Así es el increíble anillo de zafiro y diamantes de Meghan Markle (con pendientes a juego)

El vídeo para Spotify con motivo de promocionar su podcast ha sido la última ocasión en la que hemos visto juntos a los duques de Sussex tras su polémica salida de la familia real inglesa. En las imágenes, en las que el príncipe Harry destacó por su nuevo estilo norteamericano y sus gestos estilo Donald Trump, pudimos ver a Meghan Markle adoptando una posición más recatada que de costumbre mientras lucía un vestido de Oscar de la Renta valorado en 3.000 euros.

Pero también nos hemos fijado en el dedo corazón de su mano derecha, donde la duquesa hacía gala de un precioso anillo de zafiro rosa y diamantes. Según informa 'Hello Magazine', esta pieza es de una de las marcas de joyería favoritas de Meghan, la firma canadiense Ecksand, y la duquesa fue fotografiada por primera vez llevando el anillo durante su primer embarazo de Archie, coincidiendo con su aparición en los premios del Fondo Endeavour en febrero de 2019.

"Nos sentimos increíblemente honrados de que Meghan haya elegido volver a llevar una de nuestras joyas sostenibles durante su primera aparición pública desde que anunció su embarazo", ha declarado Erica Bianchini, la fundadora de la marca.

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Este exclusivo anillo está fabricado en oro amarillo reciclado de 18 quilates, con zafiro rosa de 6 quilates y 0,2 más de diamantes, y tiene un precio de aproximadamente 1.000 euros. Otras piezas que la royal posee de esta casa de joyería ética incluyen unos pendientes a juego con la pieza que lucía en el vídeo y algunos anillos de esmeraldas.

Gran aficionada a las joyas, la exactriz posee desde unos pendientes de Cartier realizados con diamantes que llevó en la recepción posterior a su boda y que cuestan 58.732 euros hasta piezas más modestas como unos pendientes de Isabel Marant en latón dorado y esmalte negro valorados en 72 euros.

Aunque, por supuesto, la 'joya de la corona' es su anillo de compromiso, diseñado por su propio marido. Está compuesto por una banda de oro blanco con tres diamantes. El central proviene de Botsuana, el país africano donde ambos se enamoraron, y los otros dos recuerdan a Diana de Gales, a quien pertenecieron antes de pasar a la colección personal de los duques.

Más tarde, Meghan rediseñó el anillo y algunos medios británicos especularon con que el cambio podría deberse a que no estaba del todo cómoda con el ancho anterior, ya que suele lucir joyas mucho más discretas y finas. También hubo quien comentó la posibilidad de que se le quedara pequeño durante los últimos meses de embarazo, por la lógica hinchazón que experimentan los dedos y aprovechara para agrandarlo y darle otro toque al diseño.