Mencía, la hija de Isabel Sartorius, cumple 18: así es y así ha crecido

Mencía, la hija de Isabel Sartorius y Javier Fitz James-Stuart de Soto, ya es mayor de edad. El pasado 25 de julio cumplía 18 años y lo ha celebrado por triplicado. Primero con su madre, después con su padre y más tarde, por supuesto, con sus amigos del colegio, concretamente el ISM, International School of Madrid, con los que ha compartido clase desde que la matricularon a los cinco años. Una vez que finalizaron los festejos, la cumpleañera viajó con su madre a Estados Unidos, donde prepara su ingreso en la universidad para cursar Relaciones Internacionales. Los mismos estudios que eligió en su día Sartorius, que además tiene un máster en Cooperación.

“Estoy con ella y vendré a verla porque estará aquí durante cuatro años. Le gusta estudiar, es una empollona y no ha tenido ningún problema para que la admitieran”, explica a Vanitatis la orgullosa mamá, que sabe que la echará mucho de menos, pero entiende que es ley de vida. “Preparamos a los hijos para que sean globales y, por lo tanto, lo normal es que cuando se hacen mayores se vayan fuera. Tiene que volar”.

Isabel ha protegido a su hija del interés mediático durante toda su vida. Sabía por experiencia propia lo que supone no tener privacidad y ser un personaje público. No quería esa vida para Mencía, que ha tenido una infancia y una adolescencia feliz, a pesar de que la relación de sus padres no lo fue del todo. Hubo un intento de boda frustrada entre Isabel y Javier Soto, pero la ex del Rey Felipe se arrepintió después incluso de haberse probado un vestido de Caprile.

Mencía no ha sufrido los vaivenes de la ruptura de sus padres, porque tanto Isabel como Javier han mantenido siempre una relación cordial. A diferencia de Sartorius, que tuvo una familia desestructurada, como ella misma contaba en su libro Por ti lo haría mil veces. La joven, que ya es mayor de edad, ha crecido arropada por las familias paterna y materna, y con una relación fantástica con su tía Teresa, de parecida edad, hija de su abuelo Vicente Sartorius y de Nora de Liechtenstein, su segunda mujer.

Razones para cruzar el charco

En una de las pocas entrevistas que ha concedido y que formaba parte de un reportaje en el que aparecía junto a su madre, Mencía, que por aquel entonces tenía 16 años, aseguraba estar muy unida a su progenitora: “En casa somos dos. Mi madre y yo. Lo pasamos muy bien juntas. Viajamos, vamos al cine, al teatro, de compras. Y con mi padre son más actividades de campo”.

Físicamente es espectacular. Rubia, alta, con unos ojos verdes muy parecidos a los de su madre y con mucha personalidad. “Marcharse fuera de España es lo mejor que podía hacer”, según confirman amistades comunes de sus padres. “Con sus características personales y mal aconsejada puede acabar como las hijas de Isabel Preysler, todo el día en las revistas y con las consecuencias mediáticas que eso supone”, sentencian. Y por eso Mencía se va a hacer las Américas.