Es noticia
Menú
Las firmas de lujo dicen adiós al chollo japonés
  1. Estilo
  2. Moda

Las firmas de lujo dicen adiós al chollo japonés

Omotesando se queda vacío: el barrio pijo por excelencia de Tokio, en el que todo aquel que quisiera ser alguien en el mundo del lujo debía

Foto: Las firmas de lujo dicen adiós al chollo japonés
Las firmas de lujo dicen adiós al chollo japonés

Omotesando se queda vacío: el barrio pijo por excelencia de Tokio, en el que todo aquel que quisiera ser alguien en el mundo del lujo debía tener una tienda, está de capa caída. Los japoneses “están dejando los bolsos de Louis Vuitton y las chaquetas de Chanel por vestidos de Zara y vaqueros Gap”, afirma corresponsal del londinense Financial Times en Tokio. Confirmado: el lujo, que siempre había sido tan bien recibido en Japón, ya no es necesario y hasta parece que resulta impúdico en tiempos de crisis.

 

Un informe de la consultora McKinsey afirma que el actual estado de la economía está obligando a los consumidores a reducir sus adquisiciones de productos de lujo. El efecto puede no ser temporal: de acuerdo con el estudio, este fenómeno está además acelerando un cambio de largo plazo en las actitudes de los consumidores en el que hasta ahora era el segundo mercado mundial para los productos prime. Parece que la austeridad ha llegado para quedarse.

Las ventas de productos de lujo ha caído en Japón un 10% durante el último año y lo que es peor: las cosas siguen cuesta abajo durante 2009. LVMH, el conglomerado que aúna a Dior, Chaumet o la propia Louis Vuitton, ha confirmado que las ventas de sus productos han caído casi un 20% durante el primer cuatrimestre en Japón. A finales de 2008 la firma de Bernard Arnault anunció que no abriría su nueva tienda en el distrito de Ginza debido a la recesión.

Los diferentes informes que se manejan sobre la situación del mercado en el país oriental no dejan lugar a dudas: de acuerdo con otra investigación de la firma Yano, el mercado seguirá encogiéndose durante este año, cayendo hasta cotas no recordadas desde hace 20 años y que representan la mitad del volumen de negocio en los buenos tiempos.

Las firmas de lujo habían empezado su historia de amor con el país del sol naciente hace dos décadas. La adquisición de objetos de firmas como Hermes, Louis Vuitton o Armani era una especie de ritual simbólico de la clase media nipona, un acontecimiento iniciático sin el cual no tenía sentido la pertenencia al grupo.

Ahora las cosas son distintas: las propias tendencias en moda invitan al mix, a combinar objetos sofisticados con otros de mercadillo, con lo que ya no son necesario los total looks de una marca concreta. Además, el catálogo del lujo se ha ampliado hasta las experiencias epicúreas (spas, restaurantes...) y de hecho en los últimos tiempos éstas son consideradas como la más auténtica encarnación del lujo supremo.

Omotesando se queda vacío: el barrio pijo por excelencia de Tokio, en el que todo aquel que quisiera ser alguien en el mundo del lujo debía tener una tienda, está de capa caída. Los japoneses “están dejando los bolsos de Louis Vuitton y las chaquetas de Chanel por vestidos de Zara y vaqueros Gap”, afirma corresponsal del londinense Financial Times en Tokio. Confirmado: el lujo, que siempre había sido tan bien recibido en Japón, ya no es necesario y hasta parece que resulta impúdico en tiempos de crisis.

Lujo