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La boda de Marta en un claustro en Segovia y su vestido de novia desmontable
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La boda de Marta en un claustro en Segovia y su vestido de novia desmontable

Marta y Fernando se casaron en Ayllón (Segovia) el pasado mes de septiembre. Para su gran día, la novia confió su traje nupcial a Valenzuela Atelier

Foto: La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)
La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

Cuando mantienes una relación que se alarga en el tiempo, pocas son las novias que cazan al vuelo la petición de mano del novio. Dejarse sorprender sigue siendo una tradición nupcial a la que pocas quieren renunciar. A Marta, la pregunta de Fernando la pilló completamente desprevenida. "Fue durante un viaje que le regalé por su cumpleaños a Ámsterdam; al final la sorprendida fui yo. No me lo esperaba y eso logró que ese fin de semana terminase como uno de los mejores de mi vida", cuenta la novia para Vanitatis.

Su historia comenzó dos años antes. "Nos conocimos justo después de la pandemia por un amigo en común", explica la asesora financiera. Comprometidos, Marta y Fernando fijaron la fecha de su boda para el 17 de septiembre de 2022.

placeholder La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)
La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

El lugar elegido fue en Ayllón, un municipio situado al noreste de la provincia de Segovia, para un enlace celebrado en dos actos: primero, la ceremonia religiosa en la iglesia de Santa María la Mayor, y segundo, la celebración en Los Claustros de Ayllón.

De estilo neoclásico y construido en 1701, se trata del templo donde fue bautizado el escritor Miguel de Cervantes, y ahora, el sitio en el que Marta y Fernando se dieron el 'sí, quiero' ante los ojos de Dios. Llegó en coche acompañada de su padre y, ayudada de su mano, la novia puso un pie en las puertas de la iglesia descubriendo el secreto mejor guardado en toda boda: su vestido nupcial.

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

"Desde que mis amigas y demás conocidos se empezaron a casar tuve claro que quería que Cristina de Valenzuela diseñara mi vestido. No visité ningún otro atelier", confiesa Marta. Sí, su traje de novia fue una impecable y delicada creación de Valenzuela.

Llegó al taller situado en el número 210 de la calle Serrano, en Madrid, con algunas ideas: "Quería un vestido muy sencillo, con cola y espalda al aire, pero con algún detalle que lo hiciera especial. De líneas muy finas y sencillas. Cristina y su equipo le dieron forma enseguida".

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

Con esas premisas y el sueño de presumir de sus dos versiones, "la Marta más formal y discreta y la Marta más desenfadada y atrevida", al equipo de diseño se le ocurrió la idea de construir un traje desmontable con dos prendas. De base, un vestido minimalista, y en la capa superior, una blusa de quita y pon: "Preparamos un primer atuendo para la ceremonia religiosa con una blusa de organza de cuello alto y manga francesa con corte en la cintura que podía quitarse para, después, presumir de un estilismo nupcial más informal".

Dos looks en uno sin necesidad de cambiarse, un deseo prioritario que Marta quería cumplir sí o sí. "Siempre pensé en mantener el cuerpo del vestido, nunca me planteé renunciar a él y sí modificar la imagen según transcurriese la boda".

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

El resultado final del vestido firmado por Valenzuela era un modelo vaporoso y romántico que, sin grandes aderezos, desprendía una imagen pura. La blusa de cuello subido, manga larga y bajo fruncido, dejaba entrever un escote en pico y a la altura de la cintura daba comienzo una falda de línea 'A'.

En el terreno de los accesorios, para Marta no podía faltar un velo. "Desde siempre quise entrar en la iglesia velada, y así fue".

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

Unos zapatos de Stuart Weitzman acompañaron a la experta en finanzas a dar los primeros pasos hacia su nueva vida. "Para sorpresa de Fer, lucí los pendientes que él le regaló a su hermana pequeña para su boda el año anterior. Recuerdo que fue un momento muy bonito cuando se dio cuenta en la iglesia".

El ramo de Marta, una composición vegetal de color verde, obra de Floristerías Esther: "Es una floristería local que supo plasmar a la perfección lo que quería. Llevaba lunaria, eucalipto y astilbe. Lo adorné con un lazo bordado a mano que llevaba escrito el nombre de todas mis testigos. Quería tener un detalle con ellas y al acabar la celebración lo corté y les regalé el trocito con su nombre a cada una; les hizo muchísima ilusión".

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

Del maquillaje y el peinado se encargó el equipo de Urvan; en palabras de la novia, "todos fueron un encanto". ¿Uno de los recuerdos más bonitos? "Ver entrar a mi padre a la habitación cuando ya estaba vestida, fue muy emocionante".

"Los nervios antes de entrar en la iglesia y encontrarme con Fer en el altar" marcaron el ritmo de la ceremonia religiosa. Convertidos en marido y mujer, Marta, Fernando y todos sus invitados se trasladaron a Los Claustros de Ayllón. De una belleza singular, en su interior alberga las ruinas de un antiguo monasterio franciscano de más de 800 años de historia, conocido en la zona como el antiguo convento de San Francisco.

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

"Todo salió perfecto, hasta el tiempo. Las semanas de antes estábamos preocupados y al final el de arriba nos regaló un día espectacular. Pudimos pasar toda la celebración al aire libre y la gente disfrutó como nunca. Fue una boda de día que alargamos hasta la madrugada. Nadie quería marcharse", rememora Marta con emoción.

Un lugar que sirvió para que novios e invitados disfrutaran de un fin de semana increíble. "La finca tenía hotel y toda la familia nos alojamos allí durante el fin de semana. Los invitados durmieron en el pueblo y, como podías andar de un sitio a otro, fue muy cómodo para todos. Lo recomiendo mucho, aunque el fin de semana entero me siguió pareciendo corto", cuenta la novia.

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

Una vez finalizado el banquete, además del cambio de look de Marta, la hermana de Fer les tenía reservada una sorpresa: "Un concierto. Nos animó a todos un montón e hizo que no parasemos de bailar desde el minuto uno".

Con el vestido de Valenzuela como base, la novia se quitó la blusa, se soltó la melena y sumó un pañuelo al cuello. "Para darle un toque diferente al cambio de estilismo y que no solo fuese quitarse la blusa, Cristina me sugirió acompañarlo de un pañuelo largo al cuello que podía tomar diferentes posiciones y que le daba un aire distinto. No lo dudé y en la fiesta me dio mucho juego. Acompañé este pequeño cambio soltándome el pelo y cambiándome a unos zapatos más cómodos". En concreto, unas alpargatas de cuña de Castañer.

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La boda de Marta y Fernando en Segovia. (Lazarina Weddings)

Para finalizar, como consejo para futuras novias, Marta apunta: "Les diría que disfruten del proceso, que lo bonito también es preparar los detalles y que en ese día disfruten, que no se preocupen por nada y que intenten pasar tiempo con los suyos. Pasa muy rápido y que algo tan importante como casarse hay que disfrutarlo con los tuyos".

Cuando mantienes una relación que se alarga en el tiempo, pocas son las novias que cazan al vuelo la petición de mano del novio. Dejarse sorprender sigue siendo una tradición nupcial a la que pocas quieren renunciar. A Marta, la pregunta de Fernando la pilló completamente desprevenida. "Fue durante un viaje que le regalé por su cumpleaños a Ámsterdam; al final la sorprendida fui yo. No me lo esperaba y eso logró que ese fin de semana terminase como uno de los mejores de mi vida", cuenta la novia para Vanitatis.

Vestido novia Bodas
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