Las 7 diferencias entre el traje original y el vestido de novia que Teresa Urquijo llevó en su boda con José Luis Martínez-Almeida

Contra todo pronóstico, Teresa Urquijo, la ya mujer de José Luis Martínez-Almeida, logró sorprendernos con su look el día de su boda. La joven abogada y el alcalde de Madrid se dieron el 'sí, quiero' el pasado sábado día 6 de abril en la capital, concretamente, en la iglesia de San Francisco de Borja, ante 500 invitados y rodeados de una gran expectación mediática.

Se sabía que Urquijo había rescatado del guardarropa familiar el vestido de novia que en su día llevaron su abuela, Teresa de Borbón-Dos Sicilias, y su madre, Beatriz Moreno y de Borbón, y también que la abogada iba a lucir una transformación, lo que no imaginamos es que esa nueva versión sería perfecta.

Para acometer esta misión, Teresa Urquijo se alió de una de las casas nupciales con más tradición y experiencia de Madrid: Navascués. A Cristina Martínez-Pardo Cobián le encomendó el reto de reformar el traje de novia de su familia. ¿Las premisas? Respetar el tejido y con él, confeccionar un diseño tan clásico como actual. Así fue, la modista logró el doble desafío. Urquijo llevó en su boda un vestido de novia que, con el material como protagonista, presentó una imagen diferente.

La esencia del vestido de novia que Teresa de Borbón-Dos Sicilias, abuela de la mujer de Almeida, llevó por primera vez el 16 de abril de 1961 para su boda con Íñigo Moreno de Arteaga estaba ahí: un tejido brocado con base de raso bordado con hilos de plata. El 16 de junio de 1995, los padres de Urquijo se dieron el 'sí, quiero' en otra gran boda y la novia, Beatriz Moreno y de Borbón, rescató el vestido que en el pasado había lucido su madre sin apenas modificaciones. El 6 de abril de 2024, la tercera generación, Teresa Urquijo, decidió portar el vestido y cumplir así con la tradición familiar, pero a su manera. Guapa, radiante y actual, la novia pasará a la historia como una de las mejores de 2024.

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Con el beneplácito de la crítica y los expertos en moda nupcial alabando el traje, es obligado analizarlo y encontrar las 7 diferencias entre el modelo original confeccionado por Pedro Rodríguez y la nueva versión de Navascués.

El cuello

Cuando el vestido de los años 60 llegó a manos de Cristina Martínez-Pardo Cobián, la creadora se topó con un modelo que en cuanto al patrón destacaba por su clasicismo y estructura armada. Empezando por el escote. El diseño de la abuela y la madre de Urquijo tenía un escote barco muy cerrado y elevado para respetar el 'dress code' regio de la época.

Para su boda con Almeida, Teresa Urquijo renunció a ese escote por un cuello redondo con volumen. Despegado de la nuca, una técnica que el maestro Balenciaga introdujo en el mundo de la moda, el escote circular contaba con un acabado ligeramente mullido.

Las mangas

En 1961, Teresa de Borbón-Dos Sicilias, desfiló camino al altar con unas mangas rectas que quedaban justo por debajo de los codos. Precisamente esta parte del traje es una de las que experimentó uno de los cambios más importantes. Abullonadas, rematadas con puños camiseros y con drapeados en los hombros, así son las nuevas mangas que Navascués ideó para la novia. Actuales y muy tendencia, Urquijo presumió de estilo gracias a las mangas. Brotando de las hombreras con un volumen a base de costuras fruncidas, las mangas se extendían por los brazos hasta llegar a los puños cerrados y ajustados.

La cintura

El cuerpo del vestido de novia de la abogada contaba con unas pinzas estratégicas que estilizaban su busto y que continuaban hasta la cintura, la tercera diferencia con respecto al look nupcial de su abuela. De una cintura ceñida y perfectamente marcada para continuar en una falda en línea 'A' muy estructurada, a una suelta que daba paso a una falda recta.

La falda

Insistimos, el modelo nupcial original se ajustaba a la cintura, y justo en ese punto, brotaba una gran falda con el bajo tipo tulipa y, como no podía ser de otra forma, cola. Completamente alejada de ese patrón, Cristina Martínez-Pardo Cobián ideó una falda recta con el bajo tobillero, tanto que dejaba asomar la puntera de sus zapatos, y para facilitar el movimiento de la novia al andar, incorporó una abertura trasera.

Nada tradicional, la abogada se decantó así por uno de los patrones que más visten las novias para sus bodas hoy en día y que, sin perder la atemporalidad, resulta contemporáneo y a la moda.

La cola

Con las piezas desmontables para novias en boga, Navascués puso el broche de oro al atuendo de la mujer de Almeida con una cola desmontable. Arrastrando varios metros por el suelo, Victoria López-Quesada, prima de la novia, y la wedding planner de la boda, fueron las encargadas de colocar la pieza a las puertas del templo madrileño. Si la construcción del vestido de novia de su abuela y su madre no contempló a la cola como elemento de quita y pon y sí como adherido al traje, en 2024 la idea de confeccionar una cola que luego, para la fiesta, pudiera quitarse y disfrutar del baile con comodidad, sumó otro acierto. Estaba realizada en gazar y garza de seda natural bordada en hilo plata, acorde al jacquard.

El velo

En abril de 1961, Teresa de Borbón completó su atuendo nupcial con un velo de tul y una diadema formada por flores de azahar, también en blanco. Prescindiendo de tiaras, diademas y tocados, Teresita entró a la iglesia velada cubriendo su cabeza con un velo de tul ilusión, el más clásico de entre los clásicos. Con la misma altura que la cola, en su caso, el velo brotaba de un moño bajo trenzado.

Los zapatos

Cerramos con el resto de accesorios. En este terreno, los zapatos se llevan la palma. A diferencia del calzado tradicional que calzaron su madre y su abuela, Teresa Urquijo se calzó unos zapatos de salón destalonados de Mascaró con corte de glitter. Bautizados como Phoebe, según la marca española "son unos salones salón sling creado en glitter de tacón ancho especialmente diseñado para ocasiones muy especiales". A la venta por 229 euros, despertaron la atención de los congregados a las puertas de la iglesia de San Francisco de Borja,