Rania, una reina que no cree en las hadas

Irradia belleza, elegancia y serenidad. Podría ser simplemente que el objetivo del gran Mario Testino, el mismo que hiciera las más bellas fotos de la princesa Diana de Gales, tenga un don especial para captar la esencia de las mujeres de la realeza mundial, pero no puede ser sólo por eso. Rania de Jordania es “la reina insospechada”, como la bautiza la periodista Angela Rodicio en la entrevista que la reina ha concedido para el primer número de la edición española de Vanity Fair, una monarca que no provenía de la realeza pero que ha sabido dar forma a su papel y convertirse, de algún modo, en la sucesora de la ex esposa de Carlos de Inglaterra en cuanto a su papel público como ‘princesa del pueblo’.

 

La conversación entre la ‘reina experimental’ y la ‘reportera experimentada’ tuvo lugar en el palacio real de Amman, ese mismo al que llegó después de que su marido Abdalá ocupara el trono del reino jachemita tras la muerte de su padre Hussein I. Paseando entre las caballerizas en compañía de su hija, la princesa Iman, o posando firme al frente de la guardia de honor que desde hace más de un siglo se encarga de velar por la seguridad de la dinastía, Rania muestra a la cámara de Testino y por extensión a los lectores de Vanity Fair la imagen de una reina moderna y con estilo.

Pero si por algo está logrando pasar a la historia esta mujer nacida en Kuwait hace casi 38 años es por su entrega a distintas causas humanitarias, algo que también comparte con la fallecida princesa británica, y por su interés por los avances del mundo en el que vive. Por eso abrió un canal en Youtube (“Proporciona la plataforma ideal, es abierto, flexible y todo el mundo puede tener acceso”), y por eso no le importa ponerse manos a la obra para borrar la imagen estereotipada que se tiene sobre las monarquías. Más allá de la impresión de una vida rodeada de todo tipo de lujos, Rania ha sabido superar el embrujo y encontrar su sitio: “En mi caso, la realidad ha superado los cuentos de hadas”.