¿El rojo pasión de Marta Luisa o el rosa nude de Mette-Marit? Las princesas noruegas deslumbran de gala

El rey Harald y la reina Sonia de Noruega ofrecieron este jueves por la noche una cena de gala para atletas olímpicos y paralímpicos que compitieron en los Juegos de Pekín 2022. El príncipe heredero Haakon y su mujer, la princesa heredera Mette-Marit, acompañaron a los reyes junto a la princesa Marta Luisa y la princesa Astrid, que a sus 90 años posó en una silla de ruedas.

La reina Sonia eligió para la ocasión un vestido de color blanco, ya utilizado anteriormente. Se trata de un vestido de manga larga con detalle de pedrería a modo de cinturón a la altura de la cadera. Lo combinó con un collar y unos pendientes en tonos verdes que le daban la nota de color a su look, además de un broche a juego. Mientras, la princesa Marta Luisa lució un vestido de estreno de color rojo de tirante ancho y escote cuadrado, muy elegante, con grandes pendientes.

Más veraniega lució la princesa heredera, Mette-Marit, que estrenó un modelo largo con manga corta abullonada en los hombros y fruncido en el cuello de color salmón con estampado de pájaros en color blanco de la firma Pia Tjelta. La mujer del príncipe Haakon decidió dejarse el pelo suelto, luciendo tirabuzones en la parte baja de su melena. Un look que completó con unos pendientes de perlas que ponían la elegancia a su atuendo, algo más informal que el de la reina Sonia y la princesa Marta Luisa. Los salones eran de charol con punta de Prada.

Por su parte, tanto el rey Harald como el príncipe heredero optaron por esmoquin con pajarita, con detalle de pañuelo en el bolsillo. Mientras el rey noruego se decantó por el negro, el príncipe Haakon lo hizo por el azul marino en un modelo más moderno con botones y solapas anchas. La familia real noruega saludó amablemente a los deportistas, a los que agradecieron su papel en los Juegos Olímpicos de Pekín representando a su país. Después del pasamanos, cenaron animadamente con ellos.

Un mes para la puesta de largo de Ingrid Alexandra

La próxima puesta de largo de la princesa Ingrid Alexandra tendrá lugar el próximo 16 de junio, cuando el Gobierno noruego celebrará un evento en su honor con motivo de los 18 años de la hija de Haakon y Mette-Marit, pospuesto por el covid-19. Y el 17 de junio llegará su gran noche en una velada en palacio coincidiendo con el día de la Constitución noruega. Será entonces cuando la veamos al fin de largo, luciendo una de las fastuosas piezas del joyero real.

El pasado 21 de enero alcanzaba su mayoría de edad, pero la situación de la pandemia no hacía aconsejable que tuviera lugar la preceptiva fiesta. Ya hay fecha para el debut de la princesa Ingrid Alexandra en una cena de gala y con tiara. Será entonces el momento perfecto para que luzca lo que había sido el secreto mejor guardado de su joyero: la tiara que recibió por su 18 cumpleaños. Se trata de una pieza muy especial que, curiosamente, no estaba en la lista de las que se habían barajado para el gran momento.

Según un artículo que ha publicado la revista sueca 'Se og Hør,' la hija mayor de Haakon y Mette-Marit recibió en su mayoría de edad la tiara Boucheron Pearl Circle, que perteneció a la princesa Ingeborg, esposa de Carl de Suecia y Noruega y duque de Vastergotland. Al parecer, la pieza fue comprada por el príncipe a la firma de joyería francesa Boucheron, después de que la casa la exhibiera en la Exposición Universal, celebrada en 1900 en París. Originalmente estaba realizada en círculos de diamantes entrelazados y engastados en platino. Cuando él la adquirió para regalársela a su mujer, esta le agregó un conjunto de perlas. En un retrato familiar tomado en el año 1947 se puede ver a la princesa luciéndola.

Como suele ser tradición en las casas reales, Ingeborg prestó la tiara en múltiples ocasiones tanto a sus hijas como a sus nueras. Fue su primogénita, la princesa Marta, que se casaría con el rey Olaf V de Noruega, quien más la usó en elegidos compromisos institucionales. Tras la muerte de la propietaria original de la joya, el 11 de marzo de 1958, la heredó su nieta Ragnhild, hija mayor de Marta y hermana de Harald, que la convertiría también en una de sus piezas favoritas. De hecho, fue la que eligió para asistir a la boda de Haakon de Noruega y Mette-Marit en la catedral de Oslo en 2001.

Aunque cuando la princesa Ragnhild murió, en 2015, la tiara de perlas y diamantes pasó a manos de sus hijos, ahora ha regresado a palacio para que pueda lucirla la futura reina de Noruega, la princesa Ingrid Alexandra. Se acaba así el misterio de cuál había sido la pieza elegida para celebrar su entrada en la mayoría de edad y, de paso, quedan descartadas otras que ya estaban en el joyero real.

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Maite Torrente

Ahora, en la gran cena de gala que se celebrará en Noruega para dar la bienvenida a su mayoría de edad de manera oficial, tiene el reto de elegir uno de esos vestidazos reales que marcan el inicio de una nueva etapa adulta. La esposa de Haakon tiene un nutrido número de modelos que podrían irle como anillo al dedo, aunque parece lógico que se decantara por uno nuevo con el que brillar con luz propia.