¿Qué es el síndrome de Campanilla y cómo afecta a las relaciones de pareja?

Al hablar de personajes históricos en Disney, es imposible no hablar de ella: Campanilla. La pequeña hada que vivía en Nunca Jamás y que ayudaba a salir airoso a Peter Pan de sus aventuras. Un personaje femenino, fuerte y con carácter, frente a las vulnerables princesas que copaban entonces los cuentos, que saltó a la gran pantalla en 1953.

Sin embargo, además de la luz de su fortaleza, independencia, valentía o arrojo, la personalidad de Campanilla también tenía sus sombras. Precisamente una dualidad en la que se basa el llamado síndrome de Campanilla, que habla sobre cómo puede afectar a tu vida y a tus relaciones sociales y de pareja tener rasgos como los del hada. Sumándose a otros estudios como el síndrome de Rebeca (también con inspiración en la literatura y el cine) o el propio síndrome de Peter Pan.

Trasladándonos al mundo real del siglo XXI, una mujer Campanilla es aquella que destaca especialmente en su trabajo. Siendo una profesional exitosa, con tendencia al perfeccionismo extremo. Además, se las define como personas muy luchadoras, constantes y con un gran carisma y seducción. No solo en el terreno afectivo, sino en hacer que todo el mundo caiga rendido a sus encantos, en el ámbito que sea. Coronándose como líder o protagonista allá por donde pasa.

Sin embargo, según los expertos, más allá de este éxito se encuentra también otra realidad. Sin desmerecer ese triunfo social y profesional, se les atribuyen problemas con el control de la ira, los celos y de la capacidad emocional. Así, no llegarían a vincularse estrechamente con nadie al 100%, ni en lo amistoso ni en lo sentimental, pero sí son muy posesivas.

"Un signo de debilidad"

Una soledad sobre la que reflexionaban desde el blog del gabinete psicológico madrileño DesQbre, al hablar de como para la persona Campanilla "amar, para ella, es un signo de debilidad. Por eso controla sus emociones constantemente, y si en un descuido le llega el amor, Campanilla reprimirá sus sentimientos". Un lado oscuro entre tanto brillo, que viene motivado, entre otros factores, por no haber podido mostrar en otros momentos de su vida el enfado o la cólera.

"Raramente están a su altura"

"Lo admitamos o no, la realidad es que a los hijos no se los educa igual que a las hijas, y en algunos casos a ellos se les presta más atención. A tal punto que una niña puede desear haber nacido niño. Este es el caso de Campanilla", reflexionan desde el mismo gabinete de psicología.

Un problema que afecta a todos los ámbitos de la vida, incluyendo el amoroso. Aunque puede darse en ambos sexos, suele ser más habitual entre las mujeres, que ven como ninguna pareja (especialmente los hombres en el caso de las heterosexuales) están a su altura. Así lo refleja la psicoterapeuta francesa Sylvie Tenenbaum, que analiza en uno de sus libros este arquetipo: "Siente que los hombres raramente están a su altura"

A ello se suma que su falta de implicación amorosa en una pareja no solo afecta a sus relaciones sentimentales, sino que esa especie de lucha constante contra todo y contras todos, termina volviéndose hacia una misma. Haciendo que el autocuidado no esté entre sus prioridades y no sepa gestionar lo que de verdad quiere.

Como punto más positivo, sí destacan los profesionales que, al contrario de las personalidades Wendy, que se centran en las labores de cuidado constante a los demás, sumando una carga mental agotadora; Campanilla sí sabe poner los límites a la hora de darse a los demás, especialmente si se les hace daño. Aunque a veces pequen de exceso.