3 razones por las que tu hijo adolescente no sale de su cuarto, 2 razones por las que respetarlo y otras 2 para saber cuándo entrar

Aislarse de la familia es uno de los rasgos más comunes cuando los hijos empiezan a alcanzar la pubertad. Se trata de una etapa, en la que los niños empiezan a tener muchas transformaciones tanto en su cuerpo, como en su personalidad.

Por ello, es entre los 11 y 15 años cuando comienzan a establecer unos límites, y algunos de ellos, resultan en encierros en sus habitaciones durante muchas horas. Para que descubras las razones y sepas actuar en estos momentos, aquí te dejamos algunos puntos importantes que debes tener en cuenta para afrontar esta situación.

3 Razones por las que tu hijo no sale de tu cuarto

La primera de las razones que debemos señalar al hablar del encierro de los hijos en sus habitaciones es, sin duda, la búsqueda de intimidad. Cuando comienzan a ser más mayores, es normal que los jóvenes busquen estar solos para poder procesar sus pensamientos y emociones, sin estar delante de un adulto todo el tiempo. De esta forma, sienten que pueden desarrollar su personalidad de una manera más plena y sin límites.

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Otra causa puede ser que estén muy conectados dentro del mundo virtual. Ya sea para jugar videojuegos, para navegar en por las redes sociales o para hablar con sus amigos online. Esta no es una razón necesariamente negativa, pues las formas de comunicación han cambiado con el paso de los años. Sin embargo, hay que estar atentos para ver signos de adicción y para fomentar el buen uso de las tecnologías.

Por último, también hay que estar pendientes de la ansiedad o el estrés que pueden estar experimentando por causas exteriores, como los estudios, la incertidumbre por el futuro o incluso alguna situación de bullying en el colegio. En estas situaciones es importante orientarlos, pero con paciencia y empatía para evitar frustraciones por ambas partes.

¿Por qué hay que respetarlo?

Lo primero que debes recordar es que tus hijos, al igual que todas las personas, buscan ganar independencia a lo largo de los años y por ello, es importante respetarlo, pues en una cualidad necesaria para la supervivencia. Si no aprenden a tener independencia, cuando sean más mayores no podrán afrontar ciertos problemas y por esta razón, es relevante aprender a soltarles la mano cuando es necesario.

También, es importante recordar lo difícil que puede llegar a ser la adolescencia. Todos hemos pasado por ella y por los retos que puede suponer a veces. Por ello, no prohibirles estar en su habitación, es un signo de que confías en ellos y es una cualidad que los adolescentes valoran mucho en sus padres, pues si les demuestras tu confianza, se abrirán más fácilmente a la hora de compartir confidencias.

¿Cuándo debemos entrar?

Lo más importante de todo este proceso, es monitorear los comportamientos de los hijos de tal forma que se pueda descubrir qué aspectos son alarmantes o no. Una de las razones en las que sí que debes intervenir, es cuando está afectando a su salud física. Pasar mucho rato encerrado jugando a videojuegos o estando en el ordenador no es bueno. Por ello, es recomendable motivar otros pasatiempos que involucren estar fuera y hacer algo de ejercicio físico con ellos y. de esa forma, establecer ciertos límites con la tecnología.

Otro punto importante es darse cuenta del estado de ánimo del joven adolescente. Si el aislamiento llega a un nivel problemático y comenzamos a notar soledad dentro del hijo, es importarte habilitar el diálogo basado en la empatía y en el respeto, pidiendo ayuda profesional si es necesario.

Sin duda, la adolescencia es un tiempo difícil para todo el mundo, pero no hay que olvidar que es un momento necesario en la vida de todas las personas. Por ello, no hay que pensar que la búsqueda de privacidad es algo malo. Con paciencia y acompañamiento es posible guiar a los hijos en estos tiempos de cambio y conseguir que tengan una relación positiva con su familia y su entorno.