El baile de Mary de Dinamarca (con chupito incluido) y otras anécdotas de las Feroe

La intensa agenda de los príncipes Federico y Mary de Dinamarca durante su visita a las islas Feroe de estos días está regalándonos una colección de documentos gráficos dignos de analizar. Con un calendario de actos que abarca desde primera hora de la mañana a última de la tarde, las anécdotas se suceden a ritmo vertiginoso. ¿Quieren saber más? Lean, lean.

Aunque durante la mayor parte del día, los príncipes herederos cumplen con una cantidad ingente de actos (hasta 14) acompañados de sus hijos, lo cierto es que los pequeños, especialmente, no son capaces de seguir el ritmo.

Por tanto, los últimos actos de la jornada, al menos los de la primera (el jueves) quedaron reservados para unos animados Federico y Mary que, ataviados desde que desembarcaron en la capital de las Feroe con los trajes tradicionales, asistieron a una especie de celebración tradicional en la Casa Nórdica, ubicada en la capital del archipiélago.

Banquete, fiesta y danzas regionales cogidos de la mano en el que los anfitriones, al ver que la princesa Mary no terminaba de soltarse la melena, le ofrecieron un chupito de algún tipo de licor local (bastante fuerte a la luz de su cara) que, por protocolo y cortesía, no pudo rechazar. ¿Bailarán algo semejante en Australia?

Las anécdotas de los niños

Sus hijos cuatro hijos, a pesar de esta maravillosa velada, han sido el resto del tiempo los protagonistas del viaje. Las largas horas de actividades oficiales, en las que por cierto se desenvuelven como auténticos profesionales, nos han dejado una extensa colección de anécdotas.

Y es que, con unas edades que abarcan de los 12 a los 7 años, no todos superan en las mismas condiciones las jornadas maratonianas. El jueves, sin ir más lejos, desembarcaron poco antes de las 10 de la mañana en la primera ciudad y junto a sus padres conocieron al alcalde, visitaron un colegio…

Demasiada actividad para Josephine, quien en una de las escenas más tiernas de la jornada, aparece quedándose dormida de pie (ramo en mano incluido) en el regazo de su madre.

No acaban aquí las anécdotas: el príncipe Christian, segundo en la línea al trono, no dudó en ejercer de hermano mayor con los más pequeños de la casa.

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¿Qué nos depararán los próximos días?