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La soledad de Felipe y otros reyes de su generación: sus hermanos 'pasan' de la Corona
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La soledad de Felipe y otros reyes de su generación: sus hermanos 'pasan' de la Corona

A veces los celos, y otras simplemente la necesidad de libertad, han provocado que los elegidos para ocupar el trono se vean sin apoyo fraternal

Foto: Haakon de Noruega, Victoria de Suecia, Federico de Dinamarca y Felipe VI. (Getty)
Haakon de Noruega, Victoria de Suecia, Federico de Dinamarca y Felipe VI. (Getty)

En un negocio familiar como es la monarquía, por su carácter hereditario, los hermanos juegan un papel fundamental. Bien pueden ser una bendición o, en el caso contrario, un auténtico dolor de cabeza. No es fácil aprender a ser el segundón, a pesar de que las ventajas son muchas, incluso más que para el heredero o rey, ya que disfrutan de una vida llena de privilegios pero con menos responsabilidades. Sin embargo, la historia ha demostrado que a veces los celos, y otras simplemente la necesidad de libertad, han provocado que los elegidos para ocupar el trono se vean sin apoyo fraternal, tan necesario para el desarrollo de la labor institucional.

El último en enfrentarse a ese 'plantón' por parte de un hermano ha sido el príncipe Haakon de Noruega. Marta Luisa ha compartido su intención de abandonar su país junto a sus tres hijas para trasladarse a Estados Unidos y vivir allí su amor con el chamán Durek Verrett. Aunque la princesa renunció a sus derechos sucesorios al casarse con Ari Behn, lo cierto es que podría haber sido un gran apoyo para su hermano en estos momentos complicados. Cabe recordar que el rey Harald, a sus 84 años, encadena uno tras otro ingresos en el hospital mientras que la reina Sonia, de la misma edad, no está para muchos trotes, aunque mantiene la actividad.

placeholder Haakon y Marta Luisa. (EFE)
Haakon y Marta Luisa. (EFE)

Por otra parte, Haakon no puede contar plenamente con su mujer, la princesa Mette-Marit, ya que esta fue diagnosticada en 2019 de fibrosis pulmonar crónica, por lo que sus actividades oficiales se han visto reducidas considerablemente. Ante este panorama, el príncipe cuenta tan solo con su heredera, Ingrid Alexandra, pero esta tiene apenas 17 años y todavía le queda estudiar y formarse para poder desarrollar su papel de forma completa, al igual que sucede con su hermano pequeño, Sverre Magnus, de 15 años. Para Haakon, Marta Luisa podría haber sido la mejor opción, pero ella ha decidido apostar por la libertad lejos de la Corona.

Algo que nos recuerda indudablemente a la misma situación a la que se enfrentan Carlos y Guillermo de Inglaterra. La marcha de Harry y Meghan Markle ha provocado un grave problema a la familia de cara al futuro. Desde hace años, el príncipe de Gales tenía planeado que, una vez fuera rey, reduciría al mínimo la familia real, sin sus primos, los Gloucester y los Kent, y sin sus hermanos, dejando como núcleo duro a él mismo y Camilla, además de a sus dos hijos con sus respectivas mujeres. Pero el Megxit ha dado al traste con los planes de Carlos, quien, según los expertos, deberá recurrir a alguno de sus hermanos, Ana o Eduardo -Andrés está totamente descartado-, aunque no sea su voluntad.

placeholder La familia real británica. (Reuters)
La familia real británica. (Reuters)

Y ese problema que se le presenta a Carlos se le traslada también a Guillermo. Y es que cabe recordar que el príncipe de Gales tiene ya 72 años y que en un tiempo no podrá hacer frente a todos los deberes de la Corona, que antes podrían haberse descargado, al menos parte de ellos, en Harry y Meghan. Pero la situación insostenible que se vivía provocó que los Sussex prefirieran poner tierra de por medio y desvincularse por completo de la familia real para, según lo que le contaron a Oprah Winfrey en la famosa entrevista, poder ser felices lejos de la institución. La única esperanza del duque de Cambridge son su mujer, Kate Middleton, y sus hijos, George, Charlotte y Louis, aunque a estos todavía les queda mucho para poder trabajar para 'the Firm'.

