Los vestidos de novia de las hijas de Carlos Sainz: versión verano vs. versión invierno

Este pasado viernes 9 de junio fue un día de gran celebración para la familia del piloto Carlos Sainz y su mujer, Reyes Vázquez de Castro.

Su hija primogénita, Blanca Sainz, dio el 'sí, quiero' a su novio de toda la vida, Guillermo Comenge, en la localidad abulense de Cebreros, en una ceremonia religiosa que tuvo lugar en la iglesia de Santiago Apóstol.

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Alejandra González

Al templo llegó la novia, radiante de felicidad, a las 18:30 horas luciendo un estilismo que confirmaba la información que en Vanitatis desvelamos en exclusiva antes del enlace: el modelo escogido para su gran día era un vestido firmado por Navascués, el taller de Cristina Martínez-Pardo Cobián que creó hace 40 años y que ha vestido a multitud de rostros conocidos a lo largo de los años, como Belén Corsini o Inés de Cominges.

El look nupcial de Blanca era perfecto para el clima que regaló el día, con buenas temperaturas. Constaba de un vestido blanco con cuerpo ajustado de manga corta y cuello barco que se extendía hasta el nacimiento de los hombros, así como una falda fluida en forma de A, con larga cola, que complementó con un velo de tul transparente de varios metros de largo con el que cubrió su rostro. Para el ramo, se decantó por flores silvestres blancas y malvas.

Carlos Sainz y Reyes Vázquez de Castro también son padres del popular piloto de Fórmula 1 Carlos Sainz Jr. y de Ana, su hija pequeña, quien contrajo matrimonio hace unos meses. Fue el 18 de febrero cuando se casó, también en Cebreros y ante más de 400 invitados, con Rodrigo Fontcuberta.

Fue un enlace invernal y las bajas temperaturas influyeron en el vestido elegido por la novia, aunque su look nupcial, en conjunto, fue muy similar al de Blanca. Ana Sainz optó en su día por un vestido de la firma T.ba., de Sol Prado realizado en chantelle de tonalidad blanco roto. El diseño constaba de una parte superior ceñida, con escote recto, pero a diferencia de su hermana Blanca, la manga de este vestido era larga y con pronunciadas hombrera. Se asemejaban ambos vestidos en la falda. La de Ana también fue fluida y de clásica 'silueta A', reforzada por una prominente sobrefalda nacida a la altura de la parte trasera de la cintura, que aportaba a la pieza una larguísima cola.

Otro detalle similar al estilismo de novia de Blanca fue el velo que escogió Ana, también transparente, también larguísimo y también cubriendo su rostro. Ambas lucieron el mismo peinado, un recogido bajo. En el caso de Ana, ella lució una sencilla tiara plateada y Blanca optó por prescindir de ella.

Tampoco en Ana faltó el ramo de novia, elaborado con flores y hojas silvestres.

Aquel día, su madre, Reyes Vázquez de Castro, apostó por la sencillez y elegancia de un vestido midi satinado en color rojo combinado con una capa de corte al bies, confeccionada en el mismo material.

Su hermana Blanca, sin embargo, sorprendía con un look más llamativo, apostando por un modelo borgoña con estampación floral, también de largo midi, realizado en un tejido satinado que combinó por un abrigo largo de terciopelo a juego, con cuello de pelo sintético.

En el caso de la boda de Blanca, este pasado viernes, Reyes Vázquez de Castro ha arriesgado más, luciendo un vestido color humo confeccionado en crepe de seda, de corte griego y mangas murciélago XXL. Ana apostó por la originalidad, al igual que hizo su hermana en su boda, y se decantó por un vestido que combinaba satén en color champán y naranja.

Tras la boda de Blanca Sainz, ella, su ya marido y el resto de invitados disfrutaron de una gran celebración en La Piñonera, una finca de 230 hectáreas ubicada en la misma localidad, un lugar que sirve de refugio familiar en vacaciones y fines de semana a la familia. Allí es donde Carlos Sainz padre elabora junto a su socio, Telmo Rodríguez, el vino tinto Pegaso.

La familia Sainz es muy querida en Cebreros, donde tanto Carlos padre como hijo fueron nombrados hijos predilectos. Ahora repiten escenario para la boda de su otra hija, pero con una organización de bodas distinta para darle un toque diferente.