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Las vacaciones más improvisadas de la Familia Real
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Las vacaciones más improvisadas de la Familia Real

Por primera vez desde 1973, Zarzuela no tiene previsto qué ocurrirá con las tradicionales vacaciones de la Primera Familia en Mallorca. “Estamos trabajando en la agenda

Por primera vez desde 1973, Zarzuela no tiene previsto qué ocurrirá con las tradicionales vacaciones de la Primera Familia en Mallorca. “Estamos trabajando en la agenda de julio y, por lo tanto, hasta que no llegue agosto no podremos informar sobre ello”, aseguran. No saben si el Rey, que está inmerso en un proceso de recuperación que va más lento de lo que en un principio se esperaba, seguirá cumpliendo con su vínculo con la isla o si se quedará en Madrid. Ni tampoco si los príncipes de Asturias tomarán el relevo al monarca convaleciente en las salidas marítimas o se irán de viaje privado siguiendo con la tónica habitual. O qué pasará con las infantas Elena y Cristina. Todo es una incógnita. Sin duda alguna, serán las vacaciones más raras de la Familia Real.

Los misterios acerca de la visita de Juan Carlos y toda la prole Borbón a la capital balear, centro político del Estado durante julio y agosto, no son baladíes en cambio para los mallorquines, que tienen depositadas las esperanzas en que el modelo real siga sirviendo de atractivo y reclamo para alemanes, suecos y demás turistas. Además, son casi 58 años de lealtad total y absoluta por parte del Rey a la isla. Pero las recomendaciones médicas podrían romper con esta bonita historia de amistad. Desde esta semana, algunos de los almuerzos que tenían lugar en el Palacio Real se han trasladado por primera vez a Zarzuela, precisamente para evitar “desplazamientos innecesarios” por parte del monarca. Queda por dilucidar si Su Majestad considera el habitual traslado logístico y de poder a la isla es "innecesario". Para él o para el equipo que le asiste.

Raras y más cortas que otros años. A pesar de que para la princesa Letizia el asueto en Mallorca es una carga laboral insoportable- “¿Tú te crees que estos son vacaciones?”, espetó el año pasado a una periodista-, los herederos y sus hijas posiblemente lleguen al aeropuerto de Son Sant Joan una vez inaugurada la temporada estival en el palacio de Marivent, ya que Felipe tendrá que asistir a la toma de posesión en Perú de Ollanta Humala, prevista para el 28 de julio. No existen delimitadores temporales para el resto de la familia. Tan sólo que del 18 al 21 de agosto tendrán que estar presente en Madrid para recibir la visita del Papa. Cinco días antes de que, si se cumplen las previsiones, los miembros de la Casa Real que todavía permanezcan en la isla den por concluidas las vacaciones con una cena con las autoridades en La Almudaina.

Otros tiempos

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Si antes, sin conflictos entre cuñadas, ni viajes transatlánticos ni divorcios reales, conseguir una fotografía de la primera plana del Rey con mujer, hijos y nietos en un croma distendido era algo realmente complicado, ahora, con tanto frente abierto, una instantánea grupal es terreno baldío para los fotógrafos que siguen empeñados en captarles en amor y compañía. La reina es la única que salva este tipo de situación, aunque sea Letizia la que más tire mediáticamente. Doña Sofía, que decidió llegar a la isla en vuelo regular hace un par de años, será quien posiblemente se encargue de ‘botar’ el desembarco real en las Baleares. Hace tiempo que es la que coordina y gestiona los movimientos en la isla, pese a que en Zarzuela le resten méritos y no le quieran otorgar el apelativo de 'cabeza de familia'.

De las infantas Elena y Cristina ni rastro. Si vienen o van es otro misterio más sin resolver. De todas formas no será un verano al uso para ninguna de ellas. Cristina siempre tiene que volver antes a Estados Unidos porque el colegio comienza antes que en España. Y así ocurrirá esta vez. Elena, por su parte, tendrá que preparar todos los detalles para la marcha de su hija Victoria Federica a un internado de Londres, que seguirá los pasos del díscolo Froilán. Así que será difícil que exista una prolongada reunión de primos, como sería de esperar. Y de tíos. El año pasado, las hijas de los Reyes y la princesa Letizia hicieron lo posible para evitarse -o para no encontrarse- hasta que fue inevitable. Se fueron hasta Spetses para escenificar el armisticio de un conflicto que se empeñan en desmentir. Al menos, y para tranquilidad de los contribuyentes, el plan de austeridad seguirá siendo el mismo. Recortes en prensa, personal destacado, electricidad… y en zumos. La limonada se seguirá elaborando con los cítricos del jardín de Marivent. Algo es algo.

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