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Cuatro heladerías cool para combatir el calor (y darnos un capricho)
  1. Gastronomía
EN MADRID

Cuatro heladerías cool para combatir el calor (y darnos un capricho)

¿Quieres refrescarte? Hazle una peineta al calor con los sabores del verano de estos helados y polos artesanos. Te derretirás por ellos

Foto: Heladería Rocambolesc.
Heladería Rocambolesc.

Aprieta el calor en esta primavera de nubes caprichosas. Recibimos, zas, el golpe del verano y nuestra memoria sensorial nos pide fruta, gazpacho, ensaladas, helados. Sí, helados. Y, aunque la gota gorda haga que demos por bueno un polo de súper o un cucurucho industrial, dejémonos de medianías y disfrutemos, de verdad, de un buen helado artesano. Que los hay, sí.

Rocambolesc

De Rocambolesc nos sigue fascinando su estética -inspirada en mundos oníricos y con referencias cinematográficas a la fábrica de chocolate de Willy Wonka-, pero, por encima de todo, su sabor y su creatividad. Jordi Roca, el pequeño de la saga del Celler de Can Roca, está tocado con la gracia de la fantasía y juega como un prestidigitador con nuestros sueños más dulces. Desde hace un par de años tenemos también en Madrid su carrito de helados, ese del que cada día brota la magia.

No te puedes perder su ‘panet’ -un helado encerrado dentro de un brioche caliente-, ni sus esculturales polos, con los que recrea desde su nariz al oso en el madroño. Podríamos seguir tentándote con toda la oferta, pero lo mejor es que te acerques y te dejes llevar hasta perderte.

El Corte Inglés, 7ª planta, Serrano 52

La Romana

Siempre que hablamos de helados de calidad volvemos la vista hacia esta gelatería que nos habla de Italia y del peso de la tradición. La casa madre nació en 1947 en el corazón del centro histórico de Rímini; con el tiempo, y de la mano de Vito Zucchi, fue creciendo más y más hasta saltar fronteras, pero no solo no han renunciado a su identidad, sino que hacen bandera de ella. Así, para esta temporada han creado una línea de sabores dedicados a las regiones italianas en las cuales están presentes sus heladerías: ya puedes probar el bonèt all’amaretto, inspirado en un dulce típico de la tradición piamontesa.

Más cosas que debemos recordar a quienes aún no conocen esta casa: se precian de utilizar exclusivamente ingredientes de toda la vida: huevos, azúcar, nata fresca y leche ecológica. ¿Su secreto? Van produciendo cada día cantidades mínimas, solo aquello que se va a consumir en las siguientes tres horas. Tu helado siempre estará recién hecho

Paseo de la Habana 27. San Bernardo 96. Rosario Pino 6.

Amorino

También lleva Italia por bandera Amorino, la heladería creada en 2002 por Cristiano Sereni y Paolo Benassi. Su primer objetivo es ‘hacer los mejores helados de la forma más natural posible’. A partir de ahí se va en busca de la calidad, de la excelencia en el sabor y de una tentadora presentación.

Hasta finales de junio podrás probar su creación del momento, el sorbete bio green detox, una mezcla de frutas y verduras ecológicas prensadas en frío con la que la marca hace un guiño a las tendencias detox del momento. Lo puedes tomar en cono o en copa (con su macaron al gelato bicolor), pero también en frappé o sorbet drink

C/ Mayor, 40. Las Rozas Village. El Corte Inglés, 9ª planta, Plaza de Callao

La Gamela

Es la última novedad, y nos llega desde Galicia. ¿Galicia? Si te haces esa pregunta, es que aún no estás al día en una de las tendencias gélidas del momento: la de los helados hechos con la cremosa leche de las vacas gallegas. Vayamos a La Gamela: tras 30 años de experiencia en su elaboración artesanal, dan el salto desde Baiona a Madrid y nos traen no solo la gama clásica, sino sus famosos popitos de crema y popifrutas, helados de palo hechos con productos naturales.

¿Quieres personalizar el tuyo? Puedes hacerlo: eliges el sabor, después la cobertura y, por último, tu topping favorito.

C/ Pérez Galdós, 5

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Aprieta el calor en esta primavera de nubes caprichosas. Recibimos, zas, el golpe del verano y nuestra memoria sensorial nos pide fruta, gazpacho, ensaladas, helados. Sí, helados. Y, aunque la gota gorda haga que demos por bueno un polo de súper o un cucurucho industrial, dejémonos de medianías y disfrutemos, de verdad, de un buen helado artesano. Que los hay, sí.