La guía definitiva para hacer la lista de invitados de tu boda
No os rompáis más la cabeza de cara a la boda, puedes seguir nuestros consejos para decidir que invitados estarán presentes en vuestro gran día y quienes no
Uno de los momentos más complicados de los preparativos de un enlace llega cuando hay que componer la lista de invitados. En muchas ocasiones, la pareja en cuestión no se pone de acuerdo en dónde poner los límites en lo que a familiares lejanos se refiere, así como establecer o no un número máximo de amigos por cada parte para la boda.
De los padres, hermanos y sobrinos suelen pasar a los primos terceros o los amigos de la infancia que hace tiempo no ven sin a penas percatarse. Algo entendible, teniendo en cuenta que un día tan significativo es motivo de felicidad y los novios están encantados con la idea de celebrarlo con todos sus seres queridos y conocidos.
La mayoría de veces es el presupuesto el que pone los límites sobre el número total de invitados y a partir de ahí, hay que hacer una especie de criba que no suele ser nada fácil y para la que han descubierto todo tipo de técnicas a fin de pasar el trago; las recogemos y te las enseñamos.
1. Establecer una cifra aproximada
Como comentamos, el presupuesto es quien dicta en mayor medida cuántos serán los asistentes a tu boda. Sin embargo, podemos considerar una cifra aproximada en función de aspectos como el lugar en el que celebréis el banquete o la ceremonia y la disponibilidad que tenga el enclave para acoger grupos más o menos grandes.
2. Hacer un borrador
Lo ideal y la opción que más emplean los novios que están inmersos en los preparativos de su gran día es hacer listas previas por separado y a continuación, compararlas. De esta manera, tendréis más claro quienes son aquellas personas que sí o sí queréis que os acompañen en el momento en el que deis el sí, quiero".
Ante posibles discrepancias podéis contar el número de invitados que ha escrito cada uno en su respectiva lista y establecer una media. Esta técnica funciona a nivel general o por grupos; estableciendo el número medio de amigos, de familiares, de compañeros de trabajo etc.
3. Preguntas básicas
Una buena forma de resolver todo tipo de dudas que puedan surgir acerca de invitar a una persona o no es haceros preguntas sobre la relación que mantenéis con esta. Por ejemplo, ¿habéis hablado en los últimos meses? ¿Os habéis visto en los últimos años? ¿Os haría feliz que estuviese en vuestra boda?
Hay quienes también se guían por el hipotético momento en el que se diera la situación contraria: ¿Si fuera su boda y no te invitara, te entristecería? De la misma manera, existen parejas que prefieren prescindir de aquellos conocidos que, cuando se casaron, no les mandaron ningún tipo de invitación.
4. Ser fiel a vosotros mismos
En un día tan importante, no podéis engañaros ni a vosotros ni a quienes os rodean; aunque vuestros padres o hermanos os pidan invitar a alguien en concreto por la amistad o relación que les pueda unir a ellos, si vosotros no tenéis esa afinidad debéis dejar claro que es vuestra boda y vosotros, los protagonistas.
Una forma de aseguraros que solo estarán presentes esas personas a las que queréis ver de verdad cada vez que busquéis o una sonrisa o mirada cómplice. Nadie tiene por qué molestarse si lo comunicáis de manera respetuosa y explicando vuestro punto de vista con tranquilidad.
Uno de los momentos más complicados de los preparativos de un enlace llega cuando hay que componer la lista de invitados. En muchas ocasiones, la pareja en cuestión no se pone de acuerdo en dónde poner los límites en lo que a familiares lejanos se refiere, así como establecer o no un número máximo de amigos por cada parte para la boda.