efectivo ese divorcio. Las hijas y nietas no quieren echar más leña al fuego. Saben en qué situación se encuentra el padre y abuelo y, aunque no justifican su distanciamiento, no olvidan la edad que tiene y el tiempo que está perdiendo de compartir con la familia hasta hace dos años unida y compacta.

Una familia rota

“Qué más quisiéramos que todo se arreglara. Lo vemos por la calle y no podemos acercarnos. Sus nietas y nosotras tenemos una enorme tristeza”, aseguraban las hijas del gran Alejandro Fernández. Los amigos que han tratado de siempre tampoco entienden esta pelea familiar. “Para mí ha sido una sorpresa desagradable e incomprensible. Conozco a la familia desde hace muchos años y siempre han mantenido una relación de respeto y jerarquía hacia Alejandro. No me cabe la menor duda de que aquí hay influencias muy negativas. Es una pena y esperemos que se arregle”, explica el periodista Óscar Cavero, que durante años ha mantenido una relación estrecha con el fundador y su familia. “Hemos hecho varias veces el programa de RNE en la bodega y recuerdo como en otras ocasiones, cuando estábamos por la zona, se acercaba a vernos y nos traía vino y embutidos para compartirlos con todo el equipo”.

La empresa factura veinte millones de euros al año, de los cuales 18 corresponden a la bodega Tinto Pesquera, el preferido del Rey emérito y de Julio Iglesias. Familia Fernández Rivera lo forman cinco empresas: Condado de Haza, Tinto Pesquera en Ribera del Duero, Dehesa de la Granja (en Vadillo de Guareña, Zamora), Vínculo en Campo de Criptana (Ciudad Real) y el hotel AF Pesquera, en Peñafiel.