Cuatro trucos para despertar a niños dormilones, según el neuropsicólogo Álvaro Bilbao

Este experto en crianza positiva te da cuatro trucos que, asegura, son “mano de santo” para cuando te cuesta despertar a tus hijos por la mañana. El primer paso consiste en encender una luz suave en su habitación unos diez minutos antes de levantarse.

Con esta técnica, consigues activar una señal en la glándula pienal del niño que reduce la segregación de melatonina (la hormona del sueño), facilitando que su cerebro se active gradualmente de una forma relajada. Pues un cambio brusco de luz puede provocar molestias en los receptores de los ojos y activar una respuesta de estrés, que hace que tu hijo se despierte de mal humor.

El segundo paso consiste en conseguir que tu hijo responda a una pregunta. Puede ser muy sencilla y que sea respondida únicamente con un sí o un no. Frases como: "¿Vas a querer ponerte la sudadera roja?", son perfectas para que tu hijo comience a activar distintas estructuras de la corteza cerebral, especialmente las regiones que nos permiten comprender, tomar decisiones y emitir respuestas voluntarias. Unas preguntas que le ayudarán a poner en marcha su cerebro.

En tercer lugar, puedes levantarle ligeramente la cabeza, de forma que se ponga en posición vertical. Mediante alguna almohada o cogiéndole en brazos, para conseguir que su cerebro empiece a estar activo. Porque nuestra mente tiene un órgano que se llama sistema reticular ascendente y nos permite despertarnos. Una región que se activa al estar en posición vertical y que tiende a desconectar cuando nos tumbamos.

Por último, puedes preguntarle, a la hora de la cena, cómo le gustaría que le despertaras cada mañana porque es mejor no tomar decisiones sin tener en cuenta su opinión y necesidades. Involucra a tu hijo con esta pregunta y mejora vuestra técnica para despertarlo de forma más colaborativa.

Cuando nos tienen en cuenta, nos sentimos mejor, asegura este experto. Además, cuando formamos parte de la resolución de un problema, nos involucramos más y activamos la corteza orbitofrontal, que nos ayuda a tomar decisiones y ser responsables. La mayoría de los niños prefieren que les despertemos con calma y con besos, además de palabras bonitas.