Primicia | Carolina Molas, última prueba de vestido con Caprile y una joya del lote robado

Carolina Molas será una de las grandes protagonistas de la boda de su hijo, este sábado 8 de julio. A menos de 48 horas, la madrina del enlace ultima los detalles del que será su look: un vestido firmado por Lorenzo Caprile del que no se ha desvelado ningún detalle.

Acompañada por su íntimo amigo Eloy Martínez de la Pera, comisario de arte y diseñador y productor de exposiciones para organismos públicos y privados, según ha podido saber Vanitatis en primicia, Carolina ha rematado los últimos flecos de su outfit para el gran día de su hijo Íñigo la mañana de este jueves.

Es la primera vez que ejerce de madrina y los nervios están a flor de piel. Más aún, después del robo de joyas de la semana pasada entre las que se encontraban algunos modelos que viajaban para que Molas pudiera elegir. La futura suegra de Tamara conoce a los dos hermanos joyeros detrás de esta empresa y por amistad pusieron a su disposición un completo muestrario para que Carolina encontrase los pendientes que mejor combinasen con el vestido que el modisto está confeccionando para ella.

Los joyeros, tal y como han explicado fuentes cercanas a la consuegra de Isabel Preysler, aprovecharon varias citas concertadas en Madrid para hacer una visita a la capital y, ya de paso, quedar con Molas para que escogiera varios modelos y se los probase con el vestido.

Escogió unos pendientes que le encantaron. Gracias a que lo hizo, no corrieron la misma suerte que el resto del lote, por ahora en paradero desconocido. La idea era ver si le encajaban con el resto del look y, de ser así, comprarlos. Y finalmente ha sido así. Las mismas fuentes confirman a Vanitatis que la madrina ha adquirido esta joya que sin duda guardará con cariño siempre por el significado que va a adquirir tras lucirla en la boda de su hijo.

Una decisión tomada esta misma mañana, cuando, como decíamos, Carolina Molas tenía la última prueba con Lorenzo Caprile en su atelier en Madrid. Hasta allí ha llegado a pie acompañada de su íntimo amigo. Ha entrado feliz y sonriente y de la misma manera, según se aprecia en las fotos a las que ha tenido acceso este medio, ha salido, visiblemente satisfecha con el resultado.

No hay duda de que no quiere ser protagonista de esta boda y que su diseño será tan apropiado como discreto. Ella sigue en su línea de no ser un personaje público. De hecho, participará en la boda con normalidad, pero no de la exclusiva con la cabecera con la que se ha llegado a un acuerdo.

Tal y como relatan personas cercanas a Molas, ha mandado un escrito a la revista diciendo que su aparición en las fotos como madre y madrina “será puntual y no significará que deje de ser una persona privada que es lo que pretende”, concluyen.

Carolina tiene todo muy atado para disfrutar lo máximo posible de este día tan feliz y especial para su hijo y su nueva y aristocrática nuera, rodeada de su familia y amistades íntimas y sin sobresaltos de ningún tipo.