Las palabras de Mary de Dinamarca sobre Joaquín en su vuelta al trabajo

Mary de Dinamarca ha vuelto al trabajo, poniendo así fin a las vacaciones de las que ha disfrutado tanto en el castillo de Grasten, la residencia veraniega de la familia real danesa, como en Skagen, donde ha disfrutado de baños en la playa, caminatas y paseos en bici junto a su marido y sus hijos. Y su 'rentrée' ha sido, además, estrenando puesto, el de presidenta de la sucursal danesa del Fondo Mundial para la Naturaleza WWF, un cargo que ostenta desde el pasado junio, sustituyendo así a su suegro, el príncipe Henrik, que no solo fue el fundador en 1972, sino también su presidente hasta su fallecimiento en 2018.

A su llegada ha tenido lugar una de las anécdotas de la jornada, ya que era recibida por uno de los responsables de la organización, al que no ha dudado en estrechar la mano, un gesto que iba a repetir con la siguiente persona que la recibía y que ha detenido justo a tiempo, cuando se ha dado cuenta de la 'nueva normalidad' implica que los saludos sean ahora sin contacto físico. Mary de Dinamarca se ha visto un poco cohibida cuando se ha dado cuenta, pero ha tenido que seguir con el recorrido hasta la entrada, ya con un pequeño de flores que le entregaban a su llegada.

Esta era la primera aparición de un miembro de la familia real desde que el príncipe Joaquín sufriera el ictus del que aún se recupera, por lo que la pregunta sobre el estado de salud de su cuñado era obligada. Y con su actitud, Mary dejaba claro que la familia está muy tranquila, aunque en sus declaraciones a los medios ha admitido que han estado muy preocupados por él, especialmente en los primeros días de hospitalización. La princesa confirmaba que el príncipe Federico había ido en solitario a visitarlo al castillo de Cayx. Una visita tras la que había vuelto bastante aliviado al comprobar que la recuperación de su hermano va muy bien, según ha comentado la australiana.

Mary ha escogido un look bastante sobrio para esta cita, con falda negra midi y camisa blanca, con un microestampado multicolor. Llamaban especialmente la atención dos cosas, la ausencia de mascarilla -que no es obligatoria en Dinamarca- y los pendientes, unos enormes aros de oro con una formas geométricas en su interior. En sus pies, unas sandalias negras con cuña de esparto. Sin duda, el calzado más apropiado y cómodo para participar en la suelta de erizos de mar que ha tenido lugar después y que ha servido como colofón a esta primera cita laboral de la princesa.