Los consejos de Álvaro Bilbao si tu hijo tiene 4 años: cambios y desarrollo

El doctor Álvaro Bilbao es psicólogo, neurosicologo y padre de 3 hijos. Durante muchos años se ha formado para aprender y enseñar a educar en positivo. En sus redes sociales y en su blog da algunos consejos para el cuidado de los más pequeños.

Los niños van cerrando etapas y descubriendo cosas nuevas a cada momento, pero a los 4 años los pequeños dan un gran paso y los padres deben acompañarlos. En esta fase se producen muchos cambios en su desarrollo. Estos son algunos consejos para entenderlos y saber afrontarlos.

Por lo general, según explica el psicólogo Álvaro Bilbao, los niños comienzan a ser más autónomos y a reducir las rabietas a los 4 años. La independencia de los pequeños hace que los padres se sientan más relajados, por lo que supone un cambio para toda la familia.

Cambios y desarrollo de los niños de 4 años

Desde el punto de vista neurológico, los niños comienzan a controlar sus emociones, su cuerpo y su mente. Además, en esta etapa se produce una maduración física que mejora su confianza y seguridad. En esta edad, los niños son capaces de jugar a la pelota, subir escaleras, resolver pequeños problemas, identificar letras y números y de tomar sus propias decisiones, entre otras capacidades.

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Estos cambios suponen nuevas necesidades, pues quieren realizar cosas por sí mismos, pero siguen necesitando ayuda de un adulto, por lo que, al igual que de adolescentes, pueden entrar en contradicciones. Además, comienzan a controlar su cuerpo, por lo que buscan sacar toda su energía. También desarrollan su identidad y juegan con su imaginación. En estos momentos es importante dejarles crear y descubrir.

Durante esta etapa pueden crearse problemas de comportamiento, ya que aprenden a mentir y comienzan a realizar cosas sin permiso, como jugar con algo que no es suyo. Los pequeños no lo hacen con mala intención, simplemente buscan experimentar y demostrar sus preferencias. Esto último, por ejemplo, se nota en la comida, donde pueden cambiar sus gustos. Es necesario respetarles sin obligarles a comer más de lo que quieren.

Por último, durante esta etapa van a aumentar la complicidad con el resto de la familia. Ya no necesitan a los demás tanto, sin embargo, deciden querer al resto. Es una etapa preciosa en la que acompañar a los pequeños y dejarles desarrollar su propia personalidad.