Este es el motivo por el que apretamos la mandíbula al estar enfadados, según la psicología
Los expertos analizan las claves de este comportamiento tan común. Un hábito que tiene una razón psicológica detrás
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El enfado es una emoción humana natural, que se manifiesta tanto en un ámbito psicológico como en el físico. Así, aunque están muy vinculados, el hecho de enfadarse tiene unas connotaciones psicológicas, pero también físicas. No solo se siente por dentro, sino también por fuera. Respecto a ese análisis más gestual del enfado, hay una expresión muy común cuando se está dominado por esta emoción: apretar la mandíbula.
Un gesto muy habitual en el lenguaje corporal que tiene un significado detrás. Así, a través de diferentes estudios psicológicos, se ha llegado a una conclusión consensuada en esta materia. Al igual que hay una señal clave para determinar si le gustas a alguien o analizamos el motivo por el que nos frotamos las manos al estar emocionados, ¿por qué adoptamos se aprieta la mandíbula al estar enfados?
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Conocido también por ser un tipo de bruxismo, esta conexión entre las emociones y las reacciones corporales puede manifestarse tanto durante el día como en la noche y está estrechamente relacionado con emociones intensas como la ira, el estrés y enfado. Su base está en que cuando experimentamos emociones fuertes, nuestro cuerpo activa mecanismos de respuesta que preparan al organismo para enfrentar situaciones percibidas como amenazas.
Una reacción conocida como "lucha o huida" que implica la activación del sistema nervioso simpático, lo que conduce a la tensión de diversos grupos musculares, incluida la mandíbula, según la Clínica Mayo. Además, la psicóloga Valeria Sabater señala en sus redes sociales que apretar y rechinar los dientes son reacciones involuntarias comunes ante la ira o el enfado. Por ello no es extraño que en épocas momentos de tensión o en épocas de estrés, se desarrolle tensión mandibular.
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Un gesto involuntario con dolorosas consecuencias físicas, como la inflamación de la mandíbula, dolores de cabeza, dolores de oído y desgaste dental. De hecho, estos síntomas pueden afectar el correcto funcionamiento de la articulación temporomandibular, que es la articulación entre el hueso temporal y la mandíbula, como revelan en 'Mensalus'. Por ello es fundamental ponerle remedio.
No solo con terapias físicas, como ejercicios, estiramientos o sesiones de fisioterapia, sino poniendo el foco en qué provoca ese enfado. Especialmente en el caso de que se trate de algo habitual. A través de las técnicas de relajación o de la terapia psicológica se pueden controlar estas emociones, abordando la tensión mandibular también desde un aspecto mental. Así, lo ideal es consultar con un profesional sanitario que pueda dar la mejor atención en cada caso.
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