1990: historia del último posado (hasta ahora) de la familia real en la Almudaina

1990. Palacio de la Almudaina en Mallorca. El rey Felipe VI no es más (ni menos) que un espigado jovencito que posa junto a sus padres y sus hermanas en la puerta de este antiguo alcázar, uno de los más significativos de la isla. Lleva una camisa clara y arremangada, contesta con timidez a las preguntas de los periodistas y no imagina que, 28 años después, volverá a elegir el mismo lugar para posar junto a su mujer Letizia y sus dos hijas, Leonor y Sofía, rompiendo así la tradición que hacía que los royals españoles siempre posasen en Marivent. Volviendo a un lugar que fue poco transitado en los veraneos de los Borbones.

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La ruptura de la tradición tiene también que ver, según los analistas, con la ausencia del rey Juan Carlos en la instantánea. “Está fastidiado”, expresaba el Rey a los periodistas este domingo al hablar de la no presencia del emérito. Los más suspicaces apuntan al último escándalo de los audios de Corinna como una de las razones para que, al menos este año, hayan prescindido de él en la foto.

Desde 1985 hasta 1990, la familia real eligió el Palacio de la Almudaina para algunos de sus posados veraniegos. Después, se trasladaron a Marivent. En aquel verano del 90 en el que media España bailaba el 'Ven, devórame otra vez' de Lalo Rodríguez y 'La culpa fue del cha,cha, cha' de Gabinete Caligari, don Juan Carlos presidía la foto real con una camisa estampada, un pantalón de color caqui y con esa sonrisa campechana con la que se ganó a miles de españoles. Junto a él, la reina doña Sofía y unas Infantas que parecían tirar de hombrera en sus veraniegos vestidos de chaqueta.

Sin embargo, el enclave de la Almudaina, con su estilo medieval y las modificaciones sufridas a través de los siglos tras ser un alcázar musulmán, también compartió protagonismo con Marivent en aquellos días de agosto del 90. Pocos días después de hacer el correspondiente posado veraniego, don Juan Carlos y doña Sofía recibieron a dos ilustres invitados: Diana de Gales y Carlos de Inglaterra. La princesa triste y su marido ya habían sido los huéspedes de los Reyes de España en el 86, 87 y 88, y aquel verano volvían para escenificar la otra foto del verano real de la familia Borbón.

Nadie hubiese dicho que la Almudaina volvería a ser el escenario del posado veraniego. Pero así ha sido. Los fotógrafos y reporteros estaban citados en el patio de armas del viejo alcázar en el que, este domingo, Felipe y Letizia aparecían junto a sus hijas; el mismo escenario en el que el primero se dejó retratar junto a sus dos hermanas y a sus padres hace 28 años. Y en todo ese tiempo, casi tres décadas, es evidente que no solo ha cambiado la tradicional fotografía. España y la monarquía también lo han hecho. Y, además, de manera irreversible.