La rica cocina popular de Pedreña, el pueblo de Severiano Ballesteros

Pedreña es una pequeña localidad que mira de tú a tú a Santander desde el otro lado de la bahía. Apenas una hilera de casas a un lado y otro de la carretera, pero con un peso específico importante por haber dado a luz a uno de los mejores golfistas del mundo y sin duda de España, Severiano Ballesteros; por su campo de golf, en tiempos el único de la provincia; y una gran trainera, ese deporte de remo autóctono del norte de España, que le dio algún título de España o bandera, aunque ahora este perdida en los últimos puestos de la tabla por el indiscutible dominio de los vascos, más profesionalizados y sobre todo con más dinero.

Parafraseando a Umbral, no hemos venido a hablar de tipismos regionales sino de lo que nos ocupa en esta sección; la buena gastronomía, porque como dice Ramón Freixá, solo hay dos tipos de cocina: la buena y la mala. Aquí en Pedreña se hace cocina popular, de la de siempre, de buenos guisos y mejor plancha, de pescados frescos de la bahía y de capturas de bajura, así como de algunos mariscos con matricula de la zona y buenas carnes de la región.

Pedreña que como decíamos al principio de este artículo es una localidad casi fugaz cuando la atraviesas en coche, sin embargo tiene presencia y fama en la zona por su particular gastronomía local y algunos de sus productos más afamados. Destacar las almejas y las navajas de Pedreña, las mejores de la región, que siguen mariscando las mujeres del pueblo cuando baja la marea. Las lubinas que se pescan en la bahía, cada vez en menor número, pero que todavía permiten disfrutar de su carne blanca y delicada.

El principal restaurante del pueblo, La Trainera, es un curioso local colgado directamente sobre la bahía y con las mejores vistas en directo sobre Santander. Don José, apodado el botas, dueño del restaurante, ha sabido conservar la misma decoración desde… siempre, incluyendo parafernalia del antiguo régimen y otros recuerdos curiosos alusivos a las traineras y otros deportes de la zona. El asador puede vanagloriarse de hacer muy buenos bocartes (boquerones) rebozados, un bonito de lujo, tanto encebollado como con tomate, las dos variedades más populares de la zona. El arroz con almejas es extraordinario y los guisos de la tierra, tanto la marmita (bonito y patata) como el cocido montañés son reconfortantes y sabrosos y como se pueden disfrutar prácticamente todo el año gracias a la benigna climatología del norte suelen estar en carta. Los precios son acordes a la decoración, de hace años.

Abajo junto al pequeño embarcadero donde amarran las lanchas que cruzan la bahía, hay dos diminutos asadores, pegados el uno al otro, El Tronky y Ezquerra, cuyo atractivo son sus terrazas y las planchas sobre las que asan sardinas, bocartes y otros pescados con resultado notable. La afición está dividida sobre cual es mejor, así que prueben y elijan ustedes mismos.

Más abajo junto al pantalán donde atracan los barcos de la zona, Luz de Marina, el restaurante con la sala mejor acondicionada y agradable del pueblo donde poder disfrutar de una gastronomía similar al del resto de la zona en formatos raciones en un ambiente más confortable. Imprescindibles las rabas (calamares fritos). Su privilegiada terraza mirando a Santander y la playa de El Puntal es el lugar idóneo para tomar el aperitivo.