Un paseo gastronómico por Sanlúcar de Barrameda
Sanlucar es un destino de bodegas y mariscos, manzanilla y vinos extraordinarios, de langostinos, frituras de pescado y guisos marineros, de playas y plazas sembradas de mesas, sillas y sombrillas
Llegar a Sanlúcar, un precioso puerto natural, navegando el río Guadalquivir en las grandes barcazas que salen de Sevilla y tras varias horas surcando las aguas tranquilas que desciende lentamente hasta encontrarse el mar, es un viaje placentero. Sanlúcar de Barrameda se va anunciando cuando ambas orillas se van transformando a babor y a estribor y el paisaje cambia de un perfil plano y agrícola, a descubrir un parque natural de extrema belleza, uno de los más bellos de nuestro país, de bosques de pinos y matorrales, de marismas y aves.
Sanlúcar alza su perfil en una orilla, frente a las playas y al parque natural que corre en pararelo a lo largo del río. Sanlúcar es un destino de bodegas y mariscos, donde se invento la manzanilla (Bodegas Barbadillo) y vinos extraordinarios, de langostinos, frituras de pescado y guisos marineros, de plazas sembradas de mesas, sillas y sombrillas.
Sanlúcar tiene dos zonas principales a las que ir a tapear y a comer. Bajo Guía, la playa que se extiende delante del parque repleto de bares y restaurantes donde tomar algo y el centro.
En Bajo Guía
Casa Bigotes es una de las barras más renombradas del sur. Es el punto de referencia de la zona ya que ofrece la garantía de servir siempre buena calidad, uno sabe que no se equivoca cuando viene aquí. El origen de esta casa, de hace más de sesenta años, no fue otra que la necesidad de dar de beber a los marineros locales. Poco después comenzaron a servir sus famosas tapas a base de ‘pescaíto frito’ y sus excelentes guisos, algo más contundentes y sabrosos, de cuchara, como el guiso de cazón o los chocos con patatas y la típica chucha a la palangrera.
Casa Juan Orozco, que además del picoteo que se puede disfrutar en su barra, en la que destaca su ración de ensalada de marisco acompañada de una buena manzanilla Solear; se puede pasar al comedor donde tomar unos magníficos arroces.
Joselito Huerta, una tasca típica de la zona que daba de beber en su popular barra de conchas a los marineros del puerto cuando volvían de faenar. Buenas croquetas de pescado, frituras y los chipirones en su tinta.
La Lobera de Paco Lobo, un gran aficionado a la cocina y a la gastronomía, ofrece el mejor producto local preparado de otra manera…, elabroan muy bien el atún en los distintos cortes disponibles.
Ya en el centro de Sanlúcar
La Barbiana un pequeño bar, de reducidas dimensiones, mínimas; pero que se amplía en la calle con sus cuatro mesas y sus sillas correspondientes. Uno de los mejores bares para probar las papas aliñas y su ensaladilla. Además, a la hora del almuerzo siempre existe algún guiso notable.
Casa Balbino, en el centro de Sanlúcar una de las plazas más bonitas de la ciudad y donde mejores tortillitas de camarones se pueden tomar. La masa queda perfectamente frita, muy delicadas y auténticas. Una barra esplendida de producto y buenísimas tapas.
Secundino, hay veces que uno tiene que dar su brazo a torcer y reconocer que las cosas bien hechas están buenas y merecen la pena. No soy muy amigo de las sopas, pero aquí hacen una de marisco, concretamente de galeras (similar al langostino, aunque más feo) que quita el hipo.
Llegar a Sanlúcar, un precioso puerto natural, navegando el río Guadalquivir en las grandes barcazas que salen de Sevilla y tras varias horas surcando las aguas tranquilas que desciende lentamente hasta encontrarse el mar, es un viaje placentero. Sanlúcar de Barrameda se va anunciando cuando ambas orillas se van transformando a babor y a estribor y el paisaje cambia de un perfil plano y agrícola, a descubrir un parque natural de extrema belleza, uno de los más bellos de nuestro país, de bosques de pinos y matorrales, de marismas y aves.
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