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Pamela Anderson reconoce su adicción a la cirugía: "Sí, soy una loca de mi físico"
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ACUDIÓ A LA INAUGURACIÓN DE UN CHIRINGUITO

Pamela Anderson reconoce su adicción a la cirugía: "Sí, soy una loca de mi físico"

La 'vigilante de la playa' apareció en Marbella con un rostro que nada se parecía al que lucía en la serie de los 90. Disfrutó a lo grande de una fiesta y Vanitatis estaba allí

Foto: Pamela Anderson en la inauguración de un chiringuito en Marbella. (Gtres)
Pamela Anderson en la inauguración de un chiringuito en Marbella. (Gtres)

Pamela Anderson ya no salva más vidas en el mar. Bastante tiene con socorrerse a sí misma. La actriz llegó a España tras su polémico posado en Cannes, donde dejó latente sus retoques estéticos que han eliminado todo atisbo de parecido con la chica sexy que veíamos y sedujo en la pantalla a medio país en los años 90. Sin arrugas, metiendo barriga y sin expresión alguna, acudió al estreno de la adaptación para la gran pantalla de la serie 'Los vigilantes de la playa', la serie que la lanzó a la fama. Ya ni con un minúsculo traje de baño levanta pasiones, tras tantas modificaciones que han sufrido su cuerpo y su rostro.

Así llegó a Marbella y la pregunta en el photocall para la inauguración de un chiringuito no podía ser otra que esa: "¿Dicen que se ha vuelto usted loca con el tema de las operaciones y que le preocupa tanto su físico que ha modificado su cuerpo totalmente?" Ella, sin dejar de mostrar su dentadura perfecta, contesta: “Ah ¿si? ¿Eso pensáis? Pues sí. Me he vuelto loca con mi físico y me preocupa mucho estar guapa”. Y sin más explicaciones que la de contar que se baña en “burbujas para estar así de sexy”, a empujones entre los medios, se metió dentro del chiringuito para guarecerse de más preguntas incómodas. Para eso ya quedaba María Bravo, anfitriona del evento, para regañar a los periodistas diciendo que “esa no era la pregunta correcta” que debían hacer a la “starlite de las aguas turquesas”.

En fin que la ex de Bruce Willis se marcó una clase de periodismo en toda regla ante la estupefacción de los periodistas, mientras la explosiva salvavidas de la tele entraba en la fiesta. Allí, los invitados la aguardaban, pero ella no se hizo ni un selfie con ellos. Eso sí, Pamela, como madrina de Playa Padre, bebió, comió, se mojó los pies en las espumosas aguas del Cable para, una par de horas después, como Cenicienta sin zapatos, subirse al Mercedes que la trajo a las doce y perderse entre los containers del polígono industrial de Marbella. "¿Glamour ahí dentro?", espetaba una de las asistentes que siguió escrupulosamente el 'dress code' de negro y se salió de la fiesta: glamour cero. A escasos metros metros, las barcas de las moragas donde asaban los vecinos del pueblo sus sardinas olían a gloria. Y la invitada, con sorna, decía: “Los de ahí enfrente van a comer y beber mejor que nosotros”.

Sin selfies con la explosiva socorrista

Ella, como el resto de los invitados, respetando el consabido 'dress code' o código de vestimenta, aparecieron de negro riguroso para recibir a la sex symbol, que reencarnará a C.J. Parker en la mundialmente conocida serie 'Baywatch'. Pero nadie ha podido colgar en sus redes ni una instantánea del nuevo beach club en Marbella con la recauchutada Pamela. Solo algunas fotos de la llegada con el fondo de talleres de mecánica del polígono, donde la canadiense se bajó del coche arrastrando un vestido de sirenita dorado, del que le pisan la cola y no podía la muchacha ni avanzar a zancadas.

