El consejo de Álvaro Bilbao para cuando tengas que regañar y corregir a tu hijo

Como padres, debemos enseñar a nuestros hijos qué está bien y qué no, por lo que es muy habitual que cuando hacen algo inadecuado tengamos que corregirles, a veces incluso en público. Algo que puede no gustarles en absoluto y provocar el efecto contrario al que queremos conseguir.

El doctor Álvaro Bilbao, neuropsicólogo y experto en crianza positiva, que además es padre de tres hijos, nos da las claves para regañar a nuestros hijos sin hacerles sentir mal y conseguir que aprendan en vez de sentirse atacados.

Para este experto los niños son maravillosos, pero quizá haya cosas que aún no saben hacer “bien”. Es importante, recalca, que nuestra manera de explicarles cómo se hacen las cosas sea la adecuada para que no duden de su valía y genere en ellos una falta de autoestima que lleven el resto de su vida a cuestas.

Además, “la corrección no debe ser nunca una recriminación, sino una tarea de aprendizaje conjunto”, nos explica, porque los padres también aprendemos mientras ejercemos como tales. Por lo que no debemos centrarnos en el niño en sí mismo, sino en la habilidad a mejorar. Propone que digamos “guardamos al terminar” mejor que “tienes que ser más ordenado”.

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El doctor Bilbao nos recomienda que si nuestros hijos tienen “edad para entender” es mejor empezar explicándole por qué “es importante que cambie esa habilidad concreta”. Nos recuerda además que “los niños aprenden cuando la persona que enseña demuestra amor y actitud positiva y se bloquean cuando demuestra rabia o descontrol”.

Ante la falta de paciencia que muchas veces lleva a los padres a perder los nervios, añade que hay que tener en cuenta que tanto padres como hijos tienen que “tener claro que hay cosas que requieren muchos ensayos”. Por ello, nos sugiere ser pacientes y reconocer los pequeños progresos.

Enseñar a nuestros hijos sin hacerles sentir mal es muy importante en su crecimiento personal y aprendizaje. La disciplina positiva que practica este experto nos da las claves para educar de la mejor forma posible, teniendo en cuenta las necesidades de nuestros hijos y marcando siempre los límites.