Este es el pensamiento tóxico que te impide disfrutar de las fiestas navideñas

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La Navidad llena las calles de luces de colores y miles de personas abarrotan las principales vías de las ciudades a la caza del regalo escogido o, simplemente, paseando y disfrutando del ambiente navideño.

Por otro lado los compromisos sociales, como los reencuentros con los amigos, las cenas de empresa y las reuniones familiares, marcan el ritmo de esta época frenética en la que muchas personas se ven envueltas en una vorágine que les resulta abrumadora.

A pesar de las vacaciones y del tiempo libre que suele caracterizar estas fechas, los psicólogos señalan que el 90% de los adultos confiesan experimentar un mayor nivel de estrés durante las fiestas navideñas. Esta presión social y las imposiciones tradicionales afectan al bienestar mental debido a las altas expectativas sociales asociadas a estas fechas.

Una de las principales causas de la ansiedad navideña es la idea de que es obligatorio estar constantemente en un estado de celebración. Un pensamiento que puede llevar a ignorar las necesidades emocionales personales, creando un conflicto entre lo que se espera socialmente de nosotros y lo que realmente deseamos.

Por ello, los psicólogos recomiendan priorizar los deseos personales por encima de las expectativas sociales, aunque esto pueda llevarnos a desvincularnos de ciertas actividades familiares. Y es que la Navidad no tiene por qué ser sinónimo de estrés.

La clave reside en preguntarnos qué es lo que realmente nos apetece hacer durante las fiestas navideñas y ser consecuentes con lo que necesitamos y queremos. Disfrutar de momentos tranquilos o, simplemente, no participar en algunas actividades sociales puede ser suficiente para reducir la ansiedad.