Marta Luisa de Noruega deja su país por amor: los planes con su novio chamán

A este paso Norteamérica se va a convertir en el refugio predilecto de todos esos royals europeos que no quieren serlo a efectos prácticos… Si en 2018 la princesa Magdalena de Suecia se trasladaba allí con su familia a causa del trabajo de su marido y el año pasado el príncipe Harry y Meghan ‘huían’ a California tras el Megxit, parece que próximamente ese mismo estado tendrá una nueva residente real. Se trata de la princesa Marta Luisa de Noruega, que ha confirmado en una entrevista a una televisión de su país que está considerando seriamente la idea de trasladarse a Estados Unidos.

"Sí, puede ser que terminemos allí", contestó cuando se le preguntó por ello. No ha fijado una fecha para la mudanza, pero lo que sí es seguro es que la acompañarán sus tres hijas, Maud Angélica, que el próximo 29 de abril cumplirá 18 años, Leah Isadora, que celebra sus 15 años en unos días, y Emma Tallulah, de 12. “Ahora mismo estamos en plena pandemia de covid y es difícil de planearlo, pero sí, queremos trasladarnos con el tiempo. Las niñas, por supuesto, se irán conmigo”. Esta, sin embargo, no es una ruptura total con su país de nacimiento: “De todos modos, mantendremos la casa en Lommedalen. Debemos tener un hogar en Noruega porque pasaremos mucho tiempo aquí. No podemos dejar la hermosa Noruega por completo".

La hija de los reyes se muda y lo hace por amor. Según ella misma ha confesado, su novio, el chamán estadounidense Durek Verrett, no se siente bien tratado en Noruega y no desea vivir allí, prefiere seguir haciéndolo en Los Ángeles, donde lleva mucho tiempo instalado. Así acabarían de una vez por todas con la distancia que les separa y que a ambos se les hace muy cuesta arriba. De hecho, ahora hace bastante tiempo que no se ven debido a las restricciones de movilidad entre países, concretamente desde la pasada Navidad.

"Él está en Los Ángeles, y ahora no sabemos cuándo nos volveremos a ver", ha dicho Marta Luisa. Quizá este cambio de residencia de la princesa también tenga mucho que ver con sus planes de boda. Durek ya confesó en una entrevista que querían casarse pronto y que, además, contaba con la bendición del rey Harald y la reina Sonia. Le ha costado lo suyo ganárselos, porque cuando se conoció su noviazgo con la hermana del príncipe Haakon a casi nadie le gustó, ni a la familia, ni a los amigos, ni a la opinión pública.

Así lo recordaba Marta Luisa: “En Noruega, nuestro noviazgo es muy pero que muy polémico. Yo debería estar con un consejero delegado, con un lord o alguien así, de alto nivel. Estar con un chamán es algo extremadamente fuera de lo normal. Es una locura”. No solo eso, igual que ha sucedido con Meghan Markle tras su relación con el príncipe Harry, la princesa noruega tacha de racistas a quienes desaprueban su noviazgo y hace un tiempo colgaba esta reflexión en su Instagram: “Ser la novia de Durek ha sido para mí un curso intensivo sobre cómo entra en juego la supremacía blanca, sobre mis pensamientos y mis actos, conscientes o inconscientes, hacia las personas negras. Sobre cómo he dado por sentados mis derechos. Nunca analicé debidamente el racismo como lo que en realidad es, porque para mí ha sido cómodo el sistema vigente”.

Pese a todas estas dificultades, ella siempre ha sido una royal atípica que ha hecho lo que ha querido y no se ha dejado condicionar por el protocolo, así que está dispuesta a formalizar lo suyo con Durek y a vivir feliz lejos de prejuicios. Con su próximo traslado a Estados Unidos, además, podremos verla codearse con las celebrities más brillantes del star system. Su novio chamán tiene clientes muy famosos como Chris Pine, Selma Blair o Rosario Dawson y también es íntimo amigo de Gwyneth Paltrow, a la que se refiere como “su alma gemela”. Una nueva vida le espera a Marta Luisa en Los Ángeles, aún sin fecha, mientras en Noruega se estrena una serie sobre ella que ha contado con su participación y la de sus hijas.