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Las razones por las que tu hijo pequeño no puede estarse quieto, según Álvaro Bilbao
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Las razones por las que tu hijo pequeño no puede estarse quieto, según Álvaro Bilbao

Su constante movimiento se debe a varias razones que nos explica este psicólogo experto en crianza positiva, que nos da las claves para entender a nuestros hijos

Foto: Las razones por las que un niño pequeño no puede estarse quieto. (Pexels/Allan Mas)
Las razones por las que un niño pequeño no puede estarse quieto. (Pexels/Allan Mas)
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Este neuropsicólogo nos pregunta si recordamos aquella mítica frase que todos hemos oído alguna vez siendo niños: “¿Quieres parar quieto?”. Y va más allá, cuestionándonos si la hemos dicho como padres a nuestros hijos en alguna ocasión.

Opina el doctor Bilbao que si nuestros pequeños “supieran acerca de su cerebro” nos dirían que quieren hacerlo, pero no pueden. Y explica las razones que están detrás de su continuo movimiento, que les hacen no parar ni un momento salvo cuando están frente a las pantallas.

Este experto cuenta que un niño no puede parar quieto porque en su cerebro tiene una estructura que se llama “ganglios basales”, que ayuda a regular el movimiento involuntario y “todavía se está desarrollando”. Además, explica que no puede hacerlo porque tiene un instinto de aprendizaje que le ayuda a conocer su cuerpo y explorar el mundo que le rodea, por lo que tiene que seguir sus instintos.

Por último, no puede parar quieto porque no entiende bien las normas sociales y tampoco es capaz de recordar por qué es tan importante estarse quieto y, como explica Álvaro Bilbao, le cuesta hacer cosas que no comprende o recuerda. Sin embargo, nos transmite este padre de tres hijos experto en crianza positiva, que nuestros hijos si pudieran harían por nosotros ese esfuerzo porque para ellos es importante aprender poco a poco esas normas sociales que los padres les vamos enseñando y que les ayudan a adaptarse a su entorno.

placeholder A los niños les cuesta parar quietos. (Pexels/Luna Lovegood)
A los niños les cuesta parar quietos. (Pexels/Luna Lovegood)

Además, para nuestros hijos es fundamental aprender a controlar sus impulsos y que sus padres se sientan bien, por lo que les gusta esforzarse por cumplir nuestros objetivos. Para que nuestros hijos puedan liberar toda esa energía que tienen, el doctor Bilbao nos recomienda que les llevemos al parque para que salten, jueguen y corran mucho con sus amigos y en casa puedan estar más tranquilos.

También es muy adecuado que les expliquemos con tranquilidad cuándo es mejor no moverse mucho, sin que nos lleguemos a enfadar, si es posible evitarlo. En el colegio quizá o en alguna situación que lo requiera especialmente. Por último, nos recomienda ser persistentes, pues con el tiempo si se lo seguimos recordando, lo acabarán aprendiendo.

Este neuropsicólogo nos pregunta si recordamos aquella mítica frase que todos hemos oído alguna vez siendo niños: “¿Quieres parar quieto?”. Y va más allá, cuestionándonos si la hemos dicho como padres a nuestros hijos en alguna ocasión.

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