Manuel Alejandro: compositor de éxito, padrino de Alejandro Sanz y una trágica pérdida

Manuel Álvarez-Beigbeder Pérez nació el 20 de febrero de 1933, por lo que tiene 88 años. Toda una vida dedicada a la música que desde siempre le corrió por las venas: su padre era el compositor Germán Álvarez Beigbeder. Así, no es de extrañar que su inestimable talento le consagrase como el compositor español más famoso de todos los tiempos con más de 600 canciones en su haber y colaboraciones con artistas de la talla de Raphael, Rocío Jurado o Luis Miguel.

Su formación comenzó cuando apenas era un niño y el primer obstáculo al que tuvo que hacer frente en su vida le llegó con tan solo 16 años. Una lesión en el brazo derecho le llevó a pasar cinco veces por quirófano. Aquello le dejó secuelas en la movilidad, se libró de la mili y también cambió su destino, por lo que tuvo que renunciar a dedicarse a la música clásica y se centró en sus otras facetas, la de compositor, arreglista, director de orquesta, productor e incluso cantante solista.

El momento álgido de su carrera tuvo lugar en los años sesenta cuando alcanzó la cima del éxito con las canciones del cantante Raphael. 'Yo soy aquel', 'Cuando tú no estás' o 'Cierro mis ojos' son solamente algunas de las letras que le consagraron en su campo. De hecho, en aquella época llegó a ganar el Festival Internacional de la Canción de Benidorm con 'Ese día llegará', interpretada por Mirla Castellanos, y el Festival de la Onda Nueva con 'Fango', también cantada por Mirla. Reconocimientos que le darían el suficiente caché como para que numerosos artistas quisieran trabajar con él.

Manuel Alejandro continuó cosechando grandes éxitos en las voces de Libertad Lamarque, Pedro Vargas, Julio Iglesias, Rocío Jurado y, más tarde, con Isabel Pantoja, El Puma (José Luis Rodríguez) o Plácido Domingo. Eso sí, si hay alguien que supo venderle bien fue Emmanuel; los dos discos creados por el compositor, ‘Íntimamente’ y ‘Emmanuel’, se convirtieron en absolutos superventas. Por si todo esto fuese poco, el músico también probó suerte en solitario: tres fueron los álbumes que llegó a grabar.

En cambio, su trabajo más especial es, sin duda, el que llevó a cabo junto a Ana Magdalena, el nombre artístico de Purificación Casas Romero, la segunda mujer del compositor. Se casó en primeras nupcias con Helena Gómez Estrada, con quien tuvo tres hijos: Javier, Carlos y Patricia. De su segundo matrimonio con Purificación tuvo cuatro hijas: Sandra, Beatriz, Marian y Viviana. Estas escribieron una emotiva carta de despedida cuando su madre les dejó en mayo del año pasado.

"Conoció a mi padre con 18 años y, a pesar de que mi padre era un hombre separado y con tres hijos de un matrimonio anterior que duró tres años (desde los 23 a los 26) y, por lo tanto, en aquella época de finales de los años 60, un auténtico 'demonio' en España del que cualquier jovencita y más si le sacaba 13 años debería huir, ella fue una mujer que superó cualquier tipo de creencia o convención, ya fuera imposición religiosa o política", decía parte de la misiva.

Ellas, como el resto de la familia, temían las consecuencias que esta pérdida podía ocasionar en Manuel Alejandro, tras decir adiós al amor de su vida y la musa de muchas de sus canciones. "Hasta la muerte de mi mujer no quería volver atrás para vivir nada otra vez. Ahora volvería a vivirlo todo", aseguraba para 'El País' en lo que fue su primera entrevista tras el fallecimiento de su mujer. Y eso que nunca le han gustado: "No me gustan absolutamente nada las entrevistas. Me encantan las conversaciones, pero para charlar en una barra de un bar. Siempre me ha gustado guardar mi intimidad", comentaba el músico en conversaciones con Vanitatis cuando le concedieron el título de Hijo Predilecto de su Jerez natal.

La pareja residía en Madrid, pero también pasaba largas temporadas en su chalet de El Puerto de Santa María (Cádiz). En la actualidad, el compositor vive casi recluido en su estudio, aunque no lo lleva mal. Hasta hace un tiempo, estaba trabajando con Alejandro Sanz, que suele visitarlo por las tardes en su casa y de quien es padrino de bautizo. Pasa entre dos y tres horas diarias tocando el piano mientras escribe sus memorias con el título de 'El escribidor de canciones' y termina sus muchos encargos. Aunque tuvo que parar sus proyectos por una enfermedad que ya superó, sigue escribiendo cada día y disfrutando de una pasión que supo convertir en oficio.