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El día en el que Felipe y Letizia marcaron el camino a toda la realeza europea
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

El día en el que Felipe y Letizia marcaron el camino a toda la realeza europea

La misión de los Príncipes de Asturias era conmemorar los 25 años de relaciones diplomáticas con Israel. El foco mediático se puso en el nuevo encuentro Letizia-Rania

Foto: Don Felipe y doña Letizia, con los reyes de Jordania. (Getty)
Don Felipe y doña Letizia, con los reyes de Jordania. (Getty)

Fue una de las etapas de esplendor. La primera, en la era democrática y constitucional de España. El minucioso y prolongado trabajo de ‘homologación’ de nuestro país en el concierto internacional había dado muchos resultados. Y muy satisfactorios. Desde la incorporación efectiva de España a la antigua CEE (hoy Unión Europea) y la ratificación de la permanencia en la OTAN (1986) hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla (1992), casi todo fueron éxitos y parabienes.

Y aunque la política internacional de España corresponde al Gobierno de la nación, a nadie se le escapa que, al igual que lo fue de la Transición, la Corona también fue el motor de la ‘homologación’ de España en el mundo. En 1985, por ejemplo, el rey Juan Carlos hizo una gira exprés por una serie de países de Oriente Medio que ahora mismo dibujará, probablemente, una sonrisa irónica en el lector: Jordania, Arabia Saudí y Emiratos… Pero en aquel momento fue fundamental para la inminente formalización de las relaciones diplomáticas con Israel (enero de 1986).

Felipe VI y Abdalá II, unidos por la fecha de nacimiento

En este mismo contexto cabe resaltar, también, el papel que jugó España tras la muerte de Hussein de Jordania en 1999. El príncipe Felipe, que acababa de cumplir los 31 años y ya había asumido una parte de la agenda oficial, fue el encargado de viajar a Amán para expresar el respaldo de España al rey Abdalá (1962) y a su esposa Rania (1970).

placeholder El Rey, en Jordania con Abdalá II. (EFE)
El Rey, en Jordania con Abdalá II. (EFE)

España fue una de las primeras naciones en respaldar oficialmente al nuevo monarca. Y dadas las circunstancias y la posición de nuestro país, aquel viaje constituyó el primer apoyo europeo a la Corona jordana.

Además, muy probablemente, también fue una muy buena ocasión para consolidar la amistad personal entre el nuevo rey, Abdalá II, y el heredero de la Corona española. Y no solo como consecuencia del buen trato que hubo entre sus padres, sino por el suyo propio y por un hecho tan emotivo como el de compartir fecha de nacimiento (el 30 de enero), con una diferencia de seis años.

Uno de los ‘asaltos’ del ‘duelo’ Letizia-Rania

Ahora bien, uno de los capítulos más sobresalientes, en este nuevo marco de relaciones de España con los países del Medio Oriente, se produjo hace ahora diez años. Se trata del viaje que realizaron el príncipe Felipe y su esposa Letizia a Israel, los territorios palestinos y Jordania, entre el 10 y el 14 de abril de 2011.

El motivo del viaje fue la celebración del 25 aniversario de la apertura de relaciones diplomáticas entre España e Israel. Y se daba la circunstancia, además, que se cumplían 20 años de la Conferencia de Madrid. Un acontecimiento relevante para España, con escasos resultados prácticos en orden al logro de la paz, como en conferencias anteriores (y posteriores).

Llegaron el domingo (10 de abril de 2011) por la noche a Israel y desplegaron hasta el martes 12 una intensa agenda, tanto en Jerusalén como en Te Aviv: encuentros con el entonces presidente, Simon Peres; y con el primer ministro, Bejamin Netanyahu; visitas al Museo del Holocausto, al Museo de Israel, al Centro Isaac Palin… Y se alojaron, por cierto, en el histórico hotel King David de Jerusalén.

Sin embargo, aunque el motivo del viaje era el que era, lo más significativo del mismo fue el breve paso posterior de los príncipes por Cisjordania. Y lo más atractivo desde el punto de vista mediático, el saludo de la princesa Letizia a la reina Rania, en el último tramo del viaje.

Dos horas históricas en Ramala

Es verdad que en medios oficiales se quiso restar ‘peso’ político a aquel viaje de 2011, pero fue la propia ministra de Exteriores (Trinidad Jiménez), que acompañó a los Príncipes, quien calificó la presencia de la Corona española por los territorios palestinos como un ‘hecho histórico’.

El Príncipe de Asturias y su esposa se habían convertido en los primeros miembros de una familia real europea que visitaban Palestina. Y con su presencia, España abanderaba el reconocimiento —no oficial, sí de facto— del Estado Palestino. Fueron tan solo dos horas. Llegaron el martes día 12 a Ramala, para asistir al almuerzo que les ofreció Mahmud Abbas (1935), presidente de la Autoridad Nacional Palestina (desde 2014 es presidente de Palestina). Había sido elegido en 2009 presidente del Fatah, partido en el que sucedió a Yaser Arafat como líder.

Letizia y Rania se parecían mucho en 2011

El mismo martes, 12, los príncipes se desplazaron por la tarde a Amán, donde esa misma noche cenaron con el rey Abdalá y su esposa Rania. No hubo cámaras. Durante la confección del programa habían surgido dudas sobre los posibles encuentros entre el heredero de la Corona española y el monarca jordano, debido a un viaje que este tenía programado en esas fechas a China. Pero finalmente sí pudieron celebrar un segundo encuentro el miércoles, día 13.

placeholder Rania, junto a Letizia en Amán. (EFE)
Rania, junto a Letizia en Amán. (EFE)

Fue a la hora del almuerzo. Y había una enorme expectación, sobre todo, por tomar las imágenes del momento en que la princesa Letizia saludara a la reina Rania. No era la primera vez que comparecían ante las cámaras. Ni la última. Y siempre han despertado un enorme interés. En cada uno de esos encuentros se han valorado todos los detalles. Y las crónicas han dejado testimonio de los numerosos puntos en común: la elección de modelos, colores, peinados, complementos, la vertiginosa altura de los tacones… hasta su compartida apuesta por la cirugía estética.

Desde sus primeros encuentros, en los que la princesa Letizia saludaba con una breve reverencia a su amiga Rania (como hizo en el viaje de 2011), hasta 2014 en que comenzaron a tratarse de igual a igual, la evolución ha sido sorprendente. Actualmente ya es de general conocimiento que no solo comparten estilismos, sino que la propia evolución de sus rasgos faciales es convergente. Son prácticamente idénticas.

Fermín J. Urbiola

Periodista y escritor

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Fue una de las etapas de esplendor. La primera, en la era democrática y constitucional de España. El minucioso y prolongado trabajo de ‘homologación’ de nuestro país en el concierto internacional había dado muchos resultados. Y muy satisfactorios. Desde la incorporación efectiva de España a la antigua CEE (hoy Unión Europea) y la ratificación de la permanencia en la OTAN (1986) hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla (1992), casi todo fueron éxitos y parabienes.

Rey Felipe VI Vestidor de Letizia
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