El vestido de novia de Carolina Trillo, hija de Encarna Salazar, y el desfile de famosos en su boda

Día grande para la familia Salazar. La única hija de Encarna, una de las mitades del mítico dúo musical Azúcar Moreno, se casó el sábado pasado en Madrid. Carolina Trillo, abogada de 30 años y fruto del matrimonio entre la cantante y el empresario Mauricio Trillo, pronunció el 'sí, quiero' a su novio, Javier Rojas, en la iglesia de San Francisco de Borja, en Madrid. Ubicada en pleno barrio de Salamanca, a la esperada llegada de la novia, se sumó un desfile de rostros conocidos para un enlace con sabor flamenco.

Además de sus padres, no faltaron su tía, Toñi Salazar, así como algunos familiares íntimos de la pareja como José y Juan de Los Chunguitos, tíos de la novia, que no dudaron en acompañar a Carolina y Javier en su gran día. Tal y como apunta la revista '¡Hola!', los novios se conocieron hace tres años, en plena pandemia, y fue en mayo de 2022 cuando él le pedió la mano a la hija de la cantante durante un viaje por Brujas (Bélgica). El 17 de junio de 2023, este sábado, Carolina y Javier cumplieron su sueño de unir sus vidas para siempre.

Discreta y alejada de los focos mediáticos, la hija de Encarna Salazar llegó puntual a las inmediaciones del templo a las 18:00 horas y cumpliendo la tradición junto a su padre y padrino, el argentino Mauricio Trillo. Al tiempo, su vestido de novia quedó expuesto para todos los allí presentes y los medios de comunicación.

Para crear el traje más importante de su vida, Carolina confió en el buen hacer de Navascués. Con una larga trayectoria detrás y cientos de novias a sus espaldas, del taller capitaneado por Cristina Martínez-Pardo Cobián, salió el vestido nupcial que llevó para su boda con Javier. El de ella y hace bien poco el traje que Blanca Sainz, hija del piloto Carlos Sainz, lució en su reciente enlace con Guillermo de Comenge. ¿El motivo? Escoger a Navascués es sinónimo de un look de novia exitoso e impecable.

De líneas depuradas y corte clásico, Carolina se decantó por un diseño atemporal con guiños a las tendencias de moda que hoy mandan en el sector. Fabricado con un tejido de crepé en color blanco, el traje presenta una silueta recta de arriba a abajo. Empezando por un escote cuadrado, el vestido continuaba con unas pinzas estratégicas en la zona del pecho, corte sutil en la cintura y una falda larga que dejaba asomar el calzado de la novia. El guiño a las corrientes en clave 'fashion', lo pusieron las mangas: abullonadas, semitransparentes y con el puño ajustado.

Una cola desmontable de varios metros confeccionada en el material principal del traje completaron el diseño que Navascués ideó para la hija de Encarna Salazar.

En el terreno de los accesorios, un velo de tul brotando del semirrecogido de la novia, un broche joya hecho por Carmen María Mayz y un ramo de estética romántica en verde y blanco creado por Blooms cerrado por una cinta azul que llevaba bordado el nombre de sus cuatro abuelos para que, de algún modo, también estuvieran presentes ese día. A sus pies, Carolina optó por la comodidad y se calzó unas bailarinas en color blanco roto con la punta redonda.

Apuntando a las joyas, la novia prefirió no recargar el atuendo en exceso y lució su anillo de pedida y unos pendientes regalo de su suegra, ambas piezas de Suárez.

La abogada y su prometido estuvieron acompañados por todo el clan Salazar: Juan, José, Enrique, Toñi y, por supuesto, la madre de la novia, Encarna. Al terminar la ceremonia religiosa, los recién casados y sus invitados se desplazaron hasta el Castillo de Viñuelas para dar comienzo a las celebraciones. Una fiesta marcada por la música flamenca y el arte de esta familia, en la que no faltó un segundo vestido para la novia, esta vez, un diseño asimétrico firmado por Fabio Encinar.