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Acciones y empresas: la discreta herencia de Bertín Osborne tras la muerte de su padre, Enrique Ortiz López-Valdemoro
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Acciones y empresas: la discreta herencia de Bertín Osborne tras la muerte de su padre, Enrique Ortiz López-Valdemoro

El padre del cantante, fallecido a los 96 años, hizo dinero en el negocio de los seguros. Seguía estando al tanto de sus empresas y vivía en un piso de más de 240 metros cuadrados en el Paseo de la Habana

Foto: Enrique Ortiz López-Valdemoro y su exnuera Fabiola Martínez. (Gtres)
Enrique Ortiz López-Valdemoro y su exnuera Fabiola Martínez. (Gtres)

Enrique Ortiz López-Valdemoro falleció a la edad de 96 años de una forma envidiable, como después contaría su hijo, Bertín, a los medios de comunicación: "No ha sufrido, se quedó dormido. Ha sido una muerte muy tranquila, en paz. Yo firmaba, te diré. 96 años y dos meses antes estaba perfecto". Genio y figura, Ortiz pidió que la noticia de su muerte, que se produjo el pasado 18 de Octubre, no fuera pública. Quería morir como vivió, discretamente, y en la hora de su último adiós apenas estuvieron presentes sus cuatro hijos, dos de las hijas de Bertín y tres nietos. "Éramos poquísimos y todo fue muy en privado. Acabamos enseguida", explicó el cantante. En unos días sí se celebrará una misa funeral más pública para que amigos y familiares puedan honrarle a él y a sus hijos con su presencia.

También su herencia es discreta, hablando en el plano estrictamente material. Enrique Ortiz López-Valdemoro seguía estando al tanto de sus empresas, todas relacionadas con el mundo de los seguros o el asesoramiento financiero. En esta tarea le ayudaban sus hijas, aunque, como explican a Vanitatis, Ortiz era un hombre de marcada personalidad que ha estado perfectamente lúcido hasta el final de sus días.

placeholder Una de las pocas fotos que hay de Bertín Osborne con su padre. (Gtres)
Una de las pocas fotos que hay de Bertín Osborne con su padre. (Gtres)

Ortiz era administrador único de Prestaciones Sociales SL, dedicada en el pasado a la correduría de seguros. "Actualmente, debido a los cambios legislativos, su actividad es muy poca, se limita a la prestación de servicios administrativos en colaboración con sociedades de prevención de riesgos laborales", explica la empresa en el último balance de cuentas presentado, hace apenas unas semanas. Constituida en los años 80, tuvo un pasado glorioso y en la actualidad contaba con un activo de 356.056 euros, buena parte en acciones con cotización oficial que la sociedad planeaba "enajenar en el corto plazo". Los resultados de 2023 eran negativos.

También administraba CS Osborne SA, que tiene su origen en Seguros Osborne Correduría de Seguros. "Actualmente ha cesado en la actividad de correduría de seguros aunque mantiene su carácter comercial de productor de seguros en calidad de colaborador", explica la propia empresa en su balance. Esta entidad contaba con un activo de 243.742 euros, pero, como la anterior, en el ejercicio 2023 también había cerrado en negativo.

placeholder Enrique Ortiz López-Valdemoro, en una reunión familiar. (Gtres)
Enrique Ortiz López-Valdemoro, en una reunión familiar. (Gtres)

Una dinámica que también seguía la tercera sociedad que gestionaba el padre de Bertín Osborne. Se trata de Ofigisa SA, fundada en 1981 y la que fue el buque insignia del resto de sus negocios. En 2023 esta sociedad declaró un activo de 820.000 euros, aunque sus resultados en ese mismo ejercicio arrojan pérdidas por valor de 50.000 euros. "La actividad de la empresa es la de asesoramiento e intermediación para empresas financieras, mediante contratos de representación con agencias, sociedades de valores o entidades autorizadas por la ley del mercado de valores", explican. Esta sociedad también tiene acciones que se han ido vendiendo con el tiempo para obtener liquidez.

La casa

Todas las empresas de Ortiz López-Valdemoro estaban domiciliadas en la casa en la que vivía en el Paseo de la Habana, un piso de más de 240 metros cuadrados que las inmobiliarias cifran en más de un millón y medio de euros. Al nonagenario le seguía gustando salir a comer de vez en cuando por la zona, como contó el padre de María Pombo, Víctor Pombo, dueño de uno de los restaurantes más afamados de la zona en un programa de Bertín Osborne: "pide siempre su misma mesa, incluso sin haber hecho la reserva, lo que los trabajadores del local, que ya le conocen, se toman con humor".

El padre de Bertín deja otro legado. Enrique Ortiz heredó de su familia materna dos títulos nobiliarios. Por un lado, el condado de las Navas, concedido a la familia por Carlos IV. En el año 1994 Enrique decidió cedérselo a una de sus hijas, María Teresa Ortiz Osborne, quien ostenta el título desde entonces.

Sin embargo, en el momento de su muerte Enrique seguía siendo conde de Donadío de Casasola, un título que data de tiempos de Felipe V. Transcurrido un tiempo prudencial, el heredero con mejor derecho a ostentarlo (por primogenitura) podrá solicitarlo y, previo pago de la tasa correspondiente, convertirse en el IX conde. Hoy día este tipo de dignidades no conllevan ningún privilegio, salvo el orgullo de saberse antepasado de un protagonista de la historia de España.

Cuatro hijos

Los herederos de Enrique Ortiz López-Valdemoro son sus cuatro hijos: Bertín, el más conocido, pero también sus tres hermanas: María Teresa, Marta y María de la Luz, fruto de su matrimonio con María Teresa Osborne y Marenco, nieta del II conde de Osborne. Se quedó viudo en 1991 y desde entonces los cuatro hermanos han estado muy pendientes de su padre. Sobre todo en los últimos años, dada su avanzada edad y su negativa a abandonar su casa para recibir una atención más profesional.

Enrique Ortiz López-Valdemoro falleció a la edad de 96 años de una forma envidiable, como después contaría su hijo, Bertín, a los medios de comunicación: "No ha sufrido, se quedó dormido. Ha sido una muerte muy tranquila, en paz. Yo firmaba, te diré. 96 años y dos meses antes estaba perfecto". Genio y figura, Ortiz pidió que la noticia de su muerte, que se produjo el pasado 18 de Octubre, no fuera pública. Quería morir como vivió, discretamente, y en la hora de su último adiós apenas estuvieron presentes sus cuatro hijos, dos de las hijas de Bertín y tres nietos. "Éramos poquísimos y todo fue muy en privado. Acabamos enseguida", explicó el cantante. En unos días sí se celebrará una misa funeral más pública para que amigos y familiares puedan honrarle a él y a sus hijos con su presencia.

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