Felipe VI sabe muy bien lo que es eso de encontrase prácticamente solo, pero él cuenta con la ayuda inestimable de su mujer, la reina Letizia, con quien comparte el grueso de la agenda, mientras que Leonor, a sus 15 años, ya empieza a tomar cierto protagonismo institucional. Cuando fue proclamado Rey en junio de 2014, Felipe se vio obligado a reducir el núcleo duro de la familia real, dejando de lado a sus hermanas. La implicación de Cristina e Iñaki Urdangarin en el caso Nóos hizo que el Rey tomara esta decisión, siendo Elena un daño colateral de los problemas judiciales de su hermana y su cuñado.

placeholder Felipe y Letizia, junto a la infanta Elena, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. (EFE)
Felipe y Letizia, junto a la infanta Elena, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. (EFE)

Pero casi siete años después de esa decisión, Felipe VI ha visto como sus hermanas siguen empañando la imagen de la Corona, como ocurrió hace unas semanas, cuando se conoció que las Infantas habían aprovechado una de sus visitas a su padre en Abu Dabi para vacunarse. Una acción muy criticada en España y de la que Casa Real se desentendió por no pertenecer Elena y Cristina a la familia real. En quien sí puede confiar Felipe VI, aparte de Letizia, es en su madre, la reina Sofía, que sigue llevando a cabo algunas activiades, aunque pocas.

También a Federico de Dinamarca se le presenta una situación parecida. Cuando la reina Margarita fallezca y él ocupe el puesto de rey, parece ser que no contará con el apoyo de su hermano, el príncipe Joaquín, quien desde hace poco más de un año reside en París junto a su mujer, Marie, y sus dos hijos pequeños, Henrik y Athena. Aunque en un principio la marcha de Joaquín iba a ser temporal y por motivos laborales, la familia decidía instalarse permanentemente en la capital francesa. Según se dijo, la pareja quería alejarse de la familia real, pero Marie, en una entrevista el pasado agosto, sembró la duda al asegurar sobre su mudanza: "No siempre somos nosotros quienes decidimos".

placeholder Federico y Joaquín, con sus mujeres. (Reuters)
Federico y Joaquín, con sus mujeres. (Reuters)

Unas palabras que muchos entendieron como una aclaración de que no habían sido ellos los que habían decidido marcharse a París, sino más bien un exilio impuesto por parte de la familia, aunque no se sabe muy bien por quién. Aun así, cabe recordar que la relación entre los hermanos siempre ha sido muy complicada. Durante años se ha asegurado que Joaquín sentía unos celos desmesurados hacia Federico porque este era el heredero, celos que han llegado a provocar que apenas se hablen y que entre sus mujeres, Mary y Marie, tampoco haya muy buena sintonía. Sea como fuere, lo que parece claro es que Federico se enfrenta al trono con el apoyo de su mujer y de sus hijos, aunque el mayor de ellos, Christian, tiene todavía 15 años.

En el caso de Victoria de Suecia, su padre es más joven que los anteriores y se espera que su reinado sea más longevo, pero lo cierto es que de convertirse ahora en reina, no podría contar con el apoyo de su hermana, la princesa Magdalena, quien desde 2018 reside en Florida (Estados Unidos), donde su marido lleva a cabo sus negocios. Chris O'Neill decidió rechazar la oferta de un título que le hizo su suegro al casarse para poder seguir dedicándose a sus empresas. En cambio, Victoria sí podría confiar en Carlos Felipe y Sofía, quienes ya han demostrado durante estos años que están muy comprometidos con la labor institucional.

placeholder La familia real sueca. (CP)
La familia real sueca. (CP)

Quienes sí pueden contar con el apoyo de sus hermanos son los reyes de Holanda y Bélgica. Guillermo Alejandro y Máxima comparten agenda con el príncipe Constantin y su esposa, la princesa Laurentien, y es habitual verlos juntos en grandes actos, como el Prinsjesdag. Por su parte, Felipe de los belgas designó a su hermana, la princesa Astrid, como la encargada de llevar a cabo las misiones económicas en el extranjero, mientras que el príncipe Laurent, la oveja negra de la familia, cumple con una media de uno o dos actos al mes.

En un negocio familiar como es la monarquía, por su carácter hereditario, los hermanos juegan un papel fundamental. Bien pueden ser una bendición o, en el caso contrario, un auténtico dolor de cabeza. No es fácil aprender a ser el segundón, a pesar de que las ventajas son muchas, incluso más que para el heredero o rey, ya que disfrutan de una vida llena de privilegios pero con menos responsabilidades. Sin embargo, la historia ha demostrado que a veces los celos, y otras simplemente la necesidad de libertad, han provocado que los elegidos para ocupar el trono se vean sin apoyo fraternal, tan necesario para el desarrollo de la labor institucional.

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