La intrahistoria de los 3 vestidos de novia de Laura Corsini: homenaje, alta costura y lentejuelas
Con mucha ilusión, Laura diseñó junto a su equipo los tres vestidos que lució en su gran día, con detalles muy especiales que ponen en valor la artesanía nacional y la historia de su marca
Laura Corsini protagonizó el sábado la última gran boda de la temporada. Un enlace celebrado por todo lo alto en Comillas que contó con dos peculiaridades: lució tres vestidos de novia con una personalidad arrolladora y además vistió a más de 70 invitadas con diseños exclusivos que lanzará en su próxima colección de Bimani.
Una boda no exenta de detalles que, como decíamos, puso el foco en la moda y, para ser más exactos, en el expertise y el buen hacer del equipo detrás de esta marca que pronto cumplirá una década de éxito en el mercado (con facturaciones anuales millonarias).
La protagonista y fundadora de Bimani ha sido quien ha ido relatando el apasionante paso a paso de la puesta a punto de estos tres vestidos que rápidamente se viralizaron en redes y que al menos uno se podrá adquirir próximamente en sus tiendas y web. Una puesta en escena digna de toda una empresaria de esta industria que no quiso desaprovechar la oportunidad de lucirse en un día en la que todo el mundo la observaba. Sin duda, sobresaliente. Pero vamos al detalle.
El primer vestido, una joya de su abuela
El primer vestido que lució Laura fue sin ninguna duda el más emotivo y alabado de los tres. Lejos de buscar estridencias, escotes imposibles y cortes de última tendencia, lució para pronunciar el ‘sí, quiero’ durante la ceremonia religiosa el mismo vestido que llevó su abuela al altar.
Una auténtica declaración de intenciones que rápidamente se convirtió en el tema más comentado del día en clave nupcial. Fue en octubre de 2021, pocos días antes de su compromiso, cuando lo encontró su madre en un antiguo trastero y en ese preciso momento se lo probó y lo tuvo claro. “Fue un momento tan mágico probármelo por primera vez”, ha confesado la novia en redes sociales.
El vestido se creó en 1958. Por aquella época, el corte Dior era tendencia, con cintura extremadamente ceñida y falda con volumen. El diseño, confeccionado en falla de seda natural, se mantuvo intacto durante todo este tiempo.
Tras un intensivo de plancha y rematar a mano cada una de las costuras del vestido para evitar imprevistos de último minuto (se dedicaron más de 100 horas para conservar su estado original, repasando las costuras y reforzando el cuerpo), el vestido estaba listo para su gran día. Llevaba las manchas originales y los desperfectos frutos del tiempo. Incluso conservaron la cremallera oxidada original.
Una auténtica obra de arte, homenaje a una de las mujeres más importantes de su vida, su abuela Carmina, con la que siempre tuvo una relación extraordinaria y que hace unos años inspiró la colección de sortijas que creó junto a Nuria Blázquez de Small Affaire. Siempre ha sido una gran inspiración para Laura, en lo personal y también en la moda, por su elegancia natural.
Como complementos, Laura escogió un recogido sencillo en forma de coleta que dejaba a la vista los pendientes y el broche que remataba el peinado de su abuela paterna, un préstamo de su hermana Marta.
Los otros dos vestidos, fueron diseñados por ella misma y confeccionados en el prestigioso taller de Fátima Gonzalez para la ocasión.
El segundo, 12 capas de tul y una mantilla
El segundo vestido es un homenaje a la artesanía española, con más de 12 capas de tul francés de seda natural. El vestido lleva un detalle muy especial, una mantilla antigua de la familia de gran valor sentimental que también llevó la hermana de Laura, Alejandra Corsini, como velo de novia. “La mantilla la convertimos en vestido porque estaba totalmente destrozada. Las piezas bordadas estaban intactas, pero el tul estaba destruido”, ha relatado a sus seguidores. “Es una obra de arte de Fátima González y Ángela R. Estudillo”.
“Con este vestido quise hacer un homenaje a la artesanía española. Quise poner en valor a nuestras modistas, nuestros talleres. Este vestido está a la altura de la Alta Costura, es un sueño”, señaló.
El vestido lleva en su base unas quillas de organza rematadas con encajes antiguos de cuando empezó Bimani, a modo de pequeño homenaje. Han hecho falta más de 700 horas de trabajo meticuloso para hacer realidad esta pieza diseñada por la misma Laura.
Meses de trabajo con cada pieza cosida a mano que les llevó a estar creando durante horas al día. “Menudo viaje, menuda bonita aventura”, ha confesado la propia Laura.
El tercero, lentejuelas, organza y Bimani
El tercer vestido, pensado para el momento del baile, es mucho más festivo. Confeccionado en un tejido de pailletes y con un amplio lazo de organza natural en el cuello, es un vestido pensado para Bimani, con silueta de corte en cintura y escote halter. "Era un reto crear algo que aportase y no restara valor a los dos anteriores. Para mi, este fue broche final perfecto".
Este diseño ha inspirado la creación de la colección Novias Pret a Porter, componiéndose de distintas piezas (vestidos, trajes de chaqueta, blusas y calzado) que quieren acompañar a las seguidoras de Laura en sus ocasiones especiales y que saldrá a la venta en las próximas semanas para gran deleite de sus Vipmanis, sus clientas más acérrimas. "Es seguramente el que más me representa y que pronto podréis tener vosotras".
Lo combinó con pendientes de Del Páramo Vintage y un nuevo peinado: un moño sencillo a media altura en el que mantuvo el broche que le prestó su hermana Marta.
Seis pares de zapatos
Por último, también creó seis pares de zapatos exclusivos para el gran día que se pondrán a la venta junto con la colección “Novias Pret a Porter”. Estos modelos fueron pensados para acompañar cada uno de los tres vestidos de Laura y amplían su colección de calzado con modelos más sofisticados.
El primero, como no podía ser de otra manera, se inspiraba en los stilettos que solía llevar su abuela; para el segundo vestido, la diseñadora creó un zapato cerrado muy discreto para no robarle protagonismo al vestido; y para el último, diseñó tres pares de sandalias para elegir en el último momento. Dos de tacón estrecho y muy estilosas, y las terceras, con un tacón semi fino y tiras inclinadas también muy finas, a las que, por cierto, bautizó siguiendo la tradición de ponerles a los zapatos que diseña nombres de las mujeres de su familia: Carmina.
Laura Corsini protagonizó el sábado la última gran boda de la temporada. Un enlace celebrado por todo lo alto en Comillas que contó con dos peculiaridades: lució tres vestidos de novia con una personalidad arrolladora y además vistió a más de 70 invitadas con diseños exclusivos que lanzará en su próxima colección de Bimani.