Su presencia en el interior pasó desapercibida. Algunos decían: "¿Ha venido o no ha venido? Pero si ni la hemos visto...”. Otros invitados, como Francisca Nieto, se quejaba a Vanitatis de la organización: “Nos mandaron una invitación y hemos venido para disfrutar, pero nuestra sorpresa es que vamos a sentarnos en la mesa y dicen que cuesta entre 500 y 3.000 euros sentarse. Qué cara tienen. Nos hemos marchado”. Otra de las asistentes, Órnela Jenao, aseguraba que “el sitio es muy bonito, el DJ espectacular, pero cero en el trato que nos han dado. No volveremos”.

La prensa tampoco se fue contenta, unos porque la empresa Maupy, que organizó el evento desde Madrid, “nos dejaron tirados tres horas allí, sin poder trabajar, ni cenar, ni beber nada y no nos ponían el coche para regresar a Málaga. No sabíamos qué hacer ahí perdidos en un polígono industrial y sin nadie que nos diese explicaciones”, se queja a este medio un conocido matrimonio de periodistas de una agencia de Málaga. María Bravo, en concreto, vetó a este medio poniéndole la mano a la grabadora para que no pudiera obtener declaraciones de Pamela Anderson, y eso que la actriz no paraba de poner su buena voluntad y sonreír a la redactora. Lo mejor del evento fue la Dj londinense Ashley James, que pinchó lo más selecto del momento y le gustó tanto a la ex de Imanol Arias, Irene Meritxell, que se lo bailó todo, mientras se escabullía de los periodistas.

El 'no' chiringuito de Eva Longoria

"Por supuesto que Eva Longoria vendrá a ver el chiringuito cuando venga a la ciudad", decía María Bravo muy convencida sobre Playa Padre, que en su día se anunció como aventura empresarial de la 'mujer desesperada' y luego se desdijo. Lo cierto es que las instalaciones abrieron este sábado sus puertas sin modificar los requerimientos que se les hizo a instancias del Ayuntamiento de Marbella, como quitar las palmeras que plantaron para cercar el chiringuito. El concejal de Sostenibilidad, Miguel Díaz, fue tajante sobre el asunto. “Se les ha conminado a Playa Padre retirar las palmeras, hoy mismo, aduciendo al día que salió a la luz pública. Se va a llevar a cabo una nueva inspección, porque tenemos que velar que se cumpla el Plan de Playas y no salirnos de esos parámetros”.

Pero donde dijeron digo, dicen Diego y el mismo teniente de alcalde, Javier Porcuna, del PSOE, posó muy sonriente en el photocall, sin que se hayan solventado las supuestas irregularidades de este establecimiento. El político, que también es concejal de Industria y Vía Pública, Javier Porcuna, días antes decía que “si lo están acondicionando de acuerdo a la licencia, no hay nada que decir, y si no están actuando de acuerdo a la licencia, los inspectores de Playa y Urbanismo actuarán en las inspecciones periódicas que realizan en este sentido a las playas”. Y fue a tenor de estas declaraciones en una de las inspecciones cuando se instó a sus dueños a que fuesen retiradas las palmeras sin que, al parecer, la orden haya tenido efecto. Eva Longoria, a los pocos días de las repercusiones de la noticia, aseguraba que no tenía nada que ver con el proyecto. Como argumento utilizó que "no quiero poseer nada en Marbella, porque es un lugar para evadirme y no quiero nada que me ate".

Así que, entre unas y otras, liaron a Pamela Anderson para que el 'revival' de 'Baywatch' nos hiciera soñar con ese minúsculo bañador rojo, del que ya solo queda una instantánea de la historia de los tiempos.

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Pamela Anderson ya no salva más vidas en el mar. Bastante tiene con socorrerse a sí misma. La actriz llegó a España tras su polémico posado en Cannes, donde dejó latente sus retoques estéticos que han eliminado todo atisbo de parecido con la chica sexy que veíamos y sedujo en la pantalla a medio país en los años 90. Sin arrugas, metiendo barriga y sin expresión alguna, acudió al estreno de la adaptación para la gran pantalla de la serie 'Los vigilantes de la playa', la serie que la lanzó a la fama. Ya ni con un minúsculo traje de baño levanta pasiones, tras tantas modificaciones que han sufrido su cuerpo y su rostro.

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