Raquel Perera: "Lo más duro que he vivido en mi vida ha sido mi separación"

Raquel Perera ha pasado unos días de vacaciones en Chiclana, Cádiz, un lugar que conoció hace unos años gracias al padre de sus hijos, Alejandro Sanz, y al que ahora ha vuelto para descansar. Es Raquel una mujer nueva y su imagen fuerte y poderosa contrasta con los momentos de debilidad del cantante, quien hizo público su estado anímico a comienzos del verano, algo que preocupó considerablemente a sus fans y seguidores.

Hace tres años, cuando sorprendentemente la pareja anunció su separación con un emotivo comunicado, su estado anímico no era el mismo, reconoce ahora Raquel en una entrevista en exclusiva. Dice que necesitó ayuda profesional para afrontar aquella situación: “Estaba en un momento de mi vida en el que era incapaz de dar un paso hacia delante, me daba todo miedo. Recurrí a terapia, siempre he estado rodeada de terapeutas, psicólogos, por mi carrera, mis profesores han sido mis maestros. Las emociones y manifestar cómo te sientes me parecía algo necesario y normal. Me han dado mucho amor, seguridad y eso te da libertad para manifestar tus emociones, recurrir a un terapeuta”.

No esperaba Raquel Perera convertirse en protagonista del verano por su debut literario, su primer libro, 'Para que no te olvides', que se ha convertido en la lectura favorita para el verano hasta el punto de que va ya por su segunda edición. Se ha atrevido a hablar de muchos temas y también de la sensación que vivió al separarse. En declaraciones a Vanitatis comenta: "Cuando me tocó decir adiós en mi matrimonio fue triste, pero también pensé que tenía que ser así. Me enorgullece dejar a una persona con una capacidad de amor mayor a la que tenía cuando yo lo encontré, y yo también la tengo, nos hemos dado mucho amor y muchas lecciones de vida".

Raquel y Alejandro se conocieron trabajando juntos, aunque para ella dejarse llevar por el amor no fue tan fácil y recuerda que las palabras que le dijo su padre, al que está muy unida, fueron decisivas: "Durante un tiempo me mantuve muy distante con el compromiso más que con el amor. No me sentía capaz de mantener un compromiso para toda la vida, jugaba al amor, me mojaba los pies, pero no me tiraba a la piscina, pero un día dije me voy a tirar a la piscina porque hay que intentarlo, y si es para toda la vida bien y si no, lo importante es vivirlo. Como me dijo mi padre: 'No intentes buscar el amor perfecto, pero intenta que tu vida esté llena de amor siempre'”.

Cuando habla de su familia y de sus padres, que han cumplido 50 años casados, a Raquel se le ilumina la mirada. Ellos son su referente familiar: “Tengo una hermana mayor y un hermano pequeño, yo soy la de en medio, y tanto la familia de mi padre como la de mi madre están muy unidas. Ellos tuvieron que independizarse muy jovencitos y aprender a vivir trabajando a la vez, no pudieron estudiar carreras universitarias, pero mi padre, del que hablo mucho, tiene una inteligencia emocional innata y me ha dado muchas lecciones de vida que jamás olvidaré”.

Así que, siguiendo los consejos de su padre, decidió dar un paso adelante y fundar su propia familia: "Decidí tirarme a la piscina cuando sentía el amor más profundo, para mí en ese momento era el amor eterno, y cada segundo del amor era eterno… Luego me separé y fue triste, sentí pena. Aunque nunca tienes la certeza de que algo sea para siempre, sabía que era algo que podía ocurrir".

"En el libro trato de explicar a mis hijos que no existen príncipes azules ni princesas que esperan ser rescatadas de una torre, solo se rescata una misma y por supuesto siempre hay compañeros, amigos, familiares que van a quererte y a estar contigo, pero ni vas a gustar a todo el mundo ni las cosas duran siempre toda la vida. Pero mientras duren, que estén llenas de amor y que sean verdad", añade.

Tomar la decisión de separarse ha sido una de las más difíciles de su vida y recuerda de qué manera lo planteó a sus dos hijos, Dylan y Alma, los dos hijos menores del cantante, que tiene otros dos hijos mayores, Manuela y Alexander, también músico.

"A mis hijos el día de separarnos les dijimos que el amor a veces se transforma, que no dura para siempre, que a veces los novios dejan de serlo, de vivir juntos, pero que aunque no sigamos viviendo en la misma casa eso a ellos nunca les iba a afectar, porque papá y mamá se iban a querer toda la vida y, lo más importante, que íbamos a ser los mejores padres para ellos. Esa fue la forma en la que intentamos explicárselo y hemos intentado que eso se mantenga. Mis hijos ahora mismo tienen a su padre y a su madre, yo me vine a España para que estuviéramos todos juntos y más cerca, todo con naturalidad", relata.

Cuando le preguntamos a Raquel sobre el estado anímico del padre de sus hijos, afirma con rotundidad: “El escenario le cura. Él leyó por encima el libro, mientras lo estaba escribiendo, lo tiene, se lo he dado y dedicado y me ha dicho que lo va a leer tranquilo. Me dijo que le había encantado lo que había visto y que es un regalazo para los niños y para cualquier persona que quiera ser mejor y conocer los rincones escondidos de cada uno. Sé que lo leerá tranquilo cuando tenga el momento